La relación de la profesión médica con la sociedad ha llegado a ser tensa en los últimos años, debido a una combinación de factores, incluyendo la reacción a una serie de comportamientos no profesionales. Por ello, ha renacido un interés creciente en la búsqueda por devolver a la medicina el carácter de una profesión con un compromiso social, más que el de una simple ocupación. Es decir, una forma de vida donde los médicos actúen con altos estándares de profesionalismo.
Los rápidos avances en el conocimiento alcanzados en los últimos treinta o cuarenta años han impactado en el ejercicio de todas las profesiones, pero en ningún caso de manera tan significativa como en la medicina. Como consecuencia, el incremento en el “profesionalismo experto” se ha acompañado de la disminución en el “profesionalismo con compromiso social”.
La profesión ha respondido redefiniendo sus valores y normas fundamentales, principalmente en términos de rasgos de carácter y comportamientos observables, e imponiendo mayor autoridad de colegiación
¿QUÉ ES EL PROFESIONALISMO?
El concepto de profesionalismo, entendido como el conjunto de conocimientos, habilidades, principios y valores que sustentan una práctica idónea de la medicina en el marco de los más elevados estándares de calidad científica, ética y humanista, también ha adquirido gran relevancia en el panorama de la educación médica en los últimos años, como consecuencia de los cambios surgidos en el contexto en que se desarrollan las actividades propias del ejercicio de la medicina.
Para Swick, el profesionalismo médico debe fundamentarse en las características del área en que se desarrolla el ejercicio profesional y está estrechamente relacionado con las condiciones del hacer cotidiano, desde la perspectiva individual y colectiva. La definición de profesionalismo va más allá del diccionario, que sólo indica que se trata de la competencia o destreza esperada en un individuo que ejerce una profesión.
En medicina, el concepto debe afincarse en la naturaleza misma de la profesión médica, entendida ésta como una forma de vida, asentada en la ética. Pardell, reafirma lo anterior y resalta la importancia de concebir una “nueva profesión, para una nueva sociedad”, hecho que determina la concreción del concepto de profesionalismo médico en torno al conjunto de valores, actitudes y comportamientos orientados al servicio del paciente y de la sociedad antes que el beneficio propio.
El código no escrito de conducta médica, que llamamos profesionalismo, surge a partir de la naturaleza de la medicina y sus valores permanentes, por un lado, y de la consideración de la rectitud o corrección del actuar médico, por el otro; en esa misma línea, siguiendo con Rodríguez-Portales, la medicina tiene valores que la han caracterizado tradicionalmente, y aunque en muchas épocas estos valores han sido cuestionados y aún atacados, siempre han sobrevivido a las modas y a los cambios, sobre todo por ser una forma de vida asentada en la ética. Estos valores se insertan en una antropología y una cosmovisión que, aunque puedan diferir según los individuos y las épocas, se basan en una relación de ayuda, una relación entre alguien necesitado y un dispensador de ayuda en la que deben hacerse patentes los valores tradicionales y permanentes de la Medicina, la naturaleza misma de la profesión.
El concepto de profesionalismo médico no es nada nuevo, pues hace décadas que se habla de él, pero reaparecen los artículos para concienciar y cimentar este fundamento esencial en nuestro quehacer.
Una concepción moderna del profesionalismo médico fue publicada por un grupo internacional de organizaciones médicas bajo el título “Medical Professionalism in the New Millennium: a Physician Charter” en 2002. El preámbulo del documento insiste en el hecho de que el profesionalismo es la base del contrato de la medicina con la sociedad, sentencia que demanda la consideración de las necesidades del paciente sobre los intereses del médico, el mantenimiento de los máximos estándares de competencia e integridad, y la provisión de asistencia calificada a la sociedad en materia de salud.
El profesionalismo es un constructo multidimensional y complejo cuyo significado varía a través del tiempo y la cultura (Hodges et al 2011). Los valores son percibidos de forma diferente en función de las perspectivas individuales y sociales y, por lo tanto, el profesionalismo responde a influencias dinámicas a nivel individual, social (compañeros / pares), y de la sociedad, que pueden resultar conflictivas entre sí.
