El ictus isquémico es una importante causa de morbimortalidad. La dilatación de la aurícula izquierda (AI) constituye un factor de riesgo conocido del ictus isquémico. En ausencia de dilatación de la aurícula, la disfunción de la misma determinada mediante el strain (SAI) o strain rate (SrAI) podría ser un indicador precoz del riesgo de accidente cerebrovascular isquémico (ACV) en la población general.
Se trata de un estudio observacional prospectivo, que incluye una cohorte de 806 participantes reclutados entre 2005 y 2010 dentro del estudio Northerm Manhattan, a los que se les realizó resonancia magnética nuclear (RMN) cerebral para detectar lesiones isquémicas subclínicas. Seleccionaron aquellos pacientes > 55 años, sin antecedentes previos de ACV o fibrilación auricular (FA), a los que se les realizó seguimiento clínico hasta mayo de 2022.
El SAI y SrAI se determinó mediante ecocardiografía bidimensional con speckle tracking desde la proyección tetracameral apical, con sincronización R-R y un frame rate de 45 fps, determinándose de manera automática tras la selección manual de los puntos de referencia dividiendo la aurícula en 6 segmentos. Se analizaron diferentes variables del strain y strain rate que incluyen la función reservorio (pico positivo global longitudinal durante la sístole), función de conducto (pico negativo global longitudinal en diástole temprana) y función contráctil (pico negativo global longitudinal durante la contracción auricular). Además de las medidas convencionales 2D y del strain global longitudinal del ventrículo izquierdo (SGLVI), se determinaron los volúmenes auriculares fásicos mediante 3D real time.
En cuanto a las características basales, el 62,2% eran mujeres con una edad media de 71 años y mayoría de raza hispana 70,3%. Durante un seguimiento medio de 10,9 años, ocurrieron 53 casos (6,6%) de ACV de nueva aparición y 103 casos de FA (12,8%).
En comparación con los sujetos que no desarrollan un ACV, el SAI y SrAI eran significativamente más bajos basalmente entre aquellos que sufrieron un ACV en el seguimiento (25,7% frente al 28%; p = 0,001).
En el análisis multivariable, el quintil que mostraba valores más bajos del strain reservorio se asoció con el desarrollo de ACV comparado con el resto de quintiles (hazard ratio [HR] 3,12; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,56-6,24), independientemente del SGLVI y la incidencia de FA. Esta asociación también se establece para el strain de contracción (HR 2,89; IC 95%: 1,44-5,80). Entre aquellos participantes con un tamaño normal de la aurícula izquierda, el quintil que mostraba valores más bajos de ambos parámetros (strain reservorio y contracción) mantenía esta asociación comparado con el resto de quintiles (strain reservorio HR 4,64; IC 95%: 1,55-13,89 y strain contracción HR 11,02; IC 95%: 3,51-34,62).
Los autores sugieren que en esta cohorte predominantemente anciana, la disminución del strain global longitudinal y tasa de strain de la aurícula izquierda se asocian con la incidencia de ictus isquémico, independientemente de otros factores de riesgo (FA, SGLVI y volumen de la AI) pudiendo servir como herramienta para mejorar la estratificación del riesgo de ictus en esta población.
Comentario
El estudio de la función fásica de la AI a partir de la medición del strain y la tasa de strain longitudinal mediante speckle-tracking bidimensional se ha desarrollado en los últimos años, principalmente en la evaluación de la disfunción diastólica del ventrículo izquierdo y en la predicción de recurrencia de la FA. Los equipos de ecocardiografía más modernos permiten posprocesar los datos del eco 2D para su determinación automática, aunque todavía son necesarios criterios unificados y estandarizados (gatillado, proyección, etc.).
Las alteraciones de la estructura o función de la aurícula izquierda se han asociado con el desarrollo de diversos eventos cardiovasculares. El strain de la aurícula izquierda puede ser un indicador mejor que el tamaño de la aurícula izquierda del riesgo de eventos cardiovasculares, ya que detecta la miopatía auricular de manera más precoz, ocurriendo la dilatación de la misma en estadios de disfunción avanzada. Estudios previos retrospectivos sugieren una asociación entre el deterioro de la función reservorio de la aurícula mediante strain y el ictus criptogénico.
El estudio actual estudia una cohorte multirracial predominantemente anciana con adecuada representación de mujeres, además analiza las diferentes variables del strain auricular izquierdo, incluyendo la función de conducto y contracción. Establece una asociación entre la disminución del strain y el riesgo de ACV, tras ajustar por otros factores que podrían influir sustancialmente como son el volumen de la aurícula, la incidencia de FA o el deterioro del SGLVI. La asociación se mantiene para pacientes con tamaño normal de la aurícula izquierda destacando la importancia de la valoración funcional más allá de la estructural como marcador precoz de riesgo del ictus. La valoración del strain en la población anciana permitiría identificar aquellos pacientes que precisen control ambulatorio más frecuente del ritmo cardiaco para detectar FA subclínica de forma precoz o tratamiento antihipertensivo más intensivo con el fin de evitar el remodelado auricular.
La principal limitación del estudio radica en que no se monitorizó el ritmo cardiaco durante el seguimiento de los pacientes y únicamente se consideró la incidencia de FA clínica, por lo tanto, es posible que paroxismos de FA puedan haber ocurrido como mecanismo subyacente. Sin embargo, se trata de un estudio observacional que únicamente pretende establecer una asociación, sugiriéndose el strain de la aurícula izquierda como un marcador precoz e independiente del riesgo de ACV isquémico.
Referencia
Association of left atrial strain with ischemic stroke risk in older adults
- Carlo Mannina, Kazato Ito, Zhezhen Jin, Yuriko Yoshida, Kenji Matsumoto, Sofia Shames, Cesare Russo, Mitchell S. V. Elkind, Tatjana Rundek, Mitsuhiro Yoshita, Charles DeCarli, Clinton B. Wright, Shunichi Homma, Ralph L. Sacco, Marco R. Di Tullio.
- JAMA Cardiol. Published online February 8, 2023.