El empleo de colchicina a bajas dosis puede remodelar favorablemente la placa coronaria después del síndrome coronario agudo (SCA) reduciendo uno de los principales predictores de futuros eventos cardiovasculares, según un estudio publicado en JACC Cardiovascular Imaging.
Los autores evaluaron los efectos modificadores de la placa coronaria con un tratamiento a dosis bajas de colchicina añadida al tratamiento médico óptimo (TMO) convencional en pacientes con SCA, evaluándose mediante angio-TC coronaria.
Estudios previos han postulado que la colchicina podría tener efectos antiinflamatorios beneficiosos en pacientes con SCA, lo que se traduciría en una reducción de futuros eventos cardiovasculares. En este estudio observacional prospectivo no aleatorizado de 80 pacientes con SCA reciente (< 1 mes), los pacientes recibieron 0,5 mg/día de colchicina más TMO y fueron seguidos durante 1 año. El endpoint 1º fue el cambio en el volumen de placa de baja atenuación (LAPV), es decir, con mayor contenido de placa grasa y marcador de inestabilidad de placa en la angio-TC coronaria, que se considera un fuerte predictor de eventos cardiovasculares adversos. Los resultados secundarios a medir fueron los cambios en otras medidas de angio-TC coronaria y en la proteína C reactiva de alta sensibilidad (PCRus).
La duración media del seguimiento fue de 12,6 meses; la edad promedio fue de 57,4 años. El tratamiento con colchicina redujo significativamente el LAPV (media de 15,9 mm3 [-40,9%] frente a 6,6 mm3 [-17,0%]; p = 0,008) y la hsCRP (media 1,10 mg/l [-37,3%] frente a 0,38 mg/l [-14,6%]; p < 0,001) frente a controles. Las reducciones en el volumen total de ateroma (media 42,3 mm3 frente a 26,4 mm3; p = 0,28) y los niveles de lipoproteínas de baja densidad (media 0,44 mmol/l frente a 0,49 mmol/l; p = 0,21) fueron comparables en ambos grupos. Con la regresión lineal multivariante, la terapia con colchicina permaneció significativamente asociada con una mayor reducción en el LAPV (p = 0,039) y en la hsCRP (p = 0,004). También se apreció una asociación lineal significativa (p < 0,001) y una fuerte correlación positiva (r = 0,578) entre el cambio en el LAPV y la hsCRP.
Estos hallazgos sugieren que la terapia con baja dosis de colchicina (0,5 mg/día) modifica favorablemente la placa coronaria, independientemente de la terapia intensiva con estatinas en dosis altas y la reducción sustancial de lipoproteínas de baja densidad, destacándose que las mejorías en la morfología de la placa pueden estar relacionadas con las propiedades antiinflamatorias de la colchicina, como lo demuestran las reducciones en la hsCRP, en lugar de los cambios en las lipoproteínas. Por ello se destaca que la colchicina puede ser beneficiosa como un agente de prevención secundaria adicional en pacientes tras SCA si se valida en estudios futuros.
Comentario
Este estudio australiano es importante porque es la primera vez que se relaciona el empleo de bajas dosis de colchicina con la remodelación favorable de la placa coronaria después de un SCA, independientemente de la terapia intensiva con estatinas en dosis altas y la reducción sustancial de lipoproteínas de baja densidad.
El tamaño muestral es pequeño (n = 80; 77,5% varones, edad promedio 57 años). De ellos, la mitad recibieron terapia médica óptima (TMO) más 0,5 miligramos diarios de colchicina, mientras que la otra mitad recibió la TMO sin colchicina, y fueron evaluados a través de una angiografía coronaria al inicio del estudio y un año después. El grupo de terapia con colchicina mostró una reducción del 40,9% en el volumen de placa de baja atenuación (LAPV) y una reducción del 37,3% en la proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP). El grupo control experimentó reducciones del 17% y 14,6%, respectivamente, para el LAPV y hsCRP. Las reducciones en el volumen total de ateroma y los niveles de lipoproteínas de baja densidad fueron comparables en ambos grupos.
Los autores destacan que estas mejoras podrían estar en relación con las propiedades antiinflamatorias de la colchicina, como lo demuestran las reducciones en la hsCRP. Como sabemos, la colchicina es un medicamento antiinflamatorio antiguo que se usa con mayor frecuencia para tratar o prevenir la gota, aunque hay estudios previos que han formulado la hipótesis de que podría reducir los eventos cardiovasculares adversos posteriores al SCA. Pero la importancia de este trabajo es que se trata del primer estudio en asociar este medicamento con reducciones en el LAPV.
Una de las probables acciones de la colchicina estaría en su capacidad para detener o ralentizar la reacción de los neutrófilos a los cristales de colesterol intravascular. Es de destacar que la colchicina inhibe la quimiotaxis de neutrófilos, el ingreso y su activación en entornos inflamatorios. Controlar la inflamación ayuda a prevenir la recurrencia de la pericarditis, pero los neutrófilos activados también están presentes en las placas ateroscleróticas. Parecen ayudar en la transformación de la placa estable en placa inestable. Al suprimir los neutrófilos, la colchicina puede ayudar a estabilizar la placa y evitar las fisuras o la ruptura que causa isquemia coronaria aguda o accidente cerebrovascular.
Esta evidencia respalda la teoría de que las propiedades antiinflamatorias de la colchicina pueden tener un lugar preponderante en la terapia de enfermedades cardiovasculares. Los autores solicitan más ensayos aleatorizados y controlados sobre el uso de colchicina en esta población y una forma de dosificación que minimice los conocidos efectos adversos del medicamento. Las conclusiones obtenidas refuerzan la lógica de considerar el uso de la colchicina por su potencial de amortiguar el medio inflamatorio que puede conducir a la inestabilidad de la placa y la aterotrombosis dentro de la placa aterosclerótica.
En definitiva, puede ser que empecemos a valorar a la colchicina, fármaco de antiguas generaciones, como una terapia eficaz y moderna, con un beneficio global en la reducción del riesgo cardiovascular, además de su capacidad para reducir la pericarditis.
Referencia
- Kaivan Vaidya, Clare Arnott, Gonzalo J. Martínez, Bernard Ng, Samuel McCormack, David R. Sullivan, David S. Celermajer and Sanjay Patel.
- JACC Cardiovasc Imaging. 2018 Feb;11(2 Pt 2):305-316.