La válvula aórtica bicúspide (VAB) es la anomalía cardiaca congénita más común y se asocia con la dilatación de la aorta ascendente (AoAsc). El morfotipo de dilatación de la AoAsc es distinto según el fenotipo de fusión entre los velos: la dilatación de la raíz y la AoAsc se asocia a la fusión de los velos derecho-izquierdo (RL), mientras que la dilatación de la AoAsc y el arco proximal se asocia a la fusión derecho-no coronárico (RN). Los diferentes morfotipos de dilatación de la AoAsc se han relacionado con alteraciones en el flujo.
El estudio ‘Diferencias en la dinámica del flujo en el arco aórtico en pacientes con válvula aórtica bicúspide según su fenotipo de fusión’, finalista a mejor comunicación oral en el Congreso SEC 2017, tenía por objetivo analizar si también en el arco proximal de los VAB existen diferencias locales en el flujo que puedan justiciar su dilatación en los pacientes RN.
“Nuestro estudio valora las variables demográficas y hemodinámicas en pacientes con VAB y el análisis de nuestros datos demuestra que los pacientes con VAB tipo 2 presentan una mayor excentricidad de flujo y un mayor componente rotacional que los tipo 1, y que dichas variables de flujo alcanzan la aorta ascendente distal y cayado aórtico proximal”, explica el Dr. José Fernando Rodríguez Palomares, uno de los primeros firmantes del estudio.
Por otro lado, la investigación también demuestra que “algunos pacientes con VAB tipo uno -que son minoría- varones, de edad avanzada e hipertensos pueden asociar una mayor excentricidad de lujo y mayor componente rotacional que se correlacionaría con la dilatación de aorta distal en estos pacientes”, explica el experto.
Así, la realización de una cardio-resonancia magnética (CRM) basal en pacientes con VAB podría establecer aquel subgrupo de pacientes tributarios de control periódico con técnicas 3D como la CRM o la tomografía computarizada (CT).
Repercusión clínica
Los pacientes con válvula aórtica bicúspide se asocian en una elevada proporción a dilatación de aorta ascendente y cayado aórtico. Se sabe, que la valoración de dichos segmentos es difícil mediante ecocardiografía (la técnica de elección para su estudio), y requiere de técnicas de imagen avanzadas como la CRM o el CT, que cuentan con menor accesibilidad, disponibilidad y, en el caso del CT, relacionado con radiación.
“Resulta, por tanto, de alto interés clínico la selección de aquellos pacientes con un mayor riesgo de dilatación en dichos segmentos. Ello permitirá una optimización de recursos, la individualización en el seguimiento de los pacientes, una elección correcta del tiempo de cirugía valvular o aórtica y, por tanto, una mejoría en la supervivencia de dichos pacientes”, concluye el Dr. Rodríguez.