Un curso ha repasado las novedades en el manejo de factores de riesgo cardiovascular como diabetes, dislipemias, hipertensión arterial y tabaquismo. El Dr. Manuel Abeytua, cardiólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y el Dr. Vivencio Barrios, cardiólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid han sido los moderadores.
El Dr. Vicente Arrarte, cardiólogo del Hospital General de Alicante y presidente electo de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, se ha centrado en las diferencias que se han producido en los últimos años en el enfoque de la diabetes mellitus por parte de los cardiólogos.
Los nuevos fármacos que se han desarrollado en este periodo proporcionan seguridad en el manejo y no producen complicaciones secundarias inmediatas.
Además, algunos de ellos, como en el grupo GLP1, liraglutida en estudio de seguridad demostró que disminuía el "mace" de muerte cardiovascular e infarto no fatal de miocardio o cerebral. También semaglutide disminuyó los eventos cardiovasculares.
En el grupo de fármacos SGLT2, empaglifozina demostró disminución de muerte cardiovascular e infarto no fatal de miocardio o cerebral. Canaglifozina también disminuyó los eventos cardiovasculares con menor potencia que empaglifozina y además con aumento de 3 a 6 por mil de amputaciones en miembro inferiores en los diabéticos.
En cuanto a los inhibidores del SGLT1, empaglifozina en un estudio de no inferioridad demostró que no solo no era inferior a placebo, sino que producía disminución en la mortalidad y en la hospitalización de los pacientes.
El tratamiento de elección sigue siendo metformina, siempre que no haya una insuficiencia renal importante (menor de 30 ml/min) Un aspecto fundamental es el tratamiento de todos los factores de riesgo, llevando consigo actividad física, pérdida de peso y una alimentación adecuada. Debe recordarse que los cardiólogos, en muchas ocasiones, son los profesionales que diagnostican la diabetes cuando los pacientes sufren un síndrome coronario agudo.
Intervención en dislipemias
Por su parte, el Dr. Juan Cosín, cardiólogo del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, ha centrado su intervención en dislipemias. En los últimos años también han aparecido nuevos fármacos que disminuyen LDL colesterol y colesterol total, con nuevas perspectivas en un control adecuado de los enfermos con dislipemia en prevención secundaria.
Las guías europeas de práctica clínica de dislipemia de 2016 indican como objetivo LDL por debajo de 70 mg/dl. Si se encuentra entre 85-125 mg/dl, el objetivo debe ser el 50% de esas cifras. Junto a las estatinas, que es el tratamiento habitual, se unen otros fármacos como ezetimibe que unido a ellas ha demostrado que disminuye el colesterol LDL de manera significativa. Además, disminuye las complicaciones cardiovasculares.
Un grupo nuevo de fármacos, los anticuerpos monoclonales PCSK9 (como evolocumab), han demostrado disminuir el colesterol LDL a unas cifras mucho más importantes que las logradas hasta ahora, llegando incluso a no aparecer en el rango analítico. Además, se ha demostrado que aunque haya cifras de LDL colesterol muy disminuidas, no existe un efecto jota de que haya nuevas complicaciones cardiovasculares tal y como puede ocurrir con la hipertensión arterial si se disminuye excesivamente. Los PCSK9 han demostrado, además, que reducen las complicaciones cardiovasculares, un avance significativo en el control de la dislipemia y que abre el campo a la disminución de los lípidos en las hipercolesterolemias familiares.
El Dr. Carlos Escobar, cardiólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y presidente de la sección de Cardiología Clínica de la SEC, ha repasado las novedades en hipertensión. Existe, en la actualidad, una situación de alarma en este ámbito, porque en los últimos diez años se han duplicado las causas de mortalidad: de 6.600 pacientes en 2005 a más de 12.000 en 2015.
Estos datos invitan a pensar que hay un relajamiento en el tratamiento de la hipertensión arterial. Un ejemplo es que, anteriormente, era más frecuente el tratamiento con más de un fármaco y en estos momentos se trata en monoterapia, con un peor control.
Un aspecto importante es la toma adecuada de la tensión arterial, con la tranquilidad necesaria para que el paciente esté en una situación basal. Existe una relación directa entre que haya un descontrol de la tensión arterial al tomarla en una consulta médica respecto a las complicaciones que se producen con la hipertensión arterial: debe hacerse como indican las guías y no debe tomarse a nivel radial, sino a nivel del brazo y en situación de reposo. Y, cuando se quiere tener un control más exhaustivo de la respuesta a la tensión arterial, se optará por el mapa para conocer los valores durante 24 horas.
Por último, el Dr. Vicente Bertomeu, jefe del servicio de cardiología del Hospital de San Juan de Alicante y expresidente de la SEC, ha subrayado la importancia de tratar el tabaquismo como factor de riesgo de enfermedad coronaria, un aspecto que no se hace de manera habitual en la consulta de cardiología.
Además de favorecer un infarto de miocardio o un síndrome coronario agudo, si no se abandona el tabaco tras un síndrome coronario agudo, la evolución de los pacientes que siguen fumando es muchísimo peor, en cuanto a que tienen más infartos, más angina de pecho, más obstrucciones de los stents y más mortalidad.
Debe tenerse en cuenta que es necesario dedicar tiempo al tratamiento del tabaquismo, ya que es un factor de riesgo de gran impacto en enfermedad coronaria. El tratamiento farmacológico disponible está formado por: vareniclina, bupropion y tratamiento sustitutivo de nicotina, en parches o chicles. El fármaco más eficaz es vareniclina, que es competidor de los receptores de nicotina.
En el coloquio posterior se resaltó que, a día de hoy, los fármacos para ayudar en la deshabituación del tabaco no tienen ayuda económica en la sanidad pública. Este aspecto no es entendible, ya que el tabaquismo es una enfermedad por adicción y conseguir la abstinencia en el tabaco, supone la disminución significativa de reinfartos, reingresos hospitalarios y, con ello, ahorro en el gasto sanitario.