Hay cinco factores de riesgo que son modificables con intervenciones y que afectan a la incidencia de la enfermedad cardiovascular y al fallecimiento por cualquier causa (índice de masa corporal, presión arterial sistólica, colesterol LDL, asociados con tabaquismo y diabetes).
La información sobre estos cinco factores de riesgo modificables se recopiló en un estudio de acuerdo con los protocolos incluidos en el Global Cardiovascular Risk Consortium. En el estudio se evaluaron los cinco factores de riesgo antes mencionados y dos resultados (enfermedad cardiovascular y muerte por cualquier causa).
El seguimiento de todas las cohortes de estudio se llevó a cabo entre 1963 y 2020. Se agruparon y armonizaron lo datos a nivel individual de 1.518.028 participantes en 112 cohortes en 34 países que incluyen 8 regiones geográficas (Norteamérica, Latinoamérica, Europa del Este y Rusia, Norte y mitad Este de África, África subsahariana, Asia y Australia). El 54,1 % de los participantes son mujeres y la media edad es de 54,4 años.
Los valores promedio observados en el estudio son: 26,4 índice de masa corporal, 130 mmHg de presión sistólica, 156,6 mg por decilitro colesterol LDL, asociados con tabaquismo (21%) y diabetes (8,3%). También se han tenido en cuenta, como covariantes, si tomaban medicación antihipertensiva o para controlar el colesterol, así como si tenían historia previa de enfermedad cardiovascular.
La mediana de la duración del seguimiento entre los participantes fue de 7,3 años para la enfermedad cardiovascular incidente y de 8,7 años para la muerte por cualquier causa.
Durante el periodo de seguimiento se observaron un total de 80.596 eventos de enfermedad cardiovascular (30.033 en mujeres y 50.563 en hombres) y 177.369 muertes por cualquier causa (78.608 en mujeres y 98.761 en hombres).
La incidencia de enfermedades cardiovasculares estandarizada por edad a 10 años fue del 7,4% para las mujeres y del 13,7% para los hombres en Norteamérica, del 6,4% para las mujeres y del 9,4% para los hombres en el Norte de África y Oriente Medio, del 5,7% para las mujeres y del 9,9% para los hombres en Europa del Este y Rusia, 3,7% para mujeres y 7,3% para hombres en Europa Occidental, y 2,5% para mujeres y 4,2% para hombres en Asia.
La incidencia global de enfermedades cardiovasculares a 10 años fue del 4,0% entre las mujeres y del 7,8% entre los hombres. La enfermedad cardiovascular pareció desarrollarse en mujeres a edades más avanzadas que en hombres. La mortalidad por todas las causas estandarizada por edad a 10 años fue del 27,2% para las mujeres y el 34,6% para los hombres en el África subsahariana, del 10,1% para las mujeres y el 17,9% para los hombres en Europa del Este y Rusia, del 11,0% para las mujeres y del 16,7% para los hombres en Asia, y 4,7% para mujeres y 7,2% para hombres en Australia.
Las asociaciones entre los factores de riesgo y los eventos de resultado se evaluaron mediante un análisis de regresión de Cox, estratificado en base a la zona geográfica, edad y sexo. Los modelos que incluían la recepción de medicamentos hipolipemiantes, como covariable adicional, también se calcularon con el uso de datos de los estudios en los que esta información estaba disponible (faltaban estos datos en aproximadamente el 20% de los participantes).
Se estimaron las fracciones atribuibles a la población para la incidencia de enfermedad cardiovascular a 10 años y la mortalidad por todas las causas a 10 años. La fracción atribuible a la población es una estimación de la proporción de un resultado que podría prevenirse si el valor de un factor de riesgo fuera reemplazado por un valor ideal hipotético.
El estudio muestra que pueden ser atribuibles a la presencia estos cinco factores de riesgo, para la enfermedad cardiovascular, en el 57,2% de las mujeres y en el 52,6% de los hombres y en el caso de la mortalidad, en el 22,2% de las mujeres y en el 19,1% de los hombres.
El efecto de estos factores de riesgo sobre la incidencia de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por todas las causas varían según el sexo y la región geográfica estudiada.
La presión sistólica elevada aparece como el factor que más incidió en la aparición de la enfermedad cardiovascular y está asociado con el 13,5% de todas las muertes en el mundo. Por ello, incidir en el control de presión sistólica por debajo de 120 mmHg pude tener un gran potencial en la reducción de la enfermedad cardiovascular y en todas las causas de mortalidad.
Comentario
El estudio tiene serias limitaciones por el tipo de bases de datos utilizadas, que incluyen cohortes con diferente representatividad, calidad y cantidad de datos, fechas de evaluaciones iniciales, tiempos de seguimiento, definiciones de criterios de valoración y uso de intervenciones clínicas. Para superar el sesgo resultante de las muertes por enfermedades no cardiovasculares que estaban presentes en el momento del examen inicial, los análisis se realizaron excluyendo los datos del seguimiento del primer año.
Tampoco establece relación sobre la combinación de factores de riesgo, y el efecto potenciador de las diferentes asociaciones de factores de riesgo, debido a la heterogeneidad de los efectos de los factores de riesgo sobre los resultados y la disponibilidad generalizada de estos datos en la población.
Otros estudios incluyen un número superior de factores de riesgo con factores ambientales y conductuales (ejercicio físico, clima, consumo alcohol…), aunque los resultados son consistentes con este estudio.
La importancia de incidir en los factores de riesgo es un reto para la salud pública actual. Fomentar los hábitos de vida saludables que inciden en la aparición de estos factores de riesgo es un deber de las Administraciones públicas, desarrollando planes y estrategias que incidan sobre estos aspectos.
Referencia
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- N Engl J Med. 2023 Oct 5;389(14):1273-1285. doi: 10.1056/NEJMoa2206916.