Recientemente se han conocido los resultados del Registro ENCARFA, una encuesta que analiza la situación actual de la cardioversión de la fibrilación auricular (FA) en España. “El objetivo era recoger cuál es la práctica clínica habitual y cómo estamos tratando la cardioversión tanto en los servicios de urgencias como en los de cardiología ya que, hasta ahora, la información disponible sobre este procedimiento y sus resultados en nuestro país eran escasos. De ahí la importancia de analizar su eficacia y seguridad”, explica el Dr. Ignacio Fernández Lozano, co-director del estudio junto al Dr. Alfonso Martín Martínez.
Para ello, ENCARFA, promovido por la Agencia de Investigación de la SEC y publicado en REC:CardioClinics, se ha diseñado como un estudio observacional, trasversal y multicéntrico llevado a cabo en 73 servicios de cardiología y de urgencias de todo el territorio nacional en los que se han realizado 10.949 cardioversiones. De estas, el 60% se llevaron a cabo en los servicios de cardiología mientras que el 40% se realizaron en los servicios de urgencias.
Mientras que en los servicios de cardiología únicamente el 6,6% de las cardioversiones se realiza en los primeros 5 días desde el diagnóstico de FA y un 2.9% en las primeras tres semanas, en urgencias, un 71.2% de los procedimientos se realizaron en menos de 5 días y un 76.9% en menos de tres semanas. “Este estudio demuestra que los servicios de urgencias realizan una elevada proporción de las cardioversiones, con una mayor efectividad debido a la menor duración de los episodios y, por ello, su contribución es valiosa para incrementar la efectividad global de la restauración del ritmo sinusal”, señala el Dr. Martín Martínez.
Sin embargo, los datos de este estudio muestran que las dificultades logísticas tienen un impacto en la restauración del ritmo sinusal en España, ya que uno de cada 10 pacientes en los servicios de cardiología espera más de 2 meses para la realización de la cardioversión. “Estas largas esperas pueden asociarse con un mayor remodelado auricular, y por consiguiente, con una menor efectividad de la estrategia de control del ritmo. Por ello, es preciso obtener de las autoridades sanitarias los recursos asistenciales suficientes que permitan realizar la cardioversión en su momento óptimo en cuanto a seguridad y efectividad”, apunta el Dr. Martín Martínez, que continúa, “es conveniente que los servicios de urgencias estén alineados con los de cardiología y compartan su estrategia global de control de ritmo, aprovechando las posibilidades de cardioversión más precoz que existen en los servicios de urgencias, con el objetivo de facilitar el control posterior del ritmo a largo plazo gracias a una restauración más precoz del ritmo sinusal”.
Al analizar la eficacia de la cardioversión según el tratamiento anticoagulante empleado, el uso de anticoagulantes orales de acción directa se asoció a una cardioversión más precoz. “Así se pone de manifiesto que los ACOD proporcionan una anticoagulación eficaz que permite un alta tras la cardioversión sin riesgo de tromboembolia”, indica el Dr. Fernández Lozano, y se lamenta ante la discrepancia existente a la hora de utilizar estos fármacos para la cardioversión entre comunidades. “La SEC se está implicando para que el IPT sea común a todas las comunidades autónomas y que la cardioversión sea una indicación clara de utilizar un fármaco más seguro y efectivo”, puntualiza el Dr. Fernández Lozano.
Por lo tanto, el estudio ENCARFA ha demostrado que la cardioversión es un procedimiento seguro y eficaz con una alta tasa de efectividad tanto en los servicios de urgencias como en los de cardiología. “Estos resultados son un fiel reflejo de la cardioversión en la práctica diaria de nuestro medio y proporcionan información útil para establecer estrategias de mejora de sus resultados”, concluyen los especialistas.