La hipertensión durante el embarazo puede dar lugar a un remodelado adverso cardiaco y aumentar la incidencia de hipertensión y problemas cardiovasculares posteriormente.
Este estudio evaluó si la intervención diseñada para mejorar el control de la presión arterial (PA) durante el periodo posnatal se asocia con una menor presión arterial a los 9 meses del parto comparada con la intervención convencional.
Los autores realizaron un ensayo unicéntrico (Reino Unido), aleatorizado, abierto, ciego, en pacientes mayores de 18 años seguidas por embarazo complicado por preeclampsia o hipertensión gestacional y que requerían tratamiento antihipertensivo tras el nacimiento. El reclutamiento fue realizado entre el 21 de febrero del 2020 hasta el 2 de noviembre de 2021 con un seguimiento aproximado de 9 meses.
Las participantes fueros aleatorizadas 1:1 a automonitorización con titulación de tratamiento antihipertensivo guiado por un médico frente al tratamiento posparto habitual.
El objetivo primario fue la presión diastólica media durante 24 horas a los 9 meses del parto, ajustado por la presión basal posparto.
220 mujeres se aleatorizaron a recibir la intervención (n = 112) o al grupo control (n = 108). La edad media fue de 32,6 (5,0) años, 40% tenían hipertensión gestacional y 60% preeclampsia. 200 participantes (91%) fueron incluidas en el análisis primario. La presión diastólica media en 24 horas, medida a los 249 (16) días del parto, fue 5,8 mmHg menor en el grupo de intervención (71,2 [5,6] mmHg) que en el grupo control (76,6 [5,7] mmHg). La diferencia entre ambos grupos fue de -5,80 mmHg (intervalo de confianza del 95%: -7,40 a -4,20; p < 0,001). De forma similar, la presión arterial sistólica media en 24 horas fue 6,5 mmHg menor en el grupo de intervención (114,0 [7,7] mmHg) que el grupo control (120,3 [9,1] mmHg). La diferencia entre ambos grupos fue de -6,51 mmHg (intervalo de confianza del 95%: -8,80 a -4,22; p < 0,001).
Los autores concluyen que la automonitorización y titulación de tratamiento antihipertensivo guiado por un médico se asoció a una menor presión arterial durante los primeros 9 meses postparto que los cuidados convencionales tras el nacimiento.
Comentario
La presión arterial elevada durante el embarazo predispone al desarrollo de hipertensión arterial en los 10 años posteriores al mismo. Se estima que aproximadamente el 10% de los embarazos a nivel mundial se encuentran en riesgo de sufrir algún trastorno hipertensivo y que del total de estas mujeres, hasta un tercio pueden acabar desarrollando hipertensión arterial a largo plazo. La relevancia del tema recae en la conocida relación entre la hipertensión y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, teniendo en cuenta que en el caso concreto que estamos revisando, se trata de mujeres jóvenes expuestas al riesgo, que en ocasiones puede ser hasta dos veces mayor que el de mujeres con embarazos no hipertensivos, de desarrollar este tipo de patologías dada su mayor esperanza de vida en el momento de iniciarse la hipertensión.
La incidencia de hipertensión a largo plazo es más frecuente entre aquellas mujeres que persisten con cifras elevadas de presión arterial tras el puerperio (6 semanas desde el nacimiento), siendo más frecuente también en esta población que persista el aumento de volumen del ventrículo izquierdo y el remodelado ventricular anormal que debería haber regresado tras el parto cuando las demandas hemodinámicas se reducen.
Actualmente no existe evidencia definitiva sobre intervenciones que podrían ayudar a prevenir o retrasar la aparición de dicha hipertensión, por lo que las recomendaciones internacionales se limitan a indicar el seguimiento de estas pacientes e iniciar tratamiento en el momento en que esta se detecte.
Este es el primer ensayo clínico que demuestra que la titulación de tratamiento antihipertensivo guiado por un médico a través de la automonitorización (automedida domiciliaria de la presión arterial por parte de las pacientes con registro posterior de la misma en la plataforma web) mejora de forma significativa las cifras de presión arterial diastólica media en 24 horas y también consigue una reducción significativa de la presión arterial sistólica media en 24 horas con respecto al grupo control que seguía las indicaciones convencionales del Sistema Nacional de Salud, consistente en una revisión a los 7-10 días del parto por la matrona y a las 6-8 semanas por el médico general, titulando el tratamiento antihipertensivo según el criterio de dichos profesionales. Este abordaje convencional dificulta detectar las importantes variaciones de la presión arterial que se producen durante el puerperio y, por tanto, realizar una titulación óptima del tratamiento. Por otra parte, el abordaje del grupo de intervención se ha asociado al uso de mayor dosis de antihipertensivos y a una menor tasa de reingresos ocasionados por cifras elevadas de presión arterial en este mismo grupo.
Estas diferencias de presión arterial entre ambos grupos vienen a remarcar los resultados que ya se habían obtenido en el estudio SNAP-HT19, quedando todavía por verificar si dichos resultados se mantienen a largo plazo como ocurrió en el SNAP-HT20.
Como limitaciones al estudio, los propios autores destacan que se trata de un ensayo abierto en cuanto a la aleatorización de las pacientes por la naturaleza del mismo aunque sí que mantuvieron el cegamiento en cuanto a la medición del objetivo primario. Por otra parte, como consecuencia de la pandemia COVID-19 se promovió la automonitorización domiciliaria de la presión arterial también para pacientes incluidas en el grupo control, por lo que los resultados de este estudio deben tomarse con cautela a pesar de que los investigadores incrementaron la muestra inicial para intentar paliar dicho efecto. En tercer lugar, se trata de un estudio unicéntrico y realizado mayoritariamente en pacientes de raza blanca, lo que limita la extensión de sus resultados a otras poblaciones. Además, como se ha indicado previamente, era necesario el uso de una plataforma digital para enviar los datos de presión arterial, lo que también puede suponer un reto para personas no familiarizadas con este tipo de soportes. Por último, el estudio no tenía potencia suficiente para detectar diferencias entre categorías específicas de tipos de hipertensión durante el embarazo, aunque el análisis post hoc sugiere efectos similares de la intervención tanto en hipertensión gestacional como en preeclampsia.
Referencia
- Kitt J, Fox R, Frost A, et al.
- JAMA. Published online November 11, 2023. doi:10.1001/jama.2023.21523