En España hay más de 400.000 personas con un patrón electrocardiográfico asociado a un mayor riesgo de sufrir una muerte súbita por arritmia ventricular. Así lo confirma el primer estudio realizado en nuestro país sobre la prevalencia de patrones electrocardiográficos asociados a muerte súbita en la población española de 40 años o más, un subestudio del proyecto OFRECE (Observación de FibRilación y Enfermedad Coronaria en España), registro que concluyó que más de un millón de españoles mayores de 40 años padecen fibrilación auricular.
“Este subestudio constata que los patrones electrocardiográficos asociados a muerte súbita (síndrome de Brugada, QTc largo y QTc corto) son relativamente frecuentes en las personas de más de 40 años. Asimismo, pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo estudios de seguimiento que determinen el verdadero valor pronóstico de estos hallazgos”, apunta la Dra. Paula Awamleh, primera firmante del estudio premiado por Revista Española de Cardiología.
El trabajo ha evaluado a través de consultas de Atención Primaria a 8.343 participantes procedentes de todo el territorio nacional. A cada persona se le ha realizado una historia clínica completa, un electrocardiograma y se le han efectuado mediciones de talla, peso y presión arterial.
Entre un 0,6 y un 1,1% de los españoles de 40 años o más presenta un patrón electrocardiográfico de riesgo de muerte súbita. Mientras el intervalo QTc largo fue el trastorno de este tipo más frecuente (entre el 0,42 y el 1% de los casos) y se asoció a una mayor edad o a haber tenido episodios previos de fibrilación auricular, el patrón Brugada tipo 1 mostró una prevalencia muy baja, semejante a la de otras series de nuestro entorno. Asimismo, el QTc borderline, que también se ha asociado a muerte súbita cardiaca, aunque en menor medida, mostró una prevalencia muy alta (un 8,3%, lo que supondría más de tres millones de personas en España).
“Los resultados han sido bastante sorprendentes, ya que no esperábamos encontrar prevalencias tan altas. Esto hace que tengamos que tener en cuenta que, sobre todo, las alteraciones del QT no son excepcionales. La medida sistemática del intervalo QT es algo que no solemos hacer en la práctica diaria y este estudio evidencia que deberíamos tenerlo más en cuenta”, valora la Dra. Awamleh.