Como los valores profesionales son priorizados y adoptados en la práctica, varían en función de cómo los médicos afrontan y organizan su trabajo. Según esta visión, el comportamiento profesional del médico depende de sus creencias y valores personales y profesionales, pero también está influenciado por factores situacionales y contextuales a lo largo de su vida profesional, desde la entrada a la facultad hasta el abandono de la práctica activa.
La ética y el profesionalismo constituyen el fundamento de la actividad de la medicina, que es una empresa intensamente moral. El profesionalismo no es sólo la base del contrato social de la medicina, sino, principalmente, una fuerza estructuralmente estabilizadora y moralmente protectora de la sociedad.
El profesionalismo incluye cuatro componentes fundamentales:
- Conocimiento especializado, o sea, erudición y sabiduría en la medicina como ciencia
- Autonomía en la toma de decisiones, que, en el caso específico de la medicina, constituye la esencia del acto médico
- Compromiso de servicio a la sociedad, en el contexto ético, moral y deontológico de la medicina
- Autorregulación, que diferencia a las profesiones de los oficios
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y RESPONSABILIDADES PROFESIONALES
El “Medical Professionalism Project” plantea una hoja de ruta para el nuevo milenio: el fortalecimiento del profesionalismo médico, con base en tres principios y 10 compromisos.
Los tres principios fundamentales son:
- Principio de primacía del bienestar del paciente. Se refiere a la obligación de servir los intereses del paciente, con altruismo en la construcción de la relación médico-paciente. Ni las fuerzas del mercado, ni las presiones sociales, ni las exigencias administrativas pueden interferir con la aplicación de este principio.
- Principio de la autonomía del paciente. Los médicos deben tener respeto por la autonomía del paciente, deben ser honestos y darle el poder para la toma de decisiones informadas sobre su tratamiento. Pero las decisiones del paciente no deben ir en contra de las prácticas éticas ni dar lugar a demandas por atención inadecuada.
- Principio de justicia social. La profesión médica debe propender por la justicia en los sistemas de salud, incluyendo la adecuada distribución de los recursos. Los médicos deben esforzarse en eliminar la discriminación en los servicios de salud, sea por raza, género, estatus socioeconómico, etnia, religión o cualquier otra categoría social.
Y los 10 compromisos profesionales son:
- Compromiso con las competencias profesionales. Los médicos deben estar comprometidos con el aprendizaje de por vida para mantener actualizados su conocimiento y habilidades en tal forma que siempre puedan prestar servicios de calidad, y la profesión médica establecer mecanismos para garantizar este objetivo.
- Compromiso de honestidad con los pacientes. Este compromiso implica que el médico provea información completa y honesta al paciente antes de su consentimiento para iniciar tratamiento. Si un paciente resulta lesionado como consecuencia del tratamiento, él o ella deben ser prontamente informados. El reporte en el análisis de los errores médicos sirve para la prevención y la implementación de estrategias de compensación.
- Compromiso con la confidencialidad. La confianza del paciente depende en grado extremo de la confidencialidad. Este principio es hoy de capital importancia, dada la amplia utilización de los medios electrónicos y la creciente accesibilidad a información genética. Sin embargo, el médico debe considerar el sacrificio de la confidencialidad si se pone en peligro el bien público, por ejemplo, el daño que puede ocurrir a otros.
- Compromiso de mantener buenas relaciones con los pacientes. Dada la vulnerabilidad y dependencia de los pacientes, se deben evitar determinadas relaciones entre los médicos y sus pacientes, especialmente en cuanto a asuntos sexuales, explotación financiera u otro propósito similar.
- Compromiso de mejorar la calidad de la atención. Los médicos deben estar continuamente empeñados en la superación de la calidad de la atención. Esto se refiere no sólo a mantener sus competencias, sino también a la colaboración con otros profesionales para reducir el error médico, elevar los niveles de seguridad del paciente, minimizar la excesiva utilización de los recursos y optimizar el resultado final de la atención. Este propósito debe ser tanto una acción individual, como una acción colectiva a través de las asociaciones y sociedades profesionales y científicas.
- Compromiso de mejorar el acceso a los servicios de salud. Los médicos, de forma individual y colectiva, deben preocuparse por reducir las barreras al acceso a servicios de salud equitativos y de calidad.
