Los estudios más recientes señalan que en más de la mitad de las paradas cardiacas sin causa aparente, una etiología específica puede ponerse de manifiesto con una evaluación minuciosa. Se desconocen las características y la medida en que tales casos se someten a una investigación sistemática a fondo en la práctica de la vida real.
En este estudio se recogieron todos los casos de parada cardiaca extrahospitalaria que tuvieron lugar en el área de París. Se analizaron todas las exploraciones realizadas durante el ingreso.
Entre 2011 y 2016, de las 18.622 paradas cardiacas extrahospitalarias, 717 supervivientes al alta hospitalaria cumplían criterios para la definición de muerte súbita cardiaca. De estos, 88 casos (12,3%) continuaron sin diagnóstico causal después de analizar el electrocardiograma, un ecocardiograma y una coronariografía. La resonancia magnética cardiaca obtuvo el diagnóstico en 25 (3,5%) casos, otras investigaciones consiguieron 