Análisis de las secuelas producidas en supervivientes de una parada cardiorrespiratoria (PCREH), comparando pacientes que recibieron atención inmediata por testigos con los que no la recibieron.
Registro nacional en Dinamarca que realiza el seguimiento de pacientes que han sufrido una PCREH. Se estudia un total de 2.855 pacientes, incluyendo únicamente a aquellos que sobrevivieron durante al menos 30 días.
Tras un año de observación, un 10,5% de los pacientes presentaban secuelas neurológicas o precisaron ingreso en un centro de larga estancia. Un 9,7% fallecieron por cualquier causa.
Entre los 2.084 pacientes que tuvieron PCREH no presenciadas por los servicios de emergencias, durante los años en que se recogió información para este estudio (2001-2012) se objetivó un incremento significativo de pacientes que recibieron maniobras de reanimación cardiopulmonar por parte de un testigo incidental de un 66,7% a un 80,6% (p<0,001). Además, en ese periodo la probabilidad de recibir desfibrilación aumentó desde un 2,1% hasta un 16,8% (p<0,001) y la prevalencia de daños neurológicos y/o necesidad de ingreso en un centro de larga estancia descendió desde un 10,0% a un 7,6% (p<0,001). La mortalidad por cualquier causa descendió desde un 18,0% a un 7,6% (p<0,001).
El análisis multivariante revela que recibir reanimación cardiopulmonar por parte de un testigo redujo significativamente el riesgo de daño neurológico o la necesidad de ingresar en centros de larga estancia (hazard ratio 0,67, intervalo de confianza 95%, 0,47-0,82). Del mismo modo, el riesgo de muerte por cualquier causa también disminuyó (hazard ratio 0,70, intervalo de confianza 95%, 0,53-0,84). Estos porcentajes eran aún inferiores si los pacientes habían recibido desfibrilación.
Comentario
A pesar de que se trata de un estudio observacional, este artículo aporta un interesante sustento científico a un hecho que no es difícil de deducir desde un punto de vista racional: la atención temprana y adecuada de un evento de la trascendencia de una PCREH tiene un importante impacto en términos de morbimortalidad sobre la población afectada.
A la luz de los datos aportados, salta a la vista que la educación a la población general en maniobras de reanimación básica y la disponibilidad de desfibriladores en espacios de gran afluencia de público debe extenderse inexcusablemente, ya que además de tener impacto directo sobre la supervivencia, estas medidas poseen un gran valor en la prevención de secuelas y morbilidad crónicas. A la espera de estudios que evalúen estos mismos objetivos, con una población objetivo similar y con un seguimiento superponible, no es difícil aventurar que el coste-beneficio de estas medidas va a resultar favorable. Al ser actuaciones que no causan menoscabo social alguno, son bien recibidas por el público general y se acogen con motivación.
Referencia
Bystander efforts and 1-year outcomes in out-of-hospital cardiac arrest
- Kristian Kragholm, Mads Wissenberg, Rikke N. Mortensen, Steen M. Hansen, Carolina Malta Hansen, Kristinn Thorsteinsson, Shahzleen Rajan, Freddy Lippert, Fredrik Folke, Gunnar Gislason, Lars Køber, Kirsten Fonager, Svend E. Jensen, Thomas A. Gerds, Christian Torp-Pedersen, Bodil S. Rasmussen.
- N Engl J Med 2017; 376:1737-1747.