Este trabajo es un estudio diseñado para valorar si la historia de hipertensión arterial (HTA) o el tratamiento antihipertensivo tienen repercusión sobre la mortalidad en pacientes con COVID-19.
Los autores realizaron un estudio observacional retrospectivo de todos los pacientes ingresados entre el 5 de febrero y el 15 de marzo de 2020 por COVID-19 en el Hospital Huo Shen Shan, uno de los hospitales dedicados al tratamiento de COVID-19 durante el estallido epidémico de la enfermedad en la ciudad china de Wuhan. Recogieron de las historias clínicas los datos relacionados con el diagnóstico de HTA y los tratamientos que tomaban previamente a la infección y los correlacionaron con la mortalidad por COVID-19 durante el ingreso.
De los 2.877 pacientes hospitalizados, un 29,5% (850/2.877) tenían historia de HTA. Tras hacer el ajuste estadístico para descartar el efecto de posibles factores de confusión, los pacientes con HTA tuvieron un riesgo relativo dos veces mayor de fallecer que los pacientes sin HTA (4,0% frente al 1,1%, razón de riesgo ajustada [HR] 2,12; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,17-3,82; p = 0,013). Los pacientes con HTA, pero sin tratamiento antihipertensivo (n = 140) tuvieron un riesgo significativamente mayor de mortalidad en comparación con los pacientes que sí tomaban tratamiento antihipertensivo (n = 730) (7,9% frente al 3,2%, HR ajustado 2,17; IC 95%: 1,03-4,57; p = 0,041). Las tasas de mortalidad fueron similares entre los pacientes que tomaban para su HTA inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (iSRAA) y los que tomaban otro tipo de tratamiento. Sin embargo, en un metaanálisis que realizaron los propios autores combinando sus datos con los de otros estudios previos, comprobaron que los pacientes que tomaban previamente a la infección algún iSRAA tenían una tendencia a tener un menor riesgo de mortalidad (riesgo relativo 0,65; IC 95%: 0,45-0,94; p = 0,02). El estudio sugiere que tanto la HTA como la ausencia de medicación para la HTA podrían ser factores relacionados con una mayor mortalidad por COVID-19.
Comentario
Desde que se conoce que el coronavirus SARS-CoV-2 emplea el receptor del enzima de conversión de la angiotensina 2 (ECA2) como una de las principales vías de entrada en el interior de la célula, existe una preocupación importante por saber si la presencia de HTA o de tratamiento frente a la HTA, que son situaciones que podrían causar una alteración en la expresión de ECA2, podrían influir en la mortalidad de los pacientes con COVID-19.
En los primeros momentos de la pandemia se publicaron algunos trabajos observacionales que plantearon la posibilidad de que el tratamiento con inhibidores del enzima convertidor de la angiotesina (IECA) o antagonista del receptor de la angiotensina (ARA) se asociaran con un aumento de mortalidad con la infección viral. Esta alerta aparentemente tenía sentido, ya que el virus emplea el receptor ECA2 como puerta de entrada a las células y estos fármacos manipulan la expresión y disponibilidad del receptor. Inmediatamente surgió la duda de si debíamos retirar estos tratamientos en los pacientes que los estaban tomando para “protegerlos” de una evolución desfavorable en una posible infección. Sin embargo, las sociedades científicas reaccionaron de forma ágil para explicar que estos datos obtenidos en pacientes con COVID-19 eran muy preliminares y que no eran suficientes para contrarrestar todo el peso de la evidencia acumulada sobre el efecto beneficioso del bloqueo del eje renina angiotensina aldosterona en todo tipo de problemas cardiovasculares, por lo que recomendaban mantener el tratamiento con IECA o ARA en los pacientes que los necesitaran según las guías de práctica clínica.
Este trabajo, que siempre hay que interpretar teniendo en cuenta que se hizo en lo peor de la epidemia y en la primera ciudad que se tuvo que enfrentar al problema, añade nueva luz. Está realizado en una cohorte muy amplia de casi 3.000 pacientes y tiene una metodología más cuidadosa que trata de controlar los posibles factores de confusión. Los datos ofrecen dos conclusiones importantes. La primera es que los pacientes con historia de HTA tuvieron un riesgo doble de fallecer durante el ingreso por la infección por coronavirus, especialmente si no estaban tomando tratamiento antihipertensivo. Y la segunda, es que los pacientes que tomaban iSRAA no estuvieron expuestos a un mayor riesgo de mortalidad. De hecho, nuevos datos obtenidos en modelos animales sugieren que en estos pacientes en realidad existiría una sobreexpresión del receptor ECA2, por lo que el bloqueo del receptor con un iSRAA podría ser incluso beneficioso.
Como ocurre con todos los trabajos observacionales en pacientes con COVID-19, los resultados se deben valorar con cautela. Ya existen varios ensayos clínicos en marcha que están valorando la utilidad de los IECA y ARA en la infección por COVID-19. Quién sabe si los resultados nos dirán que no solo no hay que retirar los iSRAA en estos pacientes, sino que tenemos que considerarlos como parte del tratamiento específico de la afectación cardiovascular por el coronavirus.
Referencia
- Chao Gao, Yue Cai, Kan Zhang, Lei Zhou, Yao Zhang, Xijing Zhang, Qi Li, Weiqin Li, Shiming Yang, Xiaoyan Zhao, Yuying Zhao, Hui Wang, Yi Liu, Zhiyong Yin, Ruining Zhang, Rutao Wang, Ming Yang, Chen Hui, William Wijns, J William McEvoy, Osama Soliman, Yoshinobu Onuma, Patrick W Serruys, Ling Tao, Fei Li.
- Eur Heart J. 2020 Jun 7;41(22):2058-2066. doi: 10.1093/eurheartj/ehaa433.