La generación del conocimiento es fundamental e imprescindible para el avance de la Medicina, pero en muchas ocasiones esta semilla no llega a dar sus frutos, no tanto por su falta de trascendencia sino por carecer de los resortes adecuados para trasladarse con éxito a la práctica clínica. Y en este proceso que va de la investigación básica a la cabecera del enfermo hay un protagonista no siempre bien apreciado ni potenciado: la iniciativa empresarial. Una sesión conjunta SEC-CIBERCV se ha centrado en el conocimiento, la salud y la prosperidad en la investigación independiente cooperativa.
Investigación de calidad e independiente: la cuadratura del círculo
A pesar de las dificultades, en el momento actual es posible llevar a cabo una investigación de calidad, costosa...e independiente, “al menos en las primeras fases debe ser de esta forma”, considera la Dra. Lina Badimón. Según esta experta, “el gobierno y la Unión Europea deben tener las ideas claras sobre esto. La investigación de calidad surge del conocimiento y los países que más avanzan son los que invierten en investigación de calidad y en generación de conocimiento. En las fases avanzadas de la investigación, cuando se buscan ya prototipos o se necesitan pruebas de concepto aplicativas, hace falta el apoyo de organizaciones diferentes que deben estar dispuestas a ayudar”.
Más específicamente, la Dra. Lina Badimón ha abordado en el Congreso SEC 2018 algunos aspectos esenciales a tener en cuenta para pasar con éxito del conocimiento a la iniciativa empresarial. “La realidad es que en este país nadie ha impulsado ni facilitado la necesidad de transferencia; de hecho, hace unos años se veía negativamente”, asegura esta experta, quien subraya que “la necesidad de innovar debe ser una constante en todos aquellos que desean mejora su entorno”.
Habitualmente, el primero que detecta las deficiencias en procedimientos, metodologías, aparatos y tratamientos es la persona que trata con ello cada día, “un conocimiento que debe trasladarse a equipos que funcionen conjuntamente, para que con el conocimiento de todos se avance en solucionar aspectos todavía no resueltos”, aconseja la Dra. Badimón.
Consejos para el cambio
Modificar la situación actual y fomentar la traslación del conocimiento en Cardiología al ámbito empresarial pasa necesariamente por introducir cambios en la base. “La educación en la universidad debe inculcar que todos y cada uno de nosotros tenemos potencial para la innovación. Se enseñan las distintas materias como hechos consumados, sin comunicar que lo que ahora es un hecho fue objeto de investigación básica muchos años antes y que, por tanto, lo que se pueda conocer mejor con el esfuerzo individual puede mejorar la disciplina en el futuro”, declara la Dra. Lina Badimón.
Junto a esto, prosigue esta especialista, se precisa que “las instituciones sanitarias, y hospitales especialmente, valoren y no torpedeen las inquietudes personales, siempre con evaluación y espíritu crítico. No todo vale; así, por ejemplo, no es aceptable volver a investigar lo que ya es conocido”. Además, continúa, “no todo el mundo debe hacerlo, pero si deben de poder acceder a la investigación los que tengan esta inquietud”.
Finalmente, “las empresas deben abrir sus brazos para incorporar en su ‘pipeline’ los descubrimientos originales. Aunque ya empiezan a hacerlo, debe facilitarse todavía más esta transición de instituciones publicas a industria”, demanda esta experta.
El ejemplo de Glycardial
Y esto, que parece tan complicado, no es una quimera. Como ejemplo, destacar el proyecto Glycardial y su contribución a la detección precoz de la isquemia miocárdica. “Es una empresa tipo spin-off desarrollada con base académica, en mi departamento. El proyecto consiguió premios diversos en iniciativas de transferencia de tecnología; finalmente ganó una beca CAIXAIMPULSE, y esto abrió el camino para la creación de la empresa”, relata la Dra. Badimón, quien se queja del retraso que existe en España en este ámbito en comparación con países tales como EE.UU., Japón, Reino Unido, Alemania, Suecia, Noruega y, recientemente, China, que son “los países más aventajados y los que más creen en los beneficios que se derivan de hacer una buena investigación, novedosa y original, que tenga su traslación al mundo empresarial y, como objetivo final, a la sociedad”.