El simposio ‘Implante de stent y necesidad de anticoagulación. El mejor sistema de stent’ debatirá el conflicto que existe en la actualidad sobre la necesidad de anticoagulación principalmente en fibrilación auricular y en el régimen antitrombótico de los pacientes que reciben un stent.
Como explica el Dr. Manuel Pan, moderador de la mesa, “el problema se plantea en los pacientes en los que inciden ambos: no se pueden sumar los dos tratamientos, porque el riesgo de sangrado es muy grande. Y tampoco se puede optar por tratar una u otra patología, porque deja de tratar la otra. Por tanto, el debate se centra en qué hacer, si administrar la mitad de dosis de cada régimen, si se prescriben los nuevos anticoagulantes o si se reducen los antiagregantes. Hay diversos artículos recientes con muchas de las posibles combinaciones”, enumera.
Otro tema de debate es el tipo de stent que se elija. En su opinión, debe ser el stent farmacoactivo que menos tiempo de régimen antitrombótico requiera. “Si el paciente sangrara, se le tendría que retirar. La clave es guardar un equilibrio entre los regímenes antitrombóticos -que, como es evidente, reducen el riesgo de trombo- y que, al mismo tiempo, que el paciente no sangre. Es un equilibrio muy difícil en este tipo de pacientes y genera mucho debate”, recalca.
En este campo, los últimos artículos de la literatura reducen el tiempo de doble antiagregación lo que, para el Dr. Pan, supone una ventaja “porque, si se diera el sangrado, este se podría reducir. El problema de los pacientes con stent es que si tú suprimes la doble antiagregación, se trombosa el stent. Y en los pacientes con anticoagulación, si se reduce demasiado la dosis de anticoagulante, el paciente puede sufrir un ictus. Y se mantienen todos los tratamientos, puede aparecer una hemorragia. El debate está abierto”.