En la actualidad, la insuficiencia cardiaca (IC) es la segunda manifestación más frecuente de aparición de enfermedad cardiovascular en el paciente con diabetes tipo 2. Para evaluar la prevalencia e incidencia de IC en este grupo de pacientes (con o sin otra enfermedad cardiovascular) se planteó el estudio DIABET-IC, una investigación observacional, promovida por la Agencia de Investigación de la SEC (AISEC), que ha analizado 1.600 pacientes de 60 centros españoles.
“La diabetes es una enfermedad sistémica, pero que afecta muy específicamente al corazón. Repercute no solo a las coronarias, sino también a la contractilidad. Aunque estudios previos ya habían demostrado una mayor prevalencia, no disponíamos de datos detallados en población española hasta el estudio DIABET-IC”, señala el Dr. Luis Rodríguez Padial, investigador principal.
Después de un seguimiento de 3 años, de casos consecutivos, en pacientes diagnosticados de diabetes mellitus tipo 2 desde al menos un año antes de la visita de inclusión, el estudio arroja importantes resultados. “La prevalencia de IC en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 ha sido de un 36-37%, más frecuente en los hombres que en las mujeres”, apunta el Dr. Rodríguez Padial, que continúa explicando: “Asimismo, se determinó qué relación hay con la presencia de otro tipo de patologías; se comprobó una frecuencia de insuficiencia cardiaca en aquellos pacientes que tienen antecedentes de fibrilación auricular, de enfermedad coronaria y de enfermedad vascular periférica, y se constató que a mayor riesgo de patología renal, mayor incidencia de IC. Por lo tanto, es aconsejable buscar en estos pacientes la presencia de insuficiencia cardiaca de una forma más decidida: hasta ahora, si el paciente no presentaba síntomas, se le controlaba la glucemia o el colesterol, pero no se buscaba específicamente una IC”, explica el Dr. Rodríguez Padial.
“Los resultados del estudio DIABET-IC confirman la estrecha relación que hay entre la diabetes y la insuficiencia cardiaca, así como la existencia de una serie de marcadores que incrementan esa relación (por ejemplo, los NT-proBNP) y que deben llamar la atención al clínico para descartar el diagnóstico de insuficiencia cardiaca y evaluar la función ventricular mediante una ecocardiografía ya que, cuanto antes iniciemos el tratamiento, mejor controlado estará el paciente”, puntualiza el doctor, que valora: “Aunque el tratamiento que aplicamos a los pacientes ya diagnosticados de IC es bueno, hay margen de mejora y tenemos que trabajar en ello para conseguir mejorar el pronóstico global de los pacientes”.