Actualmente se acepta mayoritariamente el beneficio que se deriva de la doble antiagregación para reducir el riesgo de trombosis tras sufrir un infarto agudo de miocardio, poniéndose como límite habitual de prolongación de esta terapia un año. Sin embargo, algunos expertos sugieren que extender más este periodo de tratamiento antiplaquetario dual puede resultar también una opción “atractiva” y “deseable”. Así lo considera el Dr. Dimitrios Alexopoulos.
Actualmente se acepta mayoritariamente el beneficio que se deriva de la doble antiagregación para reducir el riesgo de trombosis tras sufrir un infarto agudo de miocardio, poniéndose como límite habitual de prolongación de esta terapia un año. Sin embargo, algunos expertos sugieren que extender más este periodo de tratamiento antiplaquetario dual puede resultar también una opción “atractiva” y “deseable”. Así lo considera el Dr. Dimitrios Alexopoulos, que participa como ponente en una sesión realizada gracias a una beca no condicionada de AstraZeneca sobre antiagregación en el abordaje del riesgo trombótico tras el IAM.
- ¿Qué nuevas evidencias existen respecto a la duración de la doble antiagregación en el abordaje del riesgo trombótico tras el IAM?
- Es bien sabido que las plaquetas desempeñan un papel central en la formación de trombos y, posteriormente, en el inicio, evolución y aparición de manifestaciones agudas de la arteriopatía coronaria. En este sentido, el tratamiento antiplaquetario es esencial para la gestión del riesgo trombótico después de un infarto agudo de miocardio. Además, sabemos que el tratamiento antiplaquetario dual, o la doble antiagregación, es obligatorio durante al menos el año posterior al evento agudo, tanto si se implanta un stent y como si no. Sin embargo, la prolongación del tratamiento antiplaquetario dual después del período obligatorio para prevenir la aparición de futuros eventos trombóticos parece ser una estrategia deseable y atractiva, después de la evaluación individualizada meticulosa del riesgo hemorrágico de cada paciente.
- Pero, en concreto, ¿qué aporta la doble antiagregación en la gestión de riesgo trombótico tras un infarto de miocardio?
- El riesgo de trombosis después de un infarto de miocardio se extiende más allá del primer año. Hasta un 20% de los pacientes sufren episodios isquémicos entre 1 y 4 años después de sufrir un infarto de miocardio; por ello, insisto, el tratamiento antiplaquetario puede ayudar en el abordaje de este riesgo.
- En su opinión, ¿cuál debe ser la duración óptima de la terapia antiplaquetaria dual en estos casos?
- Nuevas evidencias sobre la duración de la terapia dual, procedentes de los estudios DAPT y PEGASUS TIMI 54, sugieren que la duración óptima de la doble antiagregación plaquetaria después de un infarto de miocardio es probablemente superior a los 12 meses para la mayoría de los pacientes, aunque la prolongación de esta terapia se asocia con un mayor riesgo de sangrado.
- ¿Cuál es el perfil de los pacientes que más se pueden beneficiar de este enfoque?
- Básicamente la población similar a la incluida en el estudio PEGASUS, es decir, los pacientes con IM previo, que 1 año después del tratamiento antiplaquetario obligatorio tienen más de 65 años o tienen más de 50 años de edad y cuentan además con uno de los siguientes factores de riesgo: diabetes mellitus, un segundo infarto de miocardio espontáneo previo, arteriopatía coronaria multivasos o aclaramiento de creatinina <60 ml por minuto. Por supuesto, debemos excluir a los pacientes con antecedentes de accidente cerebrovascular o propensos a sufrir hemorragias.
- ¿Cuáles son los principales obstáculos que se advierten para el uso de esta pauta de doble antiagregación?
- Fundamentalmente, el problema principal es la identificación precisa del candidato ideal, sobre todo por la dificultad para predecir el riesgo de sangrado que tiene cada paciente.
- ¿Y qué futuras mejoras nos esperan en este ámbito?
- Siguen siendo cuestiones sin resolver el cálculo de la rentabilidad de una estrategia prolongada, la duración del tratamiento (3 años o incluso más tiempo, por ejemplo) y si existe alguna posibilidad de reducir el riesgo de sangrado con aspirina en estos casos.