Presentamos un acuerdo más que interesante entre las Sociedades de Cardiología, Oncología Médica y Radioterápica, y Hematología para mejorar la salud cardiovascular de los pacientes con cáncer.
En los últimos 30 años hemos asistido a una disminución muy significativa de la mortalidad por cáncer. Superado el reto de ganar años de vida, nos enfrentamos con la calidad de vida de esos años ganados. La toxicidad cardiovascular por antitumorales es un problema clínico creciente y constituye, junto con las segundas neoplasias, la causa más frecuente de mortalidad en largos supervivientes.
Cáncer y corazón comparten múltiples factores de riesgo, de modo que el manejo conjunto de ambas condiciones plantea un enorme reto. En el pasado, hemos sido demasiado tolerantes con el manejo de complicaciones que percibíamos como irreversibles. Sin embargo, hemos aprendido que un diagnóstico y un tratamiento precoz son claves para la recuperación.
Este documento, elaborado de forma conjunta por la Sociedad Española de Cardiología, la Sociedad Española de Oncología Médica, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica y la Sociedad Española de Hematología, resume las recomendaciones más significativas aplicables al cuidado de la salud de pacientes que van a recibir tratamientos antitumorales. Como la evidencia científica es escasa en muchos aspectos, es imprescindible crear equipos multidisciplinares de cardio-onco-hematología que coordinen tanto la actividad asistencial como la investigación y educación médica continuadas en este campo.
En espera de scores de riesgo prospectivos, la valoración del riesgo cardiovascular permite optimizar el plan terapéutico y la monitorización del tratamiento. Promover estilos de vida cardiosaludable (dieta, ejercicio, abstinencia de tabaco...) y un control óptimo de los factores de riesgo clásicos reduce el riesgo de eventos. Por ejemplo, en un paciente hipertenso, optimizar el tratamiento utilizando fármacos que han demostrado beneficio en prevención de cardiotoxicidad como los betabloqueantes, IECA o ARAII.
Los protocolos de prevención, monitorización y manejo de la cardiotoxicidad deben enfocarse bajo tres premisas:
- Las estrategias de prevención y monitorización persiguen evitar interrupciones precoces del tratamiento del cáncer. Suspender o retirar un tratamiento potencialmente curativo debe basarse en una decisión de equipo.
- El tratamiento precoz de las complicaciones, basado en las guías de práctica clínica habituales en cardiología, es la clave para la recuperación. Por tanto, es imprescindible potenciar un diagnóstico en fases precoces e incluso preclínicas mediante las nuevas técnicas de imagen y los biomarcadores. Con respecto a las controversias en la definición de disfunción ventricular por cardiotóxicos, el documento avala los criterios establecidos por la Sociedad Americana de Ecocardiografía y la Asociación Europea de Imagen Cardiovascular (caída de la fracción de eyección >10% con fracción de eyección final <53%), con el objetivo de potenciar que pacientes con fracción de eyección entre 50-53% sean evaluados y no considerados normales, puesto que su riesgo relativo de desarrollar insuficiencia cardiaca aumenta por doce.
- Los equipos de cardio-oncología deben coordinar la atención a los largos supervivientes y optimizar las estrategias de prevención cardiovascular y diagnóstico precoz de complicaciones tardías.
Tenemos el gran reto de mejorar la salud cardiovascular de los pacientes onco-hematológicos y tenemos las herramientas para abordarlo. Crear equipos locales de cardio-onco-hematología y promover la investigación y formación en este campo desde las sociedades científicas es imprescindible para conseguirlo.
Referencia
Cardio-Onco-Hematología en la práctica clínica. Documento de consenso y recomendaciones
- López-Fernández T, Martín García A, Santaballa Beltrán A, Montero Luis Á, García Sanz R, Mazón Ramos P, Velasco Del Castillo S, López de Sá Areses E, Barreiro-Pérez M, Hinojar Baydes R, Pérez de Isla L, Valbuena López SC, Dalmau González-Gallarza R, Calvo-Iglesias F, González Ferrer JJ, Castro Fernández A, González-Caballero E, Mitroi C, Arenas M, Virizuela Echaburu JA, Marco Vera P, Íñiguez Romo A, Zamorano JL, Plana Gómez JC, López Sendón Henchel JL.
- Rev Esp Cardiol. 2017;70:474-86.