Tradicionalmente, la elevación del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) ha sido considerado como un factor protector de enfermedades cardiovasculares.
En la actualidad, la importancia pronóstica del HDL, como factor de riesgo específico de enfermedad cardiovascular es objeto de estudio, tanto clínicos como genéticos, al no estar esclarecido. No hay estudios poblacionales que analicen la relación entre los niveles de HDL colesterol y la muerte por cualquier causa.
El objetivo de este estudio fue conocer la asociación entre el nivel de HDL colesterol y la mortalidad cardiovascular y no cardiovascular mediante una aproximación utilizando big data.
Se trata de un estudio de cohorte observacional utilizando la base de datos CANHEART (Cardiovascular Health in Ambulatory Care Research Team), que fue creada para unir 17 diferentes fuentes de datos, abarcando aspectos sociodemográficos, comorbilidades, valores de laboratorio, servicios de salud, medicación, eventos clínicos y fallecimiento.
Las personas entre 40 y 105 años el 1 de enero de 2008 que vivian en Ontario, Canadá, residentes por un periodo superior a dos años y sin enfermedad cardiovascular previa ni comorbilidad severa y que tenían un valor de colesterol obtenido ambulatoriamente en ayunas en el año previo a la captación, fueron incluidos para un seguimiento al menos de 4 años. El evento primario evaluado fue la mortalidad, siendo clasificada como cardiovascular, por cáncer u otras causas.
Hay que tener en cuenta que las guías de práctica clínica canadienses recomiendan sacar un HDL colesterol de uno a tres años a todo hombre mayor de 40 y a mujeres postmenopáusicas o mayores de 50 años. También en individuos con factores de riesgo cardiovascular, insuficiencia renal o evidencia de ateroesclerosis.
Un total de 631.762 individuos fueron incluidos (en la publicación descrita como el 30% de la población de Ontario, pero representativa). La edad media de la cohorte fue de 57,2 años y el 55,4% eran mujeres, cuyo valor medio de HDL colesterol fue de 55,2 mgr/dL. Hubo 17.952 muertes durante el periodo de seguimiento de 4,9+0,4 años. Del total de fallecimientos la tasa por todas las causas fue del 8,1 por 1.000 persona-año para los hombres y del 6,6 por 1.000 personas-año para las mujeres. Los individuos con menores niveles de HDL colesterol tuvieron más posibilidad de tener menos ingresos económicos, un estilo de vida menos saludable (peor dieta y menos ejercicio), valores más elevados de triglicéridos, otros factores de riesgo y/o la presencia de comorbilidades médicas.
El HDL colesterol más bajo fue asociado independientemente con la presencia de un factor de riesgo de cardiovascular, cáncer y otras causas de mortalidad comparado con los individuos que presentaban rangos medios de HDL colesterol.
Tanto hombres como mujeres con HDL colesterol menor de 30 mgr/dL tenían aumentada la mortalidad cardiovascular, también la mortalidad por cáncer y la mortalidad por cualquier causa. Adicionalmente, los individuos con niveles más altos de HDL (>70 mgr/dL en hombres, >90 mg/dL en mujeres) también presentaban un riesgo incrementado de mortalidad no cardiovascular.
Existe una compleja asociación entre los niveles de HDL colesterol y aspectos socio-demográficos, estilo de vida, comorbilidad y mortalidad.
Los autores concluyen que es improbable que el colesterol HDL represente un factor de riesgo especifico de enfermedad cardiovascular, aunque sí que es un indicador de salud en general y predictor de mortalidad no cardiovascular, con la que se asocia.
Comentario
Nos encontramos ante el mayor estudio basado en población, que evalúa la asociación entre los niveles de HDL colesterol y la muerte tanto cardiovascular como por otras causas, en un país con cobertura socio-sanitaria universal.
Los autores observan que aunque las personas con niveles bajos de HDL tienen mayor probabilidad de complicaciones cardiovasculares, el riesgo no desciende proporcionalmente al ascenso de este colesterol. Describen la presencia de una “meseta”, valores entre 40 y 80 mg/dL, entre los que el incremento no reduce el riesgo cardiovascular y aumentos superiores se asocian a mayor riesgo de muerte. Una vez más, cuando hablamos de riesgo cardiovascular, nos encontramos con la curva en jota, en esta ocasión inversa.
Es discutible si estos hallazgos tienen relevancia en práctica clínica, ya que lo que consideran valores extremadamente elevados y asociados a mayor mortalidad total son cifras de HDL colesterol superiores a 90 mgr/dL en varones, que son difíciles de encontrar salvo en bebedores de alcohol (principal punto débil de este estudio, al ser difícil su valoración a partir de los datos de la base de datos).
Estos hallazgos pueden justificar por qué los fármacos cuyo objetivo terapeútico es incrementar los niveles de HDL, dalcetrapib y torcetrapib entre otros, no han conseguido reducir los eventos cardiovasculares. Encontrándonos a la espera de conocer los resultados del estudio con anacetrapib. El tema se complica cuando nos hablan de polimorfismos genéticos que pueden condicionar la respuesta cardiovascular al incremento de HDL.
Este estudio junto a otros va a tener repercusión en nuestras consultas, ya que no vamos a poder seguir utilizando el tan socorrido ‘colesterol bueno y colesterol mal’ en nuestras explicaciones al paciente. Es seguro que se puede obtener el ‘clásico’ beneficio en salud cardiovascular del aumento del HDL colesterol, para lo que tenemos que incrementar su valor con mejor dieta y más ejercicio. En conclusión, en el momento actual, el colesterol HDL bueno es el que se obtiene con hábitos cardiosaludables.
Referencia
- Ko DT, Alter DA, GUO H et al.
- J Am Coll Cardiol 2016. 68(19):2073-83. Epub 2016 Oct 31.