El estudio ‘Ratio de flujo cuantitativo coronario (QFR) basado en angiografía para evaluación de significación funcional de lesiones no culpables en infarto de miocardio con elevación del segmento ST’ ha testado la precisión diagnóstica de la QFR medida durante la presentación inicial frente a la reserva fraccional (FFR) real obtenida en un segundo tiempo.
Para ello, los investigadores incluyeron en el estudio a pacientes de tres centros y tres países - España, Reino Unido y Japón - con IAMCEST y lesiones en un vaso no culpable, que fueron posteriormente evaluadas con FFR en la fase subaguda del infarto. El Dr. Fernando Macaya, uno de los autores de la investigación, explica que “se excluyeron lesiones del tronco coronario, injertos previos en vaso no culpable y estudio angiográfico de calidad insuficiente para el análisis cuantitativo”. El análisis QFR fue centralizado y ciego al FFR y al tratamiento recibido; y se empleó el punto de corte de 0.80 en FFR para evaluar el rendimiento diagnóstico del QFR.
Se analizaron 91 lesiones no culpables de 82 pacientes con IAMCEST. Las estenosis evaluadas fueron de una severidad intermedia. La precisión diagnóstica global (es decir, el porcentaje de clasificados correctamente) fue de 83.5%, mientras que la sensibilidad y especificidad global del QFR fue del 85.7% y 80%, respectivamente. Finalmente, el análisis ROC identificó una “zona gris”, de 0.75 a 0.85 inclusive, fuera de la cual (61.5% de las lesiones) el QFR mostraba una precisión diagnóstica mayor del 95%, y también una “zona segura” en la que los valores de QFR>0.88 tuvieron un valor predictivo negativo al 100%, “con lo que se podían haber ahorrado una cuarta parte de los segundos procedimientos programados”, explica el investigador.
“Estos resultados muestran que el QFR tiene una precisión diagnóstica muy satisfactoria y que puede convertirse en una útil herramienta para evaluar la significación funcional de vasos no culpables del infarto de miocardio con elevación del segmento ST en el momento de la angioplastia primaria, con el potencial de evitar procedimientos repetidos y guías de presión”, valora el Dr. Macaya, quien concluye que “futuros estudios, evaluando estrategias híbridas QFR-FFR, deberán demostrar el verdadero beneficio de esta herramienta”.