La duración y la calidad del sueño han sido asociadas con un mayor riesgo cardiovascular. Sin embargo, no existen grande estudios que asocien una medida objetiva del sueño y la aterosclerosis subclínica valorada en múltiples territorios vasculares.
El objetivo de este estudio fue evaluar la asociación de los parámetros del sueño valorados por actigrafía con la aterosclerosis subclínica en una población de mediana edad asintomática, así como las interacciones entre el sueño, los factores de riesgo cardiovascular y psicosociales, hábitos dietéticos y la inflamación.
Se realizó una grabación actigráfica de 7 días en 3.974 participantes (edad 45,8 ± 4,3 años; 62,6% hombres) del estudio PESA (Progression of Early Subclinical Atherosclerosis). Se definieron cuatro grupos: duración del sueño muy corta < 6 horas, duración del sueño corta 6-7 horas, duración del sueño de referencia 7-8 horas y duración del sueño larga < 8 horas. El índice de fragmentación del sueño se definió como la suma del índice de movimiento y del índice de fragmentación. Se realizaron ecografías tridimiensionales carotídeas y femorales y tomografía computarizada para cuantificar la aterosclerosis no coronaria y la calcificación coronaria.
Tras ajustar por los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, la duración del sueño muy corta se asoció independientemente a una mayor carga de aterosclerosis con la ecografía vascular tridimensional (odds ratio [OR] 1,27; intervalo de confianza [IC] 95%: 1,06-1,52; p = 0,008). Los participantes en el quintil superior de fragmentación del sueño presentaron una mayor prevalencia de afectación de múltiples territorios no coronarios (OR 1,34; IC 95%: 1,09-1,64; p = 0,006). No se observaron diferencias en cuanto a la calcificación coronaria en los diferentes grupos de sueño.
La duración del sueño corta y el sueño fragmentado están asociadas de forma independiente con un mayor riesgo de aterosclerosis subclínica multiterritorio. Estos resultados resaltan la importancia de los hábitos saludables de sueño para la prevención de la enfermedad cardiovascular.
Comentario
El sueño es un proceso fisiológico necesario para la supervivencia y está relacionado con la salud física y psicológica. Las alteraciones en el sueño son un campo bien estu-diado, teniendo como ejemplo paradigmático el síndrome de apnea-hipopnea del sueño, que se ha asociado a una mayor carga de factores de riesgo cardiovascular, mayores tasas de eventos cardiovasculares e incluso con una mayor mortalidad.
En varios estudios previos, incluso algunos clásicos, se ha demostrado cierta asociación entre una duración corta del sueño y mayor prevalencia de hipertensión arterial, diabetes mellitus u obesidad. Además, en estudios con un tamaño muestral limitado, se ha observado una mayor incidencia de enfermedad cardiovascular y de aterosclerosis subclínica. Sin embargo, estos estudios están basados en una valoración del sueño subjetiva, basada en cuestionarios, con los evidentes sesgos que ello puede conllevar.
El estudio que hoy comentamos se basa en una cohorte bien conocida (estudio PESA) que viene analizando la aterosclerosis subclínica en una cohorte muy amplia de sujetos sanos de mediana edad con un abordaje multifactorial.
En este análisis se analiza la calidad y cantidad de sueño, medida de forma objetiva mediante actigrafía (3.974 pacientes) y se determina su asociación con la aterosclerosis subclínica. Se realiza un enfoque multiterritorio, midiendo la afectación de territorios no coronarios (femoral y carotídeo) mediante ecografía tridimensional y coronario mediante calcificación en tomografía computarizada.
Los resultados más significativos son los siguientes:
- La duración y fragmentación del sueño está relacionada de forma independiente con la aterosclerosis subclínica, incluso ajustado por factores de riesgo cardiovascular.
- Una duración muy corta del sueño (< 6 horas) o un sueño fragmentado (primer quintil del índice de fragmentación) se asoció a una mayor carga de aterosclerosis en territorios no coronarios.
- Ni la duración ni la fragmentación se asociaron, en cambio, con la afectación coronaria.
Se trata pues de un notable estudio en el que hay varios aspectos interesantes que destacar. Por un lado, la falta de asociación con afectación coronaria, aunque sí con la no-coronaria, es llamativa. Una posible explicación es puramente de la cohorte seleccionada, donde solo un 18% de los participantes presentó un score de calcio > 0, por lo que con tan escaso porcentaje disminuye la posibilidad de encontrar asociación.
Los autores realizan un análisis de la influencia del sexo, encontrando que la asociación de duración corta del sueño con la aterosclerosis es de mayor entidad en las mujeres, lo que contrasta con cierto estudios previos, probablemente por diferencias en la población estudiada.
Se ha de destacar también el uso de la actigrafía para el estudio del sueño, que permite una valoración objetiva, mucho más profunda y menos sesgada que los cuestionarios, dando por tanto una mayor robustez al estudio.
La generalización de relojes inteligentes y otros wearables permitirá una generalización en la valoración del sueño y todos los estudios que se realicen con esta técnica deberán tener como referencia este análisis del estudio PESA.
Sin embargo, queda por esclarecer qué mecanismo fisiopatológico se encuentra detrás de los resultados que se presentan. La alteración de los ritmos circadianos afecta significativamente al metabolismo de la glucosa y a la regulación de la tensión arterial, pero también existen datos en los que parece que la duración corta del sueño se asocia a una mayor ingesta y que existe cierto grupo de individuos con escasa duración de sueño y mayor carga de factores de riesgo cardiovascular. Es desconocido si existen otros mecanismos fisiopatológicos relacionados con el sueño que estén directamente relacionados con la aterosclerosis.
Sería interesante conocer la evolución de estos pacientes y valorar si existe mayor aterosclerosis con repercusión clínica en pacientes con duración corta del sueño, especialmente a largo plazo.
Este estudio ha tenido bastante repercusión en prensa y redes sociales pero se debería realizar una divulgación prudente, evitando dar titulares sensacionalistas y captadores de clics (click-bait). Para ello, es imprescindible una mayor implicación de los investigadores y cardiólogos en la divulgación.
Por último, hay reconocer la alta calidad de este estudio español, con financiación privada pero realizado en el seno del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Debe ser ejemplo para mejorar la colaboración publico-privada en la investigación cardiovascular.
Por ahora, parece recomendable dormir mucho y apaciblemente para tener una buena salud cardiovascular.
Referencia
Association of Sleep Duration and Quality With Subclinical Atherosclerosis
- Fernando Domínguez, Valentín Fuster, Juan Miguel Fernández-Alvira, Leticia Fernán-dez-Friera, Beatriz López-Melgar, Ruth Blanco-Rojo, Antonio Fernández-Ortiz, Pablo García-Pavía, Javier Sanz, José M. Mendiguren, Borja Ibañez, Héctor Bueno, Enrique Lara-Pezzi y José M. Ordovás.
- Journal of the American College of Cardiology Jan 2019, 73 (2) 134-144; DOI: 10.1016/j.jacc.2018.10.060.