Un estudio realizado, entre otros, por los doctores Juan José Santos Mateo, Domingo Pascual e Iris Garrido, todos ellos del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), ha permitido determinar la evolución que sigue a largo plazo el NT-proBNP en pacientes con trasplante cardiaco, así como su asociación con la enfermedad vascular del injerto. El resultado de la investigación resalta la utilidad diagnóstica y pronóstica de este biomarcador.
Este trabajo partió de las evidencias previas obtenidas en un estudio llevado a cabo por este mismo grupo investigador, en el que se evaluó el patrón evolutivo del fragmento aminoterminal del péptido natriurético tipo B (NT proBNP) a medio y largo plazo en los pacientes trasplantados, comprobando que, tras una reducción inicial en los tres primeros años, el nivel del biomarcador permanecía elevado a largo plazo. Además, otros estudios ya habían demostrado el valor tanto diagnóstico como pronóstico del NT proBNP en la insuficiencia cardiaca y, en el caso del trasplante, también se había asociado a la aparición de rechazo agudo.
De ahí el interés por dar un paso más, y evaluar si la elevación mantenida de este marcador se asociaba a algunas de las complicaciones post-trasplante cardiaco, como el rechazo crónico del injerto o la aparición de enfermedad vascular del injerto.
En el estudio se incluyeron a 45 pacientes trasplantados, determinándose los niveles de NT- proBNP (pg/mL) al mes, 6 meses, 1, 3 y 5 años tras el trasplante, y la aparición en el seguimiento de complicaciones relacionadas, rechazo agudo demostrado por biopsia y enfermedad vascular del injerto demostrada por coronariografía.
Un marcador a valorar
Además de corroborarse que los niveles de NT-proBNP tras el trasplante cardiaco muestran un descenso marcado en el primer año pos-trasplante y se mantienen elevados a largo plazo, se determina que la presencia de valores más elevados de este marcador al final del primer año, y en el seguimiento posterior, identifican un mayor riesgo de enfermedad vascular del injerto. En concreto, según explica el primer firmante del estudio, "hemos observado que la presencia de niveles mayores de 870 pg/mL al final del primer año del trasplante identifica a aquellos pacientes con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad vascular del injerto, que representa la principal causa de morbilidad y mortalidad en los pacientes trasplantados a partir del primer año".
Este hallazgo apoyaría, por lo tanto, la determinación de niveles plasmáticos circulantes de NT-proBNP como biomarcador para la detección precoz de enfermedad vascular del injerto. En cualquier caso, expone el Dr. Santos Mateo, "nuestro estudio representa un primer paso, es decir, todavía sería necesario la realización de ensayos con mayor población para intentar confirmar nuestros hallazgos y así poder generalizarlos". Sin embargo, a su juicio, "parece que la determinación de los niveles de NT-proBNP sería recomendable realizarla de forma seriada en el seguimiento de todos los pacientes trasplantados". Además, apostilla este experto, tiene la ventaja añadida de tratarse de una prueba de laboratorio que "está disponible en la gran mayoría de los centros hospitalarios y su coste económico es similar a otras determinaciones de laboratorio que realizamos todos los días, como son las troponinas".