Estudio que evalúa el riesgo de fibrilación auricular (FA) según el tipo de cáncer. Los pacientes con cáncer tienen mayor riesgo de FA, y este riesgo puede variar en función del tipo de cáncer.
La coexistencia de cáncer y la FA es un problema creciente debido al envejecimiento poblacional y la mejora de la supervivencia gracias a las nuevas terapias. La FA es importante en el contexto del cáncer, así los pacientes con cáncer y FA de nueva aparición tienen un riesgo 2 veces mayor de tromboembolismo y 6 veces mayor de insuficiencia cardiaca, por lo que esta arritmia es una comorbilidad que debe detectarse y controlarse en los pacientes con cáncer.
En este trabajo emplearon la base de datos del servicio nacional surcoreano (2009-2016), evaluándose 816.811 pacientes con cáncer y 1.633.663 sujetos de control sanos (relación 1:2). La edad media de los participantes era de 57,5 ± 12,5 años (46,9% hombres en ambos grupos). Se clasificaron 19 tipos de cáncer: esófago, estómago, colorrectal, hígado, biliar, páncreas, cabeza y cuello, pulmón, melanoma, mama, ginecológico, próstata, renal, vejiga, sistema nervioso central (SNC), tiroides, linfoma no Hodgkin, mieloma múltiple y leucemia. La FA recién diagnosticada se identificó en función del tipo de cáncer.
La duración media del seguimiento en la cohorte con cáncer fue de 4,5 años y de 5,5 años en el grupo de control sin cáncer. Los principales resultados fueron:
- Durante el periodo de seguimiento, 25.356 (3,1%) pacientes con cáncer desarrollaron FA (6,6 por cada 1.000 personas-año), y 31.801 (1,9%) sujetos desarrollaron FA en el grupo de control (3,6 por 1.000 personas-año).
- La mediana de tiempo desde el diagnóstico de cáncer hasta la FA fue de 1,7 años en la cohorte de cáncer y de 3,2 años en el grupo de control.
- Un año después del diagnóstico de cáncer, los pacientes mostraron un 44% más de riesgo de desarrollar FA, mientras que a los 5 años el riesgo fue de un 8%.
- En el análisis de regresión, el diagnóstico de cáncer se asoció con un riesgo 1,6 veces mayor de desarrollar FA, demostrando ser un factor de riesgo independiente para la FA.
- Tras ajuste por hipertensión, diabetes, dislipidemia, obesidad, enfermedad renal crónica, tabaquismo, consumo de alcohol, estado de ejercicio físico y nivel de ingresos económicos: la asociación entre el diagnóstico de cáncer y la FA fue similar.
- El cáncer de tiroides fue el más frecuente en la población estudiada, pero fue el mieloma múltiple el que mostró una mayor asociación con la FA. El cáncer de esófago mostró el riesgo más elevado entre los cánceres sólidos, y el cáncer de estómago mostró la menor asociación con el riesgo de FA.
Los autores concluyen que:
- Los pacientes con cáncer tuvieron un mayor riesgo de FA en comparación con los que no lo padecen.
- El riesgo de FA varía en función del tipo de cáncer.
- Entre los distintos tipos de cáncer, las neoplasias hematológicas (mieloma múltiple, leucemia y linfoma), intratorácicas (pulmón y esófago) y del SNC se asociaron con un riesgo 2 veces mayor de padecer FA en comparación con el grupo de control sin cáncer.
- La asociación entre el cáncer y el riesgo de FA disminuye con el tiempo después del diagnóstico de cáncer, aunque algunos tumores (hematológicos, pulmón, hígado, renal, ginecológicos) mostraron un riesgo persistentemente mayor de FA 5 años después del diagnóstico de cáncer.
- Futuros estudios serán necesarios para determinar si el cribado rutinario de la FA puede aportar mejores resultados en poblaciones específicas.
