Los resultados de la angioplastia con balón de las arterias pulmonares (ABAP) en pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica (HPTEC) van consolidándose progresivamente. Las complicaciones asociadas, sobre todo el edema de reperfusión (ERP), requieren cautela antes de que esta técnica pueda generalizarse.
El estudio ‘Resultados y seguridad de la angioplastia con balón en las arterias pulmonares en la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica’, finalista a mejor comunicación del Congreso SEC 2017, tenía por objetivo evaluar la seguridad y eficacia de la ABAP en pacientes con HPTEC no operable.
La investigación se llevó a cabo en un único centro hasta enero de 2017, tiempo durante el cual se realizaron 156 sesiones de ABAP en 46 pacientes. En todos menos en tres se desestimó la cirugía por afectación distal.
“A 28 de esos 46 pacientes les realizamos tres o más procedimientos de angioplastia pulmonar. Y es en estos 28 pacientes en los que analizamos los resultados de eficacia, ya que consideramos que es necesario que, se les haya realizado, al menos, tres procedimientos de ABAP para empezar a observar mejoría”, explica la Dra. Maite Velázquez Martín, una de las firmantes del estudio. Los resultados de seguridad de la técnica se describieron sobre los 156 procedimientos en los 46 pacientes.
El principal resultado del estudio es que con esta técnica (3 o más procedimientos de ABAP), se consigue una mejoría de parámetros hemodinámicos, de parámetros funcionales y de los parámetros analíticos que denotan estrés de pared del ventrículo derecho (NT proBNP). El segundo resultado importante es que estos beneficios se consiguen con una tasa de complicaciones graves muy bajas: sólo un edema de reperfusión de grado severo -en el 0,6% de los procedimientos- y una mortalidad de la serie del 2,1%, es decir, un paciente de los 46 que incluyó la investigación.
“La principal repercusión clínica de nuestro estudio es que los pacientes experimentan una mejoría muy importante en la calidad de vida, mejorando todos los pacientes al menos un grado en la clase funcional de la OMS y aumentando de media 82 metros la distancia recorrida en el test de seis minutos caminando”, explica la experta, quien añade que también “mejoramos su pronóstico al mejorar los parámetros hemodinámicos de severidad de la enfermedad y los parámetros analíticos que traducen sobrecarga y disfunción del ventrículo derecho”.
Como consecuencias de estas mejorías, “podemos reducir la terapia con medicaciones específicas para hipertensión pulmonar, lo que supone importantes implicaciones tanto económicas como en la calidad de vida de los pacientes”, concluye la Dra. Velázquez.