Recientemente se han conocido los resultados del estudio FUNCOMBO, un ensayo aleatorizado cuyo objetivo ha sido comparar la función endotelial de la arteria responsable del infarto (ARI) tratada con stents bioactivos captadores de células progenitoras endoteliales circulantes liberadores de sirolimus (SES) frente a la tratada con stents farmacoactivos liberadores de biolimus sin polímero (BES), así como comparar la función microvascular de la ARI y el grado de cicatrización de ambos dispositivos a los 6 meses de su implantación.
“Se trata del primer estudio que investiga la función coronaria de las nuevas tecnologías de stents con el objetivo de promover la reendotelización del stent en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST)”, explica el Dr. Josep Gómez Lara, coordinador principal del estudio. “Hasta ahora se sabía la función vasomotora endotelio-dependiente que presentan los segmentos distales de ARI tratadas con este tipo de dispositivos. En general, los stents metálicos (BMS) muestran una mejor función endotelial (distal al stent) que los stents farmacoactivos (SLF), lo que se ha atribuido a una mejor cicatrización y reendotelialización”, señala el experto. Y añade: “Los pacientes con IAMCEST muestran una peor cicatrización de los stents coronarios que los implantes en otros escenarios clínicos. Los SFA de nueva generación, como los SFA bioactivos y sin polímeros, están diseñados con el objetivo de mejorar la cobertura del stent y la reendotelización. Sin embargo, se desconocía en gran medida hasta el momento, la función endotelial de los segmentos coronarios distales tratados con esos stents en pacientes con IAMCEST”.
Para ello, el estudio FUNCOMBO, promovido por la Agencia de Investigación de la SEC y publicado en Revista Española de Cardiología, aleatorizó a 60 pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST a tratamiento con SES o tratamiento con BES. “Después de 6 meses, todos los pacientes se sometieron a pruebas vasomotoras mediante acetilcolina y nitroglicerina intracoronaria y de función microvascular mediante técnicas de termodilución y exploración con tomografía de coherencia óptica (OCT). Una respuesta vasoconstrictora a la acetilcolina ≥ 4% se definió como disfunción endotelial”, detalla el experto.
Este registro ha arrojado importantes resultados. Ambos grupos presentaron similares porcentajes de disfunción endotelial (el 64,0 frente al 62,5%; p = 0,913). También presentaron resultados similares con respecto a la función microvascular: la reserva coronaria de flujo fue de 3,23 ± 1,77 frente a 3,23 ± 1,62 (p = 0,992) y el índice de resistencia microvascular, 24,8 ± 16,8 frente a 21,3 ± 12,0 (p = 0,440). Los hallazgos de la OCT fueron parecidos e indicaban una cicatrización avanzada con porcentajes de stents sin recubrir (el 2,3 frente al 3,2%; p = 0,466), con mala aposición (el 0,1 frente al 0,3%; p = 0,519) y de evaginaciones coronarias mayores (el 7,1 frente al 5,6%; p = 0,708) muy bajas.
“Aunque pueden plantearse como hipótesis pequeñas diferencias entre las tecnologías de los stents, la función endotelial observada en pacientes con IAMCEST estaba gravemente afectada y puede tener múltiples causas. Además, se observó disfunción endotelial a pesar de la cicatrización óptima del stent y la función microvascular”, indica el Dr. Gómez Lara, que concluye que “son necesarias más investigaciones para abordar el papel de la disfunción endotelial relacionada con el stent en pacientes con IAMCEST”.