Muchas de las nuevas esperanzas que han surgido en los últimos años en el manejo de las cardiopatías familiares se centran en la posibilidad de cambiar el ADN con la revolucionaria técnica CRISPR. Las promesas y especulaciones están empezando a dar paso a las realidades, tal y como ha puesto de manifiesto la Dra. María Sabater Molina en su intervención en el Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular, quien ha dejado claro que este recurso se ha convertido en un claro ejemplo de la importancia que tiene la investigación biomédica en la sociedad.
A su juicio, “es evidente que el desarrollo de la tecnología CRISPR-Cas9 en la edición genómica ha supuesto un antes y un después, y ha hecho que pensemos que la cura o el tratamiento de enfermedades hoy incurables pueda estar muy cerca”. Y es que, según añade esta investigadora, “el hecho de estudiar la función de los genes editando el genoma de cualquier célula, hace que podamos desarrollar sistemas de edición que puedan prevenir y tratar las enfermedades”. Por eso, afirma, “estamos a las puertas de una nueva era de la medicina, como es la medicina de precisión personalizada, que permitirá diseñar estrategias terapéuticas y de prevención específicas para cada paciente”.
Cardiopatías hereditarias
En su conferencia, la integrante del Laboratorio de Cardiogenética del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca-IMIB (Murcia), ha tratado de explicar el sistema CRISPR/Cas9 y sus distintas aplicaciones en especial en el área de la biomedicina, como la generación de modelos celulares y animales para el estudio de enfermedades y su aplicación terapéutica; además, ha pasado revista a los diferentes ensayos clínicos que hay actualmente en marcha.
En el campo de las cardiopatías hereditarias, se está avanzando especialmente en los últimos años en el desarrollo de tratamientos personalizados, como el Mavacamten; aunque no emplea el CRISPR, pasa por ser el primer ejemplo de medicina personalizada aplicada a la miocardiopatía hipertrófica.
Lo cierto es que las nuevas esperanzas en el manejo de las cardiopatías familiares recaen en el CRISPR o en una herramienta de edición genómica aún más precisa, como son los editores de base. No obstante, como solicita la Dra. Sabater, “hay que ser cautelosos, ya que las cardiopatías familiares, aunque se definan como monogénicas, son multifactoriales y de penetrancia incompleta. Hoy se está trabajando en cómo hacerlo de forma eficiente y segura para el paciente, pero cuando se consiga se tendrá que discutir y consensuar a quién y cuándo”.
Mucho potencial y cosas por mejorar
Con todo, en palabras de la Dra. Sabater, “el CRISPR/Cas9 representa un gran avance en la tecnología de edición del genoma, abriendo nuevas vías para manipular el genoma in vitro e in vivo”; y, en concreto, apostilla, “existen múltiples aplicaciones de esta técnica en las cardiopatías familiares que permitirán conocer mejor las diferentes enfermedades, así como el desarrollo de herramientas de prevención y tratamiento”.
En su experiencia particular, en el Laboratorio de Cardiogenética del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca-IMIB (Murcia), CRISPR-Cas9 está actualmente empleándose para desarrollar un modelo de miocardiopatía arritmogénica en pez cebra. “Tenemos líneas mutantes para los genes Pkp2 y Dsp y estamos tratando de caracterizar el modelo y evaluar factores desencadenantes de la enfermedad, como el envejecimiento o el deporte,…”, informa María Sabater.
Sin embargo, en general, todavía quedan dificultades importantes que resolver respecto al uso del CRISPR La experta investigadora en cardiopatías hereditarias destaca, al menos, tres: 1) el delivery, o cómo llevar la herramienta de edición genómica al corazón de forma segura y eficiente; 2) la baja tasa de reparación por homología que hay en las células diferenciadas, como los cardiomiocitos; y 3) la posible respuesta inmune que puede desarrollar Cas9. En este sentido, María Sabater apunta que “la edición de las células germinales podría ser más ‘fácil’, pero plantea una serie de cuestiones éticas (sobre todo cuando se trata de embriones humanos)”.
Gran parte de las posibilidades de éxito para superar estos obstáculos pasan por “hacer una investigación traslacional en la que participen grupos multidisciplinares, así como por la colaboración en redes de investigación nacionales (como el CIBER-CV) y en redes internacionales (GUARD-HEART)”, considera la Dra. Sabater, quien confía en que “ésto hará posible que se produzcan grandes avances en la investigación de las cardiopatías familiares”.