- Compromiso con una distribución justa de los recursos finitos. El médico, al tiempo que brinda una atención adecuada para las necesidades del paciente, debe tener en cuenta el uso juicioso y costo-efectivo de los limitados recursos. La provisión de servicios innecesarios puede resultar en daño al paciente y desperdicia los recursos que deben estar disponibles para otros.
- Compromiso con el conocimiento científico. Mucho del contrato social de la medicina con la sociedad se basa en la integridad y el uso apropiado del conocimiento científico y de la tecnología. Los médicos deben ser baluartes de los estándares científicos, promover la investigación y crear nuevos conocimientos.
- Compromiso de mantener la confianza manejando los conflictos de interés. Los médicos y sus organizaciones se enfrentan a oportunidades que pueden poner en peligro sus responsabilidades profesionales cuando aceptan ganancias económicas o ventajas personales. Esto puede ocurrir en la relación con las industrias con ánimo de lucro, incluyendo las de los equipos médicos, las compañías aseguradoras y las casas farmacéuticas.
- Compromiso con las responsabilidades profesionales. Como miembros de una profesión, los médicos deben trabajar en colaboración a fin de maximizar la calidad de la atención, respetarse los unos con los otros y participar en el proceso de autorregulación, el cual incluye aplicar medidas disciplinarias a quienes fallen en la observación de los estándares profesionales.
La esencia del profesionalismo radica en la confianza pública en el médico, la cual dependerá en gran medida de la integridad individual y en conjunto de toda la profesión.
COMO ENSEÑAR Y APRENDER PROFESIONALISMO
Enseñar profesionalismo se convierte en un reto para todos los médicos en general, pero sobre todo para aquellos que estamos en estrecho contacto con alumnos y residentes.
La formación en los valores del profesionalismo ha de ser un proceso continuo y constante a lo largo de todo el contínuum educativo, y se debe iniciar lo más pronto posible desde el primer momento en que los estudiantes ingresan en la facultad de medicina. A lo largo de todo proceso educativo deben facilitarse al estudiante y al residente oportunidades y actividades de aprendizaje y reflexión para que vaya adquiriendo estos valores.
NO es fácil este reto. Según Palés Argullós, y cito textualmente, “se considera que el mejor sistema para que los estudiantes aprendan las actitudes, valores y comportamientos éticos del profesionalismo es el modelaje que genera la conducta de otros miembros del contexto clínico y educativo. La presentación del modelo profesional que emular exige idealmente que el que actúa de modelo sea clínicamente competente (que tenga conocimientos, habilidades clínicas y comunicativas, buen juicio y capacidad para decidir), que sea un habilidoso educador (comunicador, proveedor de feedback y creador de oportunidades para la reflexión) y esté dotado de cualidades personales (honestidad, compasión, integridad, entusiasmo y compromiso con la excelencia)”.
Existen además una serie de herramientas docentes para favorecer este aprendizaje del profesionalismo. Herramientas con las que los tutores, docentes y demás debemos estar familiarizados.
Enseñar, Aprender, Evaluar….no es sencillo. Los alumnos deben confirmar que el profesionalismo está articulado en todo el sistema en el que trabajan y aprenden. En medicina esto implica tener un ambiente en el que la ética y el profesionalismo se vivan no sólo en la Universidad, sino en todo el sistema de salud.
BIBLIOGRAFIA
- Hodges B, Paul R, Ginsburg S & the Ottawa Consensus Group Members. Assessment of professionalism: From where have we come – to where are we going? An update from the Ottawa Consensus Group on the assessment of professionalism, Medical Teacher, 2019; 41:3, 249-255
- Palés-Argullos J. Estrategias para el aprendizaje del profesionalismo. Educ Med. 2015;16(Supl 1):13-16
- Gual A, Palés-Argullós J, Nolla-Domenjó M, Oriol-Bosch A. Proceso de Bolonia (III). Educación en valores: profesionalismo. Educ Med. 2011;
- Cruess RL, Cruess SR, Steinert S. Teaching medical professionalism. New York: Cambridge University Press; 2009.
- Gual A, Oriol-Bosch A, Pardell H. El médico del futuro. Med Clin (Barc). 2010;134:363-8.4:73-81.