Son bien conocidos los efectos beneficiosos del ejercicio físico en el paciente con cardiopatía. Sin embargo, cuando hablamos de deporte de alta intensidad frente a deporte-salud, resulta imprescindible realizar una adecuada valoración del riesgo, ya que el ejercicio físico en estas situaciones se puede convertir en un arma de doble filo.
Por este motivo, se realizará una controversia para debatir los pros y contras de la continuidad en la práctica de actividad física en diferentes cardiopatías susceptibles de desencadenar un posible evento fatal en el deportista.
“Aún sabiendo que habrá posturas que ambos ponentes solapen, se hará una controversia en la se intentará defender la continuidad versus restricción del ejercicio físico en aquellos deportistas que presenten cardiopatías que puedan ser causa de muerte súbita y quieran continuar con la competición”, explica la doctora María Dolores Masiá, moderadora de la sesión.
Como recuerda, no todas las cardiopatías presentan el mismo riesgo para el deportista joven, “por lo que una restricción generalizada de la competición en estos casos puede acabar con un estilo de vida. E, incluso en determinados sujetos, con una profesión como medio de vida. Por otro lado, la competición exige el máximo esfuerzo al deportista, lo que aumenta claramente el riesgo en un deportista que presenta cardiopatía. Debe hacerse una valoración individualizada del mismo para intentar disminuir las consecuencias físicas y psíquicas que suponen el abandono de la competición”.