Ensayo clínico aleatorizado 1:1 en el cual se evaluó el efecto de la instauración de un protocolo de hipotermia pre-perfusión frente a normotermia, en el contexto de pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST (SCACEST) sobre el tamaño del infarto.
Para ello se inició la hipotermia de forma extrahospitalaria mediante almohadillas de enfriamiento de superficie y solución salina fría, y se continuó en el laboratorio de hemodinámica con un catéter de enfriamiento endovascular (temperatura objetivo: ≤ 35 °C en el momento de la reperfusión). El objetivo primario del estudio fue valorar el tamaño del infarto mediante el “índice de miocardio salvado” calculado por resonancia magnética cardiaca (RMC).
Se incluyeron 101 pacientes en el análisis final del estudio (grupo control n = 54; grupo de hipotermia n = 47). La temperatura objetivo se alcanzó en 38/47 pacientes (81%) en el grupo de hipotermia. Las intervenciones relacionadas con el estudio dieron lugar a un retraso medio de 14 min en el grupo de hipotermia del tiempo desde el primer contacto médico hasta la reperfusión (grupo control 89 ± 24 min; grupo de hipotermia 103 ± 21 min; p < 0,01). No se observaron diferencias en el tamaño del infarto entre ambos grupos, “índice de miocardio salvado” (0,37 [± 0,26] grupo control y 0,43 [± 0,27] grupo de hipotermia [p = 0,27]). Tampoco se observaron diferencias en el tamaño del infarto calculado por biomarcadores ni diferencias en los resultados clínicos. En el seguimiento realizado a los 6 meses con RMC tampoco se detectaron diferencias.
Los autores concluyen que la hipotermia como complemento a la angioplastia primaria no mejora el tamaño del infarto ni el pronóstico de los pacientes.
Comentario
Son varios los estudios que han evaluado la seguridad y efectividad de la aplicación de un protocolo de hipotermia en la reducción del tamaño del infarto en los pacientes con SCACEST, todos ellos sin encontrar resultados positivos. Este estudio se une a los previos dificultando continuar las investigaciones en este campo. Son muchas las estrategias, fármacos e intervenciones que se han evaluado en los últimos años, dirigidos a limitar el daño por reperfusión y conseguir reducir el tamaño del infarto en pacientes con SCACEST. Sin embargo, dichos estudios no han logrado los resultados esperados, y la angioplastia primaria se mantiene como dueña y señora del tratamiento de esta entidad.
El uso terapéutico de la hipotermia en el enfermo crítico cardiológico es una de las terapias de neuroprotección que más interés ha concitado en la última década en el contexto de la parada cardiaca. Aunque en la actualidad se continúa utilizando en la mayoría de unidades de críticos cardiovasculares, las evidencias sobre su utilidad se han visto recortadas a raíz de las últimas publicaciones, y estas dudas son aún mayores con respecto a su utilización en el SCACEST de cara a reducir el tamaño del infarto. Además, aunque en general se trata de una terapia segura y de fácil implementación, son varias las complicaciones relacionadas con la misma. Probablemente la que más ha preocupado en el contexto de la revascularización coronaria haya sido la asociación con un mayor riesgo de trombosis del stent, tal como se mostró en el estudio VELOCITY, y que posteriormente ha sido refutada en otras publicaciones. En el estudio discutido en este comentario no se objetivaron complicaciones importante en relación al uso de hipotermia y únicamente se encontró una incidencia algo mayor de hemorragias no graves en este grupo.
Aunque los autores enfatizan en que sus resultados se solapan a los estudios previos, no dan por cerrada esta puerta y muestran resultados positivos en el análisis post hoc. En este trabajo podemos observar que aquellos pacientes en los que se aplica el protocolo de hipotermia en los primeros 60 minutos desde el inicio de los síntomas, se pueden beneficiar de esta estrategia. Aunque estos datos se confirmasen en estudio posteriores, parece poco probable que los pacientes se vayan a beneficiar a gran escala del inicio de un protocolo similar, para “solo” salvar un 5% de fracción de eyección en un subgrupo de pacientes, desgraciadamente muy escaso, que se presentan en el hospital de forma muy precoz.
Como conclusión, la aplicación de un protocolo de hipotermia de cara a reducir el tamaño del infarto en pacientes con SCACEST, aunque es seguro, no muestra beneficio en el pronóstico de estos pacientes.
Referencia
- Christoph Testori, Dietrich Beitzke, Andreas Mangold, Fritz Sterz, Christian Loewe, Christoph Weiser, Thomas Scherz, Harald Herkner, Irene Lang.
- Heart. 2019 Apr;105(7):531-537.