Los adultos con cardiopatías congénitas (CC) son, en principio, un colectivo de personas de alto riesgo de fallecer o tener complicaciones con la infección por COVID-19. El objetivo de este trabajo fue definir el impacto real de la infección por COVID-19 en pacientes con CC e identificar los posibles factores de riesgo asociados con resultados adversos.
Para ello, se organizó un registro multicéntrico de adultos con CC y con infección COVID-19 confirmada o con sospecha clínica importante, en el que se incluyeron datos tanto de la enfermedad de base como de la infección y se analizaron los predictores de muerte o infección por COVD-19 grave.
Finalmente, 58 centros con unidades de CC de adultos incluyeron los datos de 1.044 pacientes infectados (edad promedio 35 años, 51% mujeres), de los que el 87% de los casos tenía infección por coronavirus confirmada por laboratorio. Esta cohorte incluyó a 118 (11%) pacientes con ventrículo único y/o fisiología de Fontan, 87 (8%) pacientes con cianosis y 73 (7%) pacientes con hipertensión pulmonar. Hubo 24 muertes relacionadas con COVID-19 (letalidad del 2,3%). Los factores asociados con el riesgo de mortalidad fueron sexo masculino, diabetes, cianosis, hipertensión pulmonar, insuficiencia renal e historia de ingreso previo por insuficiencia cardiaca. El peor estadio fisiológico se asoció con la mortalidad (p = 0,001), mientras que la complejidad anatómica de la cardiopatía congénita de base no. Los datos sugieren que la mortalidad por COVID-19 en adultos con CC es similar a la de la población general. Los pacientes más vulnerables no son obligatoriamente los que tienen un defecto más complejo, sino los que se encuentran en un peor estado fisiológico con fisiología de Eisenmenger, cianosis o hipertensión pulmonar (13%, 12% y 10% respectivamente de mortalidad).
Comentario
La presencia de enfermedad cardiovascular de base es uno de los principales factores de riesgo asociados al desarrollo de un cuadro clínico grave o la muerte con la infección por COVID-19. Esta asociación apareció de forma evidente ya en las primeras descripciones del cuadro causado por COVID-19 y es la causa de que desde el principio hayamos tenido el miedo de que nuestros pacientes con cardiopatías congénitas de base sean un grupo de tener un riesgo especialmente elevado de tener problemas serios con el COVID-19. Sin embargo, después hemos visto que la mortalidad del COVID-19 se asocia especialmente con la edad, la obesidad, la presencia de factores de riesgo cardiovascular y la enfermedad coronaria de base y teníamos poca información sobre qué pasaba realmente en pacientes con cardiopatías congénitas de base.
El trabajo de hoy es un esfuerzo importante por conocer mejor cuál es la evolución de la infección por COVID-19 y CC y cuáles son los pacientes con un riesgo mayor de problemas. Es un registro con más de 1.000 pacientes, que multiplica por 20 el tamaño de las series previas, realizado con la colaboración de muchas unidades de especializadas en CC. Este diseño es a la vez su fortaleza y su debilidad. Fortaleza porque es un número muy grande de pacientes que incluye una buena representación de casos con patologías complejas o con estado funcional avanzado. Inconveniente porque son pacientes procedentes de unidades especializadas de centros de alto nivel, lo que puede suponer un doble sesgo de selección, pacientes con una situación especialmente grave y pacientes con acceso a una atención muy especializada. Pero sin duda este trabajo es una fuente de información sensacional.
El primer hallazgo es que la tasa de mortalidad global de toda la cohorte es superponible a la esperada para la población general. Los autores sugieren que es posible que en estos pacientes el riesgo asociado con la cardiopatía congénita de alguna manera se compense con una edad menor y una menor incidencia de enfermedad coronaria y de factores de riesgo cardiovascular. El segundo hallazgo, que es especialmente importante es comprobar que sí hay factores específicos en este grupo de pacientes asociados con una peor evolución con la infección por COVID. Los pacientes con un mal estado fisiológico, en situación de Eisenmenger o con cianosis o con hipertensión pulmonar son los que acumulan los problemas. Y esto es especialmente importante porque nos permite estar atentos a los pacientes que necesitan un control especial.
Finalmente, se debe tener en cuenta que este trabajo no ofrece ninguna información sobre las consecuencias a largo plazo de la infección por COVID-19 en pacientes con CC. La posibilidad de que la inflamación asociada a la infección por COVID-19 cause un daño adicional sobre un miocardio que tiene una menor reserva funcional y, por tanto, tenga repercusión sobre la evolución futura de los pacientes, es una duda para la que aún no tenemos respuesta.
Referencia
COVID-19 in Adults With Congenital Heart Disease
- Craig S Broberg, Adrienne H Kovacs, Soraya Sadeghi, Marlon S Rosenbaum, Matthew J Lewis, Matthew R Carazo, Fred H Rodriguez, Dan G Halpern, Jodi Feinberg, Francisca Arancibia Galilea, Fernando Baraona, Ari M Cedars, Jong M Ko, Prashob Porayette, Jennifer Maldonado, Berardo Sarubbi, Flavia Fusco, Alexandra A Frogoudaki, Amiram Nir, Anisa Chaudhry, Anitha S John, Arsha Karbassi, Arvind K Hoskoppal, Benjamin P Frischhertz, Benjamin Hendrickson, Berto J Bouma, Carla P Rodriguez-Monserrate, Christopher R Broda, Daniel Tobler, David Gregg, Efren Martinez-Quintana, Elizabeth Yeung, Eric V Krieger, Francisco J Ruperti-Repilado, George Giannakoulas, George K Lui, Georges Ephrem, Harsimran S Singh, Hassan Mk Almeneisi, Heather L Bartlett, Ian Lindsay, Jasmine Grewal, Jeremy Nicolarsen, John J Araujo, Jonathan W Cramer, Judith Bouchardy, Khalid Al Najashi, Kristi Ryan, Laith Alshawabkeh, Lauren Andrade, Magalie Ladouceur, Markus Schwerzmann, Matthias Greutmann, Pablo Meras, Paolo Ferrero, Payam Dehghani, Poyee P Tung, Rocio Garcia-Orta, Rose O Tompkins, Salwa M Gendi, Scott Cohen, Scott Klewer, Sebastien Hascoet, Shabnam Mohammadzadeh, Shailendra Upadhyay, Stacy D Fisher, Stephen Cook, Timothy B Cotts, Jamil A Aboulhosn.
- J Am Coll Cardiol 2021 Apr 6;77(13):1644-1655.