La rehabilitación cardiaca (RC) se define como un programa multidisciplinar que incluye entrenamiento con ejercicios, modificación de los factores de riesgo, evaluación psicosocial y evaluación de resultados. El entrenamiento y otros componentes de la RC en la insuficiencia cardiaca (IC) son seguros y beneficiosos, y dan como resultado mejoras significativas en la calidad de vida, la capacidad funcional, la mejora en el rendimiento y la reducción de hospitalizaciones relacionadas con IC. A pesar de los beneficios de los resultados, la rentabilidad y las recomendaciones sólidas de las guías de práctica, la RC sigue infrautilizada, debiendo ser parte del tratamiento estándar en un paciente con IC.
En este documento del American College of Cardiology se revisa desde los mecanismos fisiopatológicos cómo la RC mejora la capacidad funcional de nuestros pacientes con IC, independientemente de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI), lo que conlleva como resultados clínicos la mejora de la calidad de vida y una reducción en los reingresos. Resume también la evidencia existente, tanto en IC con FEVI reducida, como conservada, e incluso en IC avanzada (estadio D).
Nunca podemos entender un programa de RC desde la “soledad”, siempre debe estar formado por equipos multidisciplinares tanto de la unidad de IC como de RC, acompañado de nutricionistas, psicólogos, fisioterapeutas y enfermería especializada, de manera general. Igual que el concepto de “soledad” no conjuga en RC, tampoco lo hace el entrenamiento físico como medida aislada del programa de RC. La RC, y especialmente en IC, debe ir mucho más allá del ejercicio, siendo un momento ideal para la optimización del tratamiento, cambio de estilos de vida o control de factores de riesgo. Los programas de RC se convierten en un entorno ideal para la optimización de tratamiento médico en la fase de transición del paciente ingresado por IC.
Este estudio analiza también todos los factores que influyen en que menos del 30% de los pacientes candidatos tengan acceso a programas de RC, y muy especialmente en el caso de las mujeres, pacientes mayores y minorías étnicas. Principalmente el desconocimiento médico y las políticas sanitarias erráticas en este sentido, son los factores claves para el bajo porcentaje.
Comenta la evidencia de los diferentes tipos de ejercicio físico en los pacientes con IC, desde el aeróbico al de resistencia, del interválico al de alta intensidad. Define los diferentes patrones de ejercicio físico, su frecuencia, intensidad y duración.
Como no pude ser menos se ocupa del programa educativo de los pacientes en RC (nutrición, autocuidado, signos de alarma, factores de riesgo, actividad laboral, calidad de vida….).
En resumen, la RC es beneficiosa en pacientes con IC y se recomienda como indicación de clase 1A en las guías de práctica de IC, como puede ocurrir con muchos de los tratamientos actuales, que no dejamos de prescribir a nuestros pacientes. Todos debemos prestar atención a la incorporación de la RC como parte de la atención estándar para los pacientes con IC, y este documento ayuda en el largo camino que nos queda por recorrer.
Referencia
Cardiac rehabilitation for patients with heart failure: JACC expert panel
- Biykem Bozkurt, Gregg C. Fonarow, Lee R. Goldberg, Maya Guglin, Richard A. Josephson, Daniel E. Forman, Grace Lin, JoAnn Lindenfeld, Chris O’Connor, Gurusher Panjrath, Ileana L. Piña, Tina Shah, Shashank S. Sinha, Eugene Wolfel.
- JACC 2021 Mar 23;77(11):1454-1469. doi: 10.1016/j.jacc.2021.01.030.