Estudio transversal donde se determina la prevalencia del uso de aspirina en prevención primaria entre adultos mayores a 60 años con y sin diabetes, según la edad, sexo y riesgo de enfermedad cardiovascular.
El debate del empleo de la aspirina para la prevención de enfermedades cardiovasculares (ECV), sobre todo en prevención primaria, está candente ante los últimos estudios que sugieren que los riesgos de su empleo superan a sus potenciales beneficios en adultos mayores, de ahí la importancia de este trabajo.
Se realizó un análisis transversal de los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) de EE. UU., desde 2011 a 2018, contabilizándose 7.103 personas (edad media 69,6 años; 45,2% varones; 75,8% raza blanca) con y sin diabetes mellitus (DM), que cumplimentaron un cuestionario sobre el empleo de aspirina.
Los principales resultados fueron los siguientes:
- Se estima que 9,9 millones de adultos estadounidenses de ≥ 70 años, con o sin DM, declararon tomar aspirina en prevención primaria.
- La prevalencia del uso de aspirina en los adultos mayores de EE. UU. fue del 46,7% en general.
- El 61,7% de las personas con DM utilizaban aspirina frente al 42.2% sin diabetes.
- Tras análisis multivariable se comprobó que:
- En los adultos con DM, la edad avanzada no se asoció significativamente con el uso de aspirina.
- En cambio, en los adultos sin antecedentes de diabetes, la edad avanzada se asoció significativamente con una mayor probabilidad de uso de aspirina.
- En adultos mayores con DM, no difirió la probabilidad de uso de aspirina en prevención primaria en aquellas con alto riesgo de ECV vs. bajo riesgo; sin embargo, sí que fue significativamente mayor en los que no tenían diabetes.
- Las mujeres con DM tenían menos probabilidades de utilizar aspirina para la prevención primaria frente a los hombres.
Los autores concluyen que el uso en prevención primaria de aspirina era mayor entre los adultos mayores con DM que en aquellos sin diabetes. Se sugiere que a casi 10 millones de norteamericanos adultos mayores que previamente tomaban aspirina en prevención primaria no se les recomendaría su uso continuado, especialmente entre los diabéticos.
Comentario
Si hiciéramos un recuento de nuestros pacientes, seguro que la gran mayoría tendría prescrita la aspirina. Los últimos registros indican que es uno de los fármacos más empleados en nuestro medio y su papel en la prevención de eventos cardiovasculares en personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular (ECV) está bien establecido. Pero recientes estudios han debatido y cuestionado su empleo y seguridad para prevención primaria de ECV, llegando a la conclusión que la aspirina en prevención primaria reduce los eventos isquémicos no fatales, pero incrementa significativamente los eventos hemorrágicos no fatales, remarcándose la necesidad de individualizar su prescripción evaluándose los riesgos y beneficios.
Antes de 2019, muchas sociedades médicas recomendaban el uso de la aspirina en los mayores de 50 años sin un límite de edad superior. Pero en 2019 la Asociación Americana de Diabetes actualizó sus directrices desaconsejando en general el uso de la aspirina para la prevención primaria en los adultos mayores de 70 años, aunque podría considerarse para aquellos con alto riesgo de ECV y bajo riesgo hemorrágico, pero generalmente no en los adultos mayores. Al mismo tiempo, las guías ACC/AHA de 2019 sobre prevención primaria de la ECV desaconsejaban el uso rutinario de la aspirina para la prevención primaria en los adultos mayores de 70 años, y remarcaban que en personas de cualquier edad con un riesgo de sangrado elevado, no debería emplearse.
¿Y en personas con diabetes? El beneficio neto del uso de la aspirina para la prevención primaria de la ECV sigue siendo objeto de debate. En este estudio transversal en adultos norteamericanos se encontró que el 61,7% de adultos ≥60 años con diabetes frente al 42,2% sin DM tomaban aspirina, y este uso aumentó en aquellos sin DM con edad avanzada y mayor riesgo de ECV, mientras que fue uniformemente alto entre los que tenían diabetes. De tal modo que en el contexto de las directrices recientemente revisadas que desaconsejan el uso rutinario de la aspirina en adultos de 70 años o más, los hallazgos de este estudio sugieren que los adultos mayores pueden tener un uso excesivo de aspirina, especialmente entre aquellos con diabetes. Las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de usar aspirina como prevención primaria que las que no tienen diabetes.
Se conoce que la diabetes tiene un efecto relativamente mayor en el aumento del riesgo de ECV en las mujeres frente a los hombres, y llama la atención que en este estudio se aprecia que las mujeres tenían una probabilidad significativamente menor de utilizar aspirina que los hombres, especialmente entre los diabéticos. ¿Por qué? Se remarca que podría ser por una menor concienciación sobre el riesgo de ECV entre las mujeres, a la idea errónea de que las mujeres están protegidas frente a la ECV, o a la percepción de que la aspirina sea menos eficaz para las mujeres que para los hombres.
Por último, la edad avanzada se asoció a una mayor probabilidad de uso de aspirina en los que no tenían diabetes, pero no en los diabéticos, que tenían una prevalencia uniformemente alta de uso de aspirina por encima de los 60 años. Los resultados fueron similares entre los adultos mayores que usaban aspirina para la prevención primaria.
Por lo tanto, este estudio descubrió que un número mucho mayor de adultos mayores sin ECV utilizaba aspirina en prevención primaria que registros previos, incluyendo a pacientes diabéticos. A la hora de prescribir aspirina en prevención primaria, deberemos individualizar su uso valorando riesgos y beneficios, ante la presencia de un uso excesivo e inadecuado de la terapia preventiva con aspirina.
Referencia
Use of Preventive Aspirin Among Older US Adults With and Without Diabetes
- Liu EY, Al-Sofiani ME, Yeh HC, Echouffo-Tcheugui JB, Joseph JJ, Kalyani RR.
- JAMA Netw Open. 2021;4(6):e2112210. Published 2021 Jun 1. doi:10.1001/jamanetworkopen.2021.12210