Los niveles bajos de colesterol total (CT) se asocian con eventos adversos en poblaciones añosas. Se desconoce si este fenómeno es independiente del uso de estatinas. El presente estudio investiga la asociación entre los niveles bajos de CT y los eventos cardiovasculares (MACE) en relación con el uso de estatinas, mediante un estudio prospectivo de hombres de ≥ 70 años sin cardiopatía isquémica (CI) conocida.
La cohorte CHAMP (Concord Health and Aging in Men Project) es un estudio de cohorte prospectivo de una muestra representativa de hombres ≥ 70 años que viven en la sociedad. La relación entre TC y MACE a largo plazo se analizó utilizando modelos de regresión de Cox ajustados por comorbilidades y estratificados por el uso de estatinas. En concreto, se incluyeron 1.289 hombres (54% de la población elegible), con una edad media de 77,0 ± 5,5 años y un seguimiento medio de 6,4 ± 2,7 años. El objetivo primario combinado fue de mortalidad por todas las causas, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), revascularización coronaria y/o accidente cerebrovascular isquémico (censurado a los 7 años).
La disminución del nivel de CT se asoció con una mayor carga de morbilidad, fragilidad y MACE (tendencia lineal p < 0,001). En los hombres que no estaban en tratamiento con estatinas (n = 731), cada disminución de 1 mmol/l en CT se asoció con un aumento de MACE (hazard ratio [HR] 1,27; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,10-1,45; p = 0,001) y mortalidad (HR 1,22; IC 95%: 1,03-1,44; p = 0,02) ajustado por comorbilidades. Por el contrario, la baja CT en hombres con estatinas (n = 558) no se asoció con MACE (HR 0,91; IC 95%: 0,74-1,11) o mortalidad (HR 0,86; IC 95%: 0,68-1,09).
Comentario
Los beneficios del uso de estatinas en poblaciones mayores siguen siendo polémicos a pesar de que existe un uso generalizado (30% a 40% de las personas > 70 años). En estudios previos de prevención secundaria cardiovascular y población diabética de alto riesgo cardiovascular, los niveles bajos de CT y LDL se han relacionado con una reducción de eventos cardiovasculares mayores y de mortalidad por todas las causas, en personas de 75 a 84. Existe una gran incertidumbre en cuanto a la prevención primaria, en este tipo de población.
En el presente estudio, Gnanenthiran et al., encuentran que los niveles bajos de TC y LDL están paradójicamente asociados con la MACE a largo plazo y la mortalidad, en pacientes varones > 70 años, que no reciben tratamiento con estatinas. La importancia de los bajos niveles de TC o LDL como factor de riesgo de muerte y eventos cardiovasculares en hombres mayores, por lo tanto, varía según el uso de estatinas.
Uno de los resultados más interesantes de este estudio, es que los hombres con niveles bajos de colesterol tenían tasas más altas de comorbilidades, fragilidad y anemia, lo que sugiere que, al menos en parte, los niveles bajos de CT y LDL son marcadores de comorbilidad y fragilidad. De hecho, en las poblaciones de mayor edad, se ha demostrado que la mortalidad por cáncer e infección es más baja entre aquellos con niveles de CT mayores de > 6,5 mmol/l. En efecto, en estudios previos la fragilidad se ha asociado con niveles séricos más altos de proteína C reactiva (PCR) e interleucina-6 en comparación con personas robustas, lo que se acompaña de una redistribución de colesterol LDL hacia colesterol VLDL. De esta forma, se evidencia una probable correlación fisiopatológica entre un catabolismo aumentado, un estado proinflamatorio y eventos cardiovasculares.
Para concluir, en el presente estudio, la proporción de pacientes con fragilidad aumenta a medida que los niveles de CT disminuyen, por lo que los autores concluyen que los niveles bajos de CT y LDL pueden ser marcadores subrogados de fragilidad o enfermedad subclínica, lo que justificaría la mayor tasa de eventos adversos detectados en la población estudiada.
Referencia
- Gnanenthiran SR, Ng ACC, Cumming R, Brieger DB, Le Couteur D, Waite L, Handelsman D, Naganathan V, Kritharides L, Blyth F.
- Heart. 2019 Oct 13. pii: heartjnl-2019-315449. doi: 10.1136/heartjnl-2019-315449.