Publicado en NEJM
Introducción
En algunos lugares la intervención coronaria percutánea (ICP) se restringe a los hospitales con disponibilidad de cirugía cardiaca. Llevamos a cabo un estudio de no inferioridad para comparar los resultados de la ICP cuando se realiza en hospitales sin cirugía comparado con aquellos con cirugía cardiaca.
Material y métodos
Los autores del estudio aleatorizaron a los participantes a someterse a PCI en un hospital con o sin cirugía cardiaca. Los pacientes a los que se les realizó angioplastia primaria fueron excluidos. El ensayo tuvo dos objetivos primarios: mortalidad a las 6 semanas e incidencia de eventos cardíacos adversos mayores (la combinación de muerte, infarto de miocardio con onda Q o revascularización del vaso diana) a los 9 meses. Márgenes de no inferioridad para la diferencia de riesgo fueron 0,4 puntos porcentuales para la mortalidad a las 6 semanas y 1,8 puntos porcentuales para los eventos cardíacos adversos mayores a los 9 meses.
Resultados
Un total de 18867 pacientes fueron asignados aleatoriamente en una proporción de 3:1 a someterse a una ICP en un hospital sin necesidad de cirugía cardiaca (14149 pacientes) o con cirugía cardiaca (4718 pacientes).
La tasa de mortalidad a las 6 semanas fue de 0,9% en los hospitales sin cirugía comparado con el 1% en los hospitales con cirugía (diferencia de -0,04 puntos porcentuales, 95% intervalo de confianza [IC]: -0,31 a 0,23, p = 0,004 para la no inferioridad). Las tasas de eventos cardíacos adversos mayores a los 9 meses fueron 12,1% y 11,2% en los hospitales sin cirugía y con cirugía, respectivamente (diferencia de 0,92 puntos porcentuales, 95% CI, 0,04 a 1,80, p = 0,05 para la no inferioridad). La tasa de revascularización del vaso diana fue mayor en los hospitales sin disponibilidad de cirugía en el lugar (6,5% vs 5,4%, P = 0,01).
Conclusiones
La PCI realizada en los hospitales sin disponibilidad de cirugía cardiaca en el lugar no fue inferior comparada con aquella llevada a cabo en los hospitales con cirugía cardiaca en el lugar, con respecto a la mortalidad a las 6 semanas y los eventos cardíacos adversos mayores a los 9 meses.