El diagnóstico temprano y las mejoras en los tratamientos contra el cáncer han llevado en los últimos años a una disminución significativa de la mortalidad por esta causa. Sin embargo, la toxicidad cardiovascular de los tratamientos antitumorales constituye un problema clínico frecuente que se posiciona, junto con las segundas neoplasias, como la causa más frecuente de mortalidad en los supervivientes de cáncer.
“Cáncer y corazón comparten múltiples factores de riesgo, lo que nos plantea un enorme reto y requiere de un abordaje multidisciplinar con el objetivo de minimizar el impacto de la cardiotoxicidad a corto y largo plazo”, dice la Dra. Teresa López, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardio-Oncología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Entre los profesionales implicados en ese abordaje se encuentran los médicos de Atención Primaria que, a diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, ya están involucrados en la ruta asistencial del paciente con cáncer, tanto en el cribado y en el diagnóstico, como durante el tratamiento y el seguimiento después del mismo.
De este asunto se hablará extensamente en una de las sesiones de la IV Jornada Cardiovascular que se celebrará los días 22 y 23 de noviembre en Toledo, organizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) con la colaboración de la Sección de Cardiología Clínica de la SEC.
La Dra. Teresa López, que participará en ese encuentro, destaca que “aunque existe un interés creciente por crear grupos de Cardio-Onco-Hematología en nuestro medio, en la mayoría de los casos aún hay que trabajar mucho para conseguir una relación estructurada de esos grupos con los equipos de Atención Primaria”.
Por eso, la SEC puso en marcha el proceso de Cardio-Onco-Hematología en Atención Primaria, cuyo objetivo es sentar y perfeccionar las bases para asegurar una continuidad en materia de prevención, diagnóstico y tratamiento precoces de la cardiotoxicidad derivada de los antitumorales.
Desde entonces, los equipos de Atención Primaria participan en la prevención cardiovascular del paciente con cáncer en cuatro áreas:
- Identificando el riesgo cardiovascular del paciente oncológico, realizando su reevaluación periódica y controlando los factores de riesgo cardiovascular.
- Estableciendo un consejo y planes de intervención estructurados sobre hábitos de vida cardiosaludables (dieta, ejercicio, deshabituación tabáquica) en cada una de las fases de evolución del paciente oncológico.
- Vigilando los síntomas y signos que permitan detectar precozmente cualquier complicación cardiovascular.
- Revisando las potenciales interacciones medicamentosas.
Implicación de los pacientes
Más allá de la existencia de equipos multidisciplinares formados por diferentes especialistas, la Dra. López considera que los “pacientes también deben conocer los efectos beneficiosos del esquema terapéutico propuesto, así como sus posibles complicaciones, para mejorar su adherencia a las estrategias de prevención”.
Por eso, la Cardio-Onco-Hematología española ha implicado también a asociaciones de pacientes con cáncer para organizar proyectos de educación con consejos de prevención cardiovascular y educación en las cardiopatías más prevalentes.