Miocardiopatía hipertrófica (MHT)
Primera causa de muerte súbita no traumática en jóvenes, con una prevalencia en la población general de 1 de cada 500 individuos. Resalta la dificultad para aplicar la estratificación de riesgo de muerte súbita habitual en deportistas, pero sin apreciarse una modificación clara de los criterios de Bethesda de 2005. Podemos resumir las recomendaciones en:- Todo deportista con diagnóstico de MHT no debe participar en deportes de competición, salvo los de baja intensidad, independientemente de la edad, sexo, grado de hipertrofia, presencia o no de gradiente subaórtico o realce tardío de gadolinio, síntomas previos, o en los casos de miectomía o ablación alcohólica previa.
- Se debe dejar competir a aquellos deportistas que solo presentan estudio genético con alguna mutación, pero sin expresión fenotípica o síntomas.
- El tratamiento médico con betabloqueantes u otro fármaco no debe ser pautado con el fin de permitir el ejercicio de elevada intensidad, al igual que el implante de un desfibrilador, siendo esta indicación idéntica a la del paciente no atleta.
Miocardiopatía no compactada (MNC)
No existen estudios que permitan aplicar una estratificación de riesgo especial en atletas. En general no se debe contraindicar la actividad en deportistas asintomáticos diagnosticados de miocardiopatía no compactada con función sistólica normal, y ausencia de arritmias ventriculares en un registro de 24 horas o en la prueba de esfuerzo. La sola presencia de alguno de estos parámetros en pacientes con MNC excluiría al deportista de la competición.Miocardiopatía dilatada y otras miocardiopatías (restrictiva, infiltrativa)
Existen mínimos datos en los que se pueda apoyar las recomendaciones de expertos. Hemos de tener en cuenta que con la práctica deportiva intensa, más del 15% de los deportistas presentan aumento de diámetros ventriculares (diastólico >70 mm en hombres y >66 mm en mujeres) y función sistólica ligeramente deprimida en reposo. Todo ello hace difícil la diferenciación entre la miocardiopatía dilatada y el "corazón de atleta".Se aboga por completar estudio con técnicas como doppler tisular, strain o resonancia magnética, principalmente en aquellos casos en "zona gris". En general, se contraindica la actividad deportiva competitiva en todo atleta con miocardiopatía dilatada u otra forma de miocardiopatía primaria.
Miocarditis
Entre el 4-7,5% de las muertes súbitas en atletas se deben a miocarditis. El diagnóstico se basa en las mismas pruebas complementarias que la población genera (síntomas clínicos, nivel de troponinas, electrocardiograma, ecocardiografía, resonancia cardiaca). El deportista no debe volver a la actividad competitiva como mínimo en 3-6 meses desde el proceso agudo, y siempre y cuando recupere la función ventricular normal en la ecocardiografía, las troponinas se encuentren en rango de normalidad, y no presente arritmias en holter ECG y prueba de esfuerzo.Pericarditis
Los deportistas deben detener la práctica deportiva durante la fase aguda de la pericarditis, pudiendo retomar con normalidad la actividad física tras confirmar la curación, incluyendo la ausencia de derrame pericárdico en la ecocardiografía doppler y la normalización de los reactantes de fase aguda en la analítica. En caso de evolución a fase constrictiva se desaconseja la práctica deportiva competitivaDisplasia arritmogénica del ventrículo derecho
Los criterios diagnósticos en los deportistas son los mismos que en la Task Force Criteria de 2010. Se contraindica la actividad física competitiva en deportistas con diagnóstico de certeza, criterios limítrofes o diagnóstico probable de displasia arritmogénica. No se recomienda implante de desfibrilador para permitir la participación en deportes de alta intensidad.
Referencia
- Barry J. Maron, James E. Udelson, Robert O. Bonow, Rick A. Nishimura, Michael J. Ackerman, N.A. Mark Estes, Leslie T. Cooper, Jr., Mark S. Link, Martin S. Maron.
- J Am Coll Cardiol. 2015;66(21):2362-2371.