La mesa redonda ha abordado diferentes aspectos sobre la utilidad de la clínica en tiempos d la tecnología. En la controversia han participado con ponentes expertos en el tema como Julio Mayol, director del Hospital Clínico de Madrid y experto en avances tecnológicos y Miguel Ángel García Fernández, uno de los pioneros de la ecocardiografía en España y antiguo secretario de la SEC. Los aspectos a debate han sido, entre otros, la utilidad de la historia clínica electrónica, la exploración física combinada con la utilidad del fonendo y si las TIC ayudan en el diagnóstico.
“Desde mi punto de vista la clínica sigue teniendo un papel muy relevante en el día a día. Pero no debemos de perder la oportunidad de aprovechar las muchas mejoras que nos trae la tecnología: la historia electrónica, que consume mucho tiempo, facilita y mucho entender la evolución del paciente sin problemas de interpretación. No creo que nadie eche de menos la excelente letra, en muchos casos, de los médicos. Y qué decir del fonendoscopio… Es una herramienta de 200 años, que nos orienta inicialmente pero que falla mucho sin entrenamiento: ver con un ecocardioscopio es un gran avance. No podemos olvidar que la integración de datos es parte de la clínica, pero la alta complejidad precisa de ayudas y las TIC nos hacen ganar mucho tiempo con algoritmos, ahorrando largos razonamientos”, detalla el Dr. Rafael Carlos Vidal, moderador de la mesa.
Uno de los riesgos que se corren en este ámbito es deshumanizar el trato al paciente.
Desde su punto de vista, “evidentemente la tecnología disociada de la clínica es una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la medicina moderna, y uno de los riesgos que supone es la deshumanización. Existe la sensación de que las TIC o la historia clínica electrónica nos separan del paciente, ya que consume mucho tiempo su uso. Y, durante el mismo, los médicos pasamos a relacionarnos con pantallas en lugar de con nuestros pacientes. Y esto es algo que precisamos evitar, probablemente empleando más tiempo en la interacción con el paciente. Creo que, a pesar de los avances tecnológicos, no podemos olvidar el valor curativo de una buena relación médico paciente. Como bien dijo William Osler, el buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”.