La orientación del sistema sanitario actual enfocado a la prestación de servicios de calidad, dando una respuesta eficaz y eficiente a las demandas y expectativas de las personas, requiere que los profesionales de enfermería posean el nivel de conocimiento científico necesario para aplicar un juicio crítico en la planificación y ejecución de unos cuidados oportunos, seguros e integrales que garanticen la calidad asistencial y aseguren, además, la continuidad de la atención sanitaria.
Gestión y evaluación
El proceso salud-enfermedad es muy complejo, dependiente de cambios en los perfiles demográficos, de las demandas sociales, de los avances en ciencia y tecnología y de nuevas organizaciones sanitarias, lo que obliga al personal de enfermería a una constante formación y a incorporar estos cambios a su quehacer diario. Si además tenemos en cuenta que estos profesionales trabajan con seres humanos, en continua transición, y que cada persona dependiendo de sus expectativas y experiencias, tiene una respuesta diferente ante la enfermedad, el cuidado enfermero (que es universal) debe basarse en modelos conceptuales o teorías (disciplina) y en tener un abordaje holístico que respete los derechos humanos, valores, costumbres y creencias personales y permita la interacción constante de la persona en el proceso de su enfermedad.
La gestión del cuidado enfermero necesita una evaluación del mismo para incorporar nuevos modelos que se adapten a estos cambios y favorezcan el uso adecuado de la tecnología y fortalezcan la humanización del cuidado, basándose en la evidencia científica y haciendo uso de los protocolos y guías de práctica clínica.
El cuidado de enfermería tiene sus pilares en la docencia y en la investigación científica. Es necesario conocer la disciplina enfermera (conocimiento, habilidades, comunicación, lenguaje….) y realizar una investigación que evidencie la teoría y/o modelos para llevar a cabo la práctica clínica y permita cambiar, innovar y actualizar el cuidado, haciendo visible la contribución del profesional de enfermería a la salud y bienestar de las personas.
La práctica enfermera basada en la evidencia es imprescindible para el desarrollo de un conocimiento enfermero que favorezca el pensamiento crítico necesario para garantizar y respaldar la práctica profesional autónoma, teniendo en cuenta las preferencias y valores de las personas, la experiencia propia y los recursos disponibles. Es imposible la aplicación de cuidados estándar a las personas ante una misma enfermedad, pero ahí es donde el profesional de enfermería hace uso de su pensamiento crítico y aplica la teoría o modelo adaptado a las necesidades y/o expectativas de cada persona, ofreciendo cuidados eficaces, eficientes y personalizados.
Enfermera asistencial
La enfermera asistencial ve mucha dificultad para aplicar la teoría a la práctica clínica y mucho más a la investigación, por falta de conciencia de la importancia y necesidad de investigar, falta de formación sobre la metodología de investigación y de los recursos necesarios, déficit de financiación y la inadecuada difusión de los hallazgos; todo esto, está favorecido por el propio sistema y por los centros sanitarios, que no quieren asumir que la investigación de Enfermería, en base a los resultados de salud, es una prioridad y demuestran poco interés en potenciarla para generar conocimientos actualizados sobre cuidados, gestión de la propia enfermedad y/o aplicación de las nuevas tecnologías.
Afortunadamente, el diseño curricular actual ya plantea que los alumnos de Enfermería tengan competencias en gestión, docencia e investigación clínica, fomentando la búsqueda del conocimiento enfermero y su continua evolución, preparándolos para el ejercicio de una práctica profesional que de respuesta a los problemas de salud de la población en el más amplio sentido holístico.
Sigue existiendo un distanciamiento entre la enfermera investigadora y la asistencial, fundamentada principalmente en la falta de convicción para cambiar la aplicación del cuidado enfermero pero, sobre todo, condicionado por la presión asistencial y por la poca disposición a cambiar la práctica clínica. Se requiere un cambio de actitud si queremos reconocimiento social y consolidación profesional, dado que en el ámbito hospitalario se encuentra el mayor número de enfermeras. Las dificultades para introducir cambios en la práctica profesional se ven disminuidas con la aplicación de las guías de práctica clínica existentes.
Escaso reconocimiento
El personal de enfermería siempre ha colaborado en la recogida de encuestas o datos en estudios clínicos financiados, liderados por médicos, sin aparecer siquiera como coautores en las publicaciones, por lo que ve poco reconocimiento en su práctica clínica. La mayoría de las investigaciones de enfermería se divulgan en congresos o reuniones científicas, pero el profesional de enfermería no está concienciado para elaborar artículos científicos que reúnan los requisitos necesarios para su publicación en revistas científicas que refuercen la autonomía profesional y la aplicación de cuidados basados en la evidencia científica con carácter humanizado y profesional. Si además añadimos que la calidad científica de las publicaciones y su difusión en ciencias de la salud está determinada por el factor de impacto (no sinónimo de calidad) y que en España ninguna revista de enfermería tiene factor de impacto a nivel internacional, los investigadores con mejores o más trabajos no son los más valorados y tienen menos ventajas en subvenciones o acceso a puestos universitarios.
La mayoría de trabajos de investigación se centran en problemas de colaboración, técnicas y/o procedimientos y son pocos los que determinan la labor de enfermería como profesión. En muchos de ellos, tanto en el título como en los descriptores, la palabra enfermería está ausente. La mayoría de los estudios son descriptivos, observacionales y revisiones bibliográficas; pocos son ensayos clínicos o estudios multicéntricos.
Importante contribución
En la actualidad, investigaciones propias de enfermería han contribuido de manera relevante al cambio de la práctica clínica asistencial, como está pasando en la insuficiencia cardiaca, influyendo de manera significativa en la disminución de los reingresos hospitalarios y aumentando la calidad de vida de las personas.
Hay que destacar la importancia que tiene internet y las redes sociales en la investigación y lo que ha supuesto para la enfermería, que además de favorecer el intercambio de conocimientos entre profesionales, permite acceder de manera automática (y en la mayoría de veces gratuitamente), a contenidos relacionados con la salud y a la aplicación de cuidados de enfermería basados en la evidencia. La publicación indiscriminada de contenidos relacionados con la salud y temas relacionados con enfermería, de escaso y/o nulo rigor científico, pone en peligro la calidad de la investigación, por lo que es necesario hacer uso solamente de las bases de datos biomédicas de enfermería y de revistas científicas de rigor científico si queremos una investigación de calidad que aporte valor y reconocimiento a la profesión enfermera.
Sin duda, son necesarias mayores líneas de investigación centradas en la enfermería como profesión, que potencien su carácter autónomo y social, consolide la aplicación de un método científico propio y le permitan su incorporación en programas de desarrollo sanitario.