Las guías de resucitación cardiopulmonar 2015 recomiendan hacer una coronariografía en pacientes resucitados tras parada cardiorrespiratoria (PCR) con o sin elevación del segmento ST.
Para averiguar la tendencia del uso de esta técnica y la supervivencia al alta de los pacientes con PCR por fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TV) se estudiaron de manera retrospectiva 407.974 pacientes desde el año 2000 a 2012 con este diagnóstico, obtenidos de la base de datos nacional estadounidense de pacientes hospitalizados. De todos ellos, 35,2% fueron sometidos a coronariografía, aumentando las cifras de manera considerable desde el inicio al final de seguimiento (del 27% al 44%), así como los pacientes que fueron sometidos a intervencionismo percutáneo (ICP) (de 9,5% a 24,1%), tanto en los pacientes con o sin elevación del segmento ST. Hubo un incremento de la supervivencia al alta en ambas poblaciones.
Comentario
La incidencia de PCR en EE.UU. es de 325.000/año con una supervivencia del 10%, siendo el primer ritmo FV o TV en el 23-54% causado por enfermedad arterial coronaria (EAC) el 60 al 80%.
Los factores que aumentaban el uso de la angiografía coronaria e ICP eran: elevación del segmento ST, soporte circulatorio mecánico avanzado, obesidad, hipertensión arterial, índice bajo de Charlson, seguro privado y atención en centros universitarios. Estos factores junto con ser varón joven se asociaron a un aumento de la supervivencia al alta. La diabetes mellitus, historia de insuficiencia cardiaca, EPOC, enfermedad renal crónica, anemia y afectación neurológica eran factores que disminuían.
La importancia de este estudio radica en ser el más grande en el que se investiga el uso de la coronariografía post PCR, comparado con otros estudios más pequeños es en el que menor porcentaje de pacientes fueron sometidos a esta técnica, probablemente porque los otros estudios fueron realizados en centros especializados en cuidados críticos, pero en todos ellos se objetiva un aumento de la supervivencia y disminución de las secuelas neurológicas.
Las limitaciones engloban las propias de un estudio observacional retrospectivo, así como la inclusión de pacientes procedentes de centros hospitalarios con distinto nivel de complejidad (y por tanto diferencias en el acceso intervencionismo emergente), la codificación diagnóstica según la CIE-9 y la posibilidad de incluir a pacientes con PCR intrahospitalaria y que no se dispone de información acerca de la anatomía coronaria y resultados de la revascularización ni estado neurológico post PCR que sí influyen también en la supervivencia al alta.
En conclusión, este estudio tiene relevancia por poner de manifiesto el aumento de la coronariografía emergente en pacientes con PCR por FV o TV sin pulsos tanto si hay o no elevación del ST, así como el incremento de la supervivencia en estos pacientes. Se necesitan más estudios randomizados para probar que realmente el intervencionismo precoz aumenta la supervivencia, a pesar de ser una recomendación IB en pacientes con elevación del ST y IIa B en pacientes sin elevación en las últimas guías de resucitación cardiopulmonar (RCP) de 2015.
Referencias
- Nish Patel, Nileshkumar J. Patel, Conrad J. Macon, Badal Thakkar, Maheshkumar Desai, Pablo Rengifo-Moreno, Carlos E. Alfonso, Robert J.Myerburg, Deepak L. Bhatt, Mauricio G. Cohen.
- JAMA Cardiol. 2016;1(8):890-899.