Cuatro meses después de su lanzamiento, Ariadna cuenta ya con 10.000 usuarios y casi 4.000 DEAs localizados. Conocemos en profundidad al Dr. Ignacio Fernández Lozano, coordinador de este proyecto y un fanático del Atleti que tiene dividido el corazón entre su equipo y Ariadna.
- ¿Era su vocación la medicina? ¿Qué le hizo decantarse por cardiología?
- SÍ, siempre quise ser médico. No sé muy bien por qué, en mi familia no había antecedentes, pero yo lo tenía muy claro desde la primaria.
- En momentos difíciles, ¿se ha planteado haber tomado la decisión correcta?
- NUNCA. La verdad es que la medicina es una disciplina apasionante y aunque nos quejemos, está llena de profesionales felices y comprometidos.
- ¿Cómo recuerda su primer día en el hospital?
- Algo caótico. Recuerdo estar un poco perdido por los pasillos de “La Paz” buscando al profesor responsable de las prácticas. También recuerdo la sensación de mucha actividad y el orgullo de pertenecer a algo importante.
- ¿Qué es lo más extraño que se ha encontrado en la consulta durante todos estos años de trayectoria?
- Una vez pasando consulta un enfermo me dijo que me traía un regalo. Yo le di las gracias y terminé de atenderle. Después me fui a visitar un paciente en la planta y cuando volví había un cabrito vivo atado con una cuerda a la pata de la mesa. A día de hoy todavía me pregunto cómo pudo meterlo en el hospital.
- Está especialmente sensibilizado con la lucha por la cardioprotección, ¿en qué se ha avanzado en estos últimos años? ¿Queda mucho por hacer?
- La atención a la parada cardiaca ha cambiado por completo en los últimos años. Probablemente es la condición médica más urgente y la que precisa una atención más inmediata. Por ello, hemos comprendido que para tener éxito no podemos depender solo de profesionales sanitarios, es imprescindible implicar a la sociedad para que realice técnicas de reanimación y acceda a un DEA antes de que pueda llegar una UVI móvil. Sabemos que aquellas personas que sufren parada cardiaca y son atendidas por un voluntario tienen mayores probabilidades de sobrevivir. Necesitamos un plan nacional que nos permita que esto suceda. Ariadna es solo un paso en la buena dirección.
- Se podría decir que es uno de los “padres” de Ariadna, ¿desde cuándo tenían esta idea en mente y qué hizo posible que se convirtiera en una realidad?
- Empezamos a pensar en una app hace aproximadamente ocho años. Inicialmente iba a ser un proyecto alrededor del hospital. Luego fuimos aprendiendo de nuestros primeros errores, encontramos la colaboración entusiasta de Cruz Roja y logramos montar un proyecto viable e ilusionante.
- Como colchonero es un sufridor nato, ¿le ha dado Ariadna más alegrías que el Atleti?
- De momento me ha dado algunas alegrías, pero el camino por recorrer es largo. Lo que está claro es que tenemos que tener los pies en el suelo e ir avanzando “partido a partido”.
- Si fuera un súper héroe, ¿qué poder elegiría?
- El de poder curar las heridas y las enfermedades.
- Compagina la dirección del CERCP y de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid con la docencia y la familia. ¿Le quedan ratos libres? ¿qué le gusta hacer si tiene una tarde libre, un sábado o un domingo?
- Me gusta ir al futbol, ir a la ópera, montar en bicicleta y pasar el tiempo que puedo con la familia, generalmente alrededor de una mesa. La verdad es que la agenda del fin de semana está también llena. Yo afortunadamente duermo poco.
- ¿Un lugar para perderse?
- Baiona. Un pueblo maravilloso.
- Siempre acompañado de Ariadna ¿no?
- Siempre. En Baiona tenemos 3 DEAs perfectamente localizados.
- ¿Qué le queda por conseguir?
- La vida no es una meta, lo importante es el camino. Me queda levantarme por la mañana y seguir buscando la felicidad, espero que muchos días.
- Un lema vital
- Nunca me he creído tan importante como para tener un lema propio, pero si tengo que elegir uno me quedo con el Ex libris que tenía mi padre, la persona que más cosas me ha enseñado: “aut inveniam viam aut faciam”. Una frase atribuida a Aníbal y que se podría traducir como “Voy a encontrar un camino, o a hacer uno”.