La Sociedad Española de Cardiología ha apostado por iniciativas que impacten sobre la seguridad del paciente a través de la prevención de errores y efectos adversos relacionados con la asistencia sanitaria. Ejemplo de ello han sido la reciente creación del Grupo de Trabajo de Simulación, los cursos de instructores en simulación y el Programa en Educación Médica para Residentes de Cardiología mediante Simulación, entre otras actividades de más largo recorrido promovidas por la SEC.
Estas formaciones promueven un cambio en el enfoque del error médico, basado en el factor humano, donde el error es visto como una oportunidad de mejora y alejado de la cultura de la culpa.
Se estima que hasta 98.000 personas podrían fallecer cada año por errores médicos en EE.UU. No hay duda de que existe una brecha que superar en la seguridad del paciente. En este contexto, desconocemos qué comportamiento existe en los equipos de cardiología, especialidad que abarca todo tipo de escenarios, cada vez más complejos tanto por las comorbilidades de los pacientes como por el crecimiento exponencial de la tecnología que permite la práctica de nuevos procedimientos.
Los pacientes y familiares que han sufrido un error médico o evento adverso son referenciados como primeras víctimas. Pero como hemos comentado, el error humano es complejo, y en ocasiones ha caído en el olvido que los profesionales sanitarios y las instituciones también están implicados. La afectación sobre los profesionales sanitarios se conoce como segundas víctimas y sobre las instituciones, terceras víctimas.
A pesar de que históricamente las segundas víctimas han sido olvidadas, los profesionales sanitarios pueden padecer problemas físicos, psicológicos y profesionales, como dolor, sufrimiento, dificultades para dormir, agotamiento, reducción de la satisfacción laboral, sentimientos de culpa, ira y vergüenza, así como las preocupaciones sobre el castigo o la pérdida del trabajo. Por lo tanto, identificar y reconocer precozmente la experiencia de una segunda víctima es importante para reducir el impacto personal, emocional y físico, y contener la afectación sobre los profesionales sanitarios y en futuros pacientes. Aunque existen infraestructuras para ello, no son todavía utilizadas en su medida.
Prepararse para afrontar el error es un todo un reto, empezando por un vacío de formación en las facultades. Y es que, no resulta nada fácil poder entrenar tal complejidad, y quizás debería considerarse como una competencia que va mucho más allá de ser examinada mediante un simple test.
En la Sociedad Española de Cardiología nos hemos preocupado en conocer tanto la experiencia de segundas víctimas de los profesionales de cardiología en España como la calidad de los recursos de apoyo y su repercusión a nivel personal. Para ello, un grupo de socios de la SEC, con la colaboración de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC) y con el asesoramiento de psicología experta en segundas víctimas, nos planteamos cómo medir estos fenómenos en septiembre de 2020.
Cuestionario SVEST
El proyecto fue aprobado por el Departamento de Formación de la SEC y por el Comité de Investigación y Ensayos Clínicos del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias, en Tenerife. Después de una amplia discusión y revisión optamos por describir el fenómeno de segundas víctimas en cardiología mediante el cuestionario SVEST, la única herramienta validada para evaluar el fenómeno de la segunda víctima.
El SVEST (puntuada cada ítem con una escala Likert de 5 opciones, de muy en desacuerdo a totalmente de acuerdo) considera siete dimensiones: sufrimiento psicológico, sufrimiento físico, apoyo de los compañeros de trabajo, apoyo del supervisor, apoyo institucional, apoyo no relacionado con el trabajo y autoeficacia personal. El instrumento también valora dos variables resultado, que son la intención de cambio de trabajo y el absentismo. Además, aporta un apartado con siete ítems como opciones de respuesta para que la segunda víctima refleje sus preferencias sobre formas de apoyo deseadas. Por otra parte, para evaluar la repercusión del acontecimiento traumático a nivel personal hemos utilizado el cuestionario validado PCL-5.
Así, en dos periodos de 2021, difundimos los cuestionarios SVEST y PCL-5 a los socios SEC y de la AEEC. Han participado un total de 87 enfermeras, 26 residentes y 85 médicos adjuntos de cardiología, siendo el 63% mujeres.
El ítem del cuestionario SVEST más alto en enfermería ha sido el de la dimensión de apoyo de colegas de trabajo: “mis compañeros de trabajo me han ayudado a sentir que sigo siendo un buen profesional sanitario a pesar de los errores”. Sin embargo, en los médicos adjuntos, el ítem con el valor más alto ha sido el de la dimensión de apoyo no relacionado con el trabajo: “el amor de mis amigos y familiares más cercanos me ayuda a superar estos sucesos”, con 4.10 (sobre 5), siendo este hallazgo replicable con los residentes.
La puntuación más baja del SVEST ha sido común a las 3 categorías profesionales, dentro del dominio variable resultado con: “me he tomado unos días libres después de que ocurriera alguno de estos casos”.
Hay que señalar que en la variable resultado “intención de cambios de trabajo” es donde ha habido más diferencia entre categorías profesionales, siendo enfermería quien presenta puntuaciones más bajas y residentes más altas para los 2 ítems: "mi experiencia con estos casos me ha hecho tener deseos de ocupar un puesto de trabajo fuera de la atención al paciente” y “a veces, el estrés de estar involucrado en estas situaciones me hace querer dejar mi trabajo”.
A destacar que de todos los encuestados, el 56.1%, se ha visto implicado en un incidente de seguridad, siendo en más de la mitad de casos por participación directa, y constituyendo el incidente de procedimiento clínico el más frecuente. El 12.6% de los profesionales sanitarios en cardiología desarrollan síntomas compatibles como estrés postraumático tras un acontecimiento de segunda víctima.
Podemos concluir que el fenómeno de segunda víctima debe ser considerado en los equipos de cardiología. Los profesionales buscan apoyo en compañeros y el desarrollo de estrés postraumático no es despreciable, por lo que deberían implantarse estrategias para prevenir y afrontar este fenómeno.
Nos plantearemos desde la SEC el reto futuro de cómo promover y diseñar estrategias para abordar y corregir dichas diferencias mediante planes formativos y de entrenamiento basados en la simulación clínica y el debriefing como herramientas docentes.