La Fundación Española del Corazón (FEC) lleva desde hace 55 años tratando de promover la educación, la prevención y la investigación en materia de salud cardiovascular en la sociedad civil, así como de fomentar y difundir hábitos de vida cardiosaludables en la población española.
La FEC ha hecho de la prevención de la enfermedad cardiovascular su misión vital, apostando por la eficacia de la formación desde la infancia, por un estilo de vida cardiosaludable que ayude a controlar los factores de riesgo que dan lugar, con el paso de los años, al desarrollo de la patología cardiaca.
Aunque hemos logrado reducir la mortalidad cardiovascular en las últimas décadas, las enfermedades del sistema circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte en España (casi 120.000 en el 2020, más que todas las registradas en ese año por la pandemia de la COVID-19, con 80.796 fallecimientos).
Sin embargo, la prevalencia e incidencia de las enfermedades cardiovasculares (es decir, cuantos enfermos hay en total y cuantos nuevos surgen cada año) siguen aumentando y se prevé un progresivo aumento en las siguientes décadas, en paralelo con el incremento de edad de la población.
Así, la pregunta que nos hemos hecho es: ¿qué más podemos hacer para evitar que aparezca la enfermedad cardiovascular, además de seguir controlando la existente? La respuesta es clara: incidir más en la promoción de la salud desde la temprana infancia mediante la educación y establecimiento de programas cardiosaludables (fomento del ejercicio, una adecuada alimentación, evitar tóxicos como el tabaco, entre otros) y, además, acercarnos a la sociedad civil desde una doble vertiente: por un lado, formándola y educándola en los beneficios de una adecuada salud y de la necesidad de prevenir los factores causantes de la enfermedad cardiovascular (evitando la obesidad, el sedentarismo, no fumar, controlando la tensión arterial, la diabetes o el colesterol). Por otro lado, utilizando las tecnologías de imagen y comunicación actuales (medios audiovisuales, redes sociales, etc.) para concienciarla del impacto tan negativo que tienen las enfermedades cardiovasculares (mortalidad, morbilidad, años de vida perdidos, coste personal, social y económico).
El informe de la segunda ola de la Encuesta de Salud (ESFEC), presentada este año, en la que se han analizado los datos relativos al estado de salud de la población infanto-juvenil española demuestra que, el 35% de los menores (de 1 a 15 años) tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular; el 39,1% sigue una dieta de muy baja calidad; el 51% de los menores son sedentarios, más los niños que las niñas, y especialmente el grupo de edad de entre 10 y 15 años. También se desprende que el 20,5% de los encuestados tiene sobrepeso y el 8,7%, obesidad.
Respecto a los hábitos alimentarios, apenas el 6,9% de los menores encuestados presenta una alta adherencia a la dieta mediterránea, y el 39,1% sigue una dieta de muy baja calidad.
A pesar de todos estos datos negativos, el 97% de las familias españolas con menores a su cargo cree que el estado de salud de estos es bueno o muy bueno. De ahí la trascendencia de cambiar esta errónea percepción, pues solo se modifica aquello que se mide, que difiere de los estándares normales y de lo que se es consciente.
Hacia estas nuevas líneas, la FEC desarrollará sus actividades, sin olvidarnos de aquellas otras en las que ha venido concentrando sus esfuerzos y actividades a lo largo de todos los años de su trayectoria.
Si tuviese que resumir el mensaje en una frase, diría lo siguiente: “Ser consciente de la necesidad de promover la salud desde la infancia, con hábitos cardiosaludables, y mantenerla en el tiempo, es la única forma de evitar el impacto tan negativo que se puede sufrir, personal y socialmente, con la aparición de la enfermedad cardiovascular”.
Dr. Andrés Íñiguez Romo
Presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC)