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Coordinador Grupo Trabajo Farmacoterapia Cardiovascular SEC


Resumen
En los pacientes tras un síndrome coronario (SCA), es crucial para la mejora de su pronóstico el conseguir actuar de manera intensa sobre el c-LDL. En prevención secundaria es necesario alcanzar el objetivo de control del c-LDL cuanto más bajo y cuanto antes.
En numerosos estudios en práctica clínica, es decir en la vida real, se utilizan poco y mal las herramientas terapéuticas para conseguir reducir el c-LDL a nivel objetivo. Probablemente existen muchos factores que influyen en ello, pero uno fundamental es la inercia terapéutica. Ante un paciente con muy alto RCV, como es un SCA con ciertas características clínicas y/o anatómicas, en muchas ocasiones es necesario asociar otros fármacos a las estatinas de alta potencia para asegurar la consecución del objetivo de c-LDL.
Tras la fase aguda de la enfermedad coronaria es necesario asegurar el control continuo de los pacientes en PS para conseguir mejorar su pronóstico a largo plazo. Durante la pandemia COVID se han podido introducir estas nuevas tecnologías e innovaciones para mejorar la atención continuada de los pacientes que han resultado muy exitosas, como la del Hospital la Puerta del Mar, de Cádiz. Este es el momento de continuar con ellas e introducirlas en el día a día del manejo de las pacientes.
Para conseguir cambiar el curso de la enfermedad además de cuanto antes y cuanto más bajo, hay que asegurar también que sea cuanto más tiempo, mejor. La persistencia en el tratamiento y el control sostenido del c-LDL son la clave para conseguir los beneficios a largo plazo, que se han visto en el estudio FOURIER-OLE y en estudios desarrollados en nuestro país.
Como se ha visto en datos del estudio SAFEHEART recientemente publicados, el tratamiento con iPCSK9 se asocia a un control una elevada tasa de persistencia, por encima del 95% a los 3 años, lo que lleva a unas cifras elevadas de control de c-LDL.
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