Este año 2017 celebramos el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares en Madrid. Como presidente del mismo quiero dar la bienvenida y agradecer su presencia a los asistentes y participantes, así como reconocer el trabajo de todos los que han contribuido a que pueda celebrarse y, a lo que estoy seguro, será su éxito.
La Sociedad Española de Cardiología, organizadora del Congreso, pone su mayor ilusión en realizar una reunión como esta, que tiene como objetivo difundir la ciencia cardiovascular española y contribuir a la formación y actualización de los médicos responsables de la salud cardiovascular de nuestra población. Este año hemos querido hacer hincapié en la necesaria y fructífera relación con la sociedad. De ella lo recibimos todo—historia, personas, educación, medios, inspiración, etc…— y a ella van dirigidos los frutos de nuestro trabajo—prevención, tratamiento, rehabilitación, investigación y futuro—. Este año, estando aquí, la sociedad está representada por Madrid, aunque en ella queremos simbolizar a toda España.
A pesar de los momentos difíciles por los que pasa la organización de los congresos dada la nueva normativa de relación de las sociedades científicas y la industria farmacéutica, entre todos hemos conseguido que esta reunión pueda celebrarse con esplendor y beneficio para la formación y la difusión del conocimiento. Estoy seguro de que en el futuro continuaremos hallando estrategias que nos permitan preservar la independencia y continuar devolviendo a la sociedad lo que esta necesita y se merece: la mejor formación de las personas que cuidan de su salud. El ambiente abierto y crítico de un congreso médico—al igual que las revistas científicas revisadas por pares— son la mejor manera conocida de diseminar el conocimiento científico. He aprendido a desconfiar de los ‘teóricamente puros, ecuánimes e independientes’, porque suelen tener sesgos más peligrosos para la verdad que los cuestionados por ellos.
La SEC está haciendo un gran esfuerzo para incrementar la formación a través de internet y su nube—el cielo de las comunicaciones—. La renovada sede de la SEC estará mucho mejor dotada para estas estrategias de formación futuras, aunque ya presentes. En este congreso continuaremos potenciando el uso de las distintas herramientas que Internet pone a nuestra disposición: Twitter, TV, e-mail, webs, etc. El futuro está en el ‘cielo’, en este cielo de comunicaciones que permiten extender nuestro mensaje a todos los que hablan en español en este vasto mundo, haciendo real el dicho clásico ‘de Madrid al cielo’.Termino este año mi responsabilidad como vicepresidente de la SEC. Quiero aprovechar la ocasión para transmitiros el orgullo que he sentido de trabajar por una sociedad científica que se esfuerza por devolver a la sociedad más de lo que ha recibido. Ese valor añadido está formado por el trabajo y la ilusión de todos los miembros del Ejecutivo, de los trabajadores de la Sociedad y de todos sus socios. Estoy seguro de que este esfuerzo desinteresado continuará engrandeciendo nuestra labor.
Como suelen decir los montañeros, ‘la cumbre no es la meta, es solo la mitad del camino’. Para mí como vicepresidente y para la SEC como organizadora, la celebración de este congreso en 2017 es solo un paso más en nuestro camino. Alcanzar esta cumbre solo abre un nuevo sendero para seguir progresando, un sendero de color verde esperanza. Nuevos compañeros continuarán la labor que otros iniciaron hace décadas y a la que nosotros hemos contribuido humildemente. Estoy seguro de que ellos, como nosotros, contarán para esa labor con el apoyo de todos los cardiólogos españoles, pues esta debe seguir siendo una labor de todos.
Por ello, espero y deseo que este congreso sea un paso más que contribuya a realzar aún más el papel de la Sociedad Española de Cardiología en el cuidado y promoción de la salud cardiovascular en España.