Comentario
La prevalencia de la FA aumenta con la edad, se calcula que un 10% de los octogenarios tienen FA. Además, se sabe que esta arritmia aumenta el riesgo de ictus, insuficiencia cardiaca y muerte. Estudios previos mostraron que el cáncer es un factor de riesgo independiente para la FA, y hay mayor riesgo de cáncer tras el diagnóstico de FA: un metaanálisis mostró un aumento del 47% del riesgo de FA en pacientes con cáncer. Las enfermedades cardiovasculares son la segunda causa más común de morbilidad y mortalidad tardía entre los pacientes con cáncer.
Pero a pesar de todos estos conocimientos, actualmente hay poca información sobre la asociación entre el tipo de cáncer y el riesgo de FA, y por ello es relevante este trabajo, ya que analizan el mayor número de pacientes con antecedentes de cáncer y aporta datos sobre la asociación entre el cáncer y el riesgo de FA. Uno de los hallazgos a destacar es que todos los pacientes con cáncer mostraron un riesgo mayor de desarrollo de FA, variando la incidencia según el tipo: aquellos con mieloma múltiple mostraron el mayor riesgo, mientras que el cáncer de esófago mostró menor riesgo de FA en comparación con el grupo de control sin cáncer. Todas las neoplasias hematológicas, incluidos el linfoma, la leucemia y el mieloma múltiple, mostraron un alto riesgo de desarrollo de FA. Entre los cánceres sólidos, las neoplasias malignas intratorácicas, incluidos el cáncer de pulmón, esófago y SNC, se asociaron con un alto riesgo de desarrollo de FA. Sin embargo, los cánceres de mama, colorrectal, estómago, tiroides y próstata mostraron un riesgo relativamente menor de FA.
¿Por qué hay tan elevada asociación? Los autores indican que la edad ha demostrado ser el factor de riesgo más fuerte tanto para la FA como para el cáncer. El tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad también son factores de riesgo para ambas enfermedades. Hay terapias anticancerígenas (antraciclinas, melfalán, ibrutinib) que se asocian a la aparición de FA (remodelado auricular). La inflamación crónica puede conducir a la carcinogénesis, y se intuye que está asociada al desarrollo de FA. Y el desequilibrio del sistema nervioso autónomo, los síndromes paraneoplásicos o la invasión directa tumoral en estructuras cardíacas pueden ser también posibles causas de esta asociación.
Otro aspecto interesante es el referente al efecto a largo plazo del cáncer en el desarrollo de la FA. Estudios previos reflejaban resultados controvertidos, mientras que el trabajo de Yun et al. mostró un riesgo significativo de FA incluso excluyendo aquella que se produjo dentro de los 90 días del diagnóstico. El impacto del cáncer en la incidencia de FA disminuyó, pero siguió siendo significativo con el tiempo. Por ello, conociendo el alto riesgo de FA en pacientes con neoplasias hematológicas, neoplasias intratorácicas y del SNC, sería posible plantearse un cribado más intensivo en estos subgrupos, desconociendo si esto pudiera mejorar los resultados, por lo que se precisan más estudios para aclarar este aspecto.
Por lo tanto y a pesar de las limitaciones que presenta (falta de acceso a estadios del cáncer, respuesta y estrategia terapéutica, población únicamente surcoreana, entre otros), este estudio incluye el mayor número de pacientes con cáncer y reveló una asociación entre el cáncer en general y el tipo de cáncer sobre el riesgo de FA, sobre todo las neoplasias hematológicas.
Referencia
Risk of Atrial Fibrillation According to Cancer Type: A Nationwide Population-Based Study
- Jun Pil Yun, MD Eue-Keun Choi, MD, PhD Kyung-Do Han, PhD Sang Hyun Park, BS Jin-Hyung Jung, PhD Sang Hyeon Park, MD Hyo-Jeong Ahn, MD Jae-Hyun Lim, MD So-Ryoung Lee, MD, PhD Seil Oh, MD, PhD
- J Am Coll Cardiol CardioOnc2021 Jun, 3 (2) 221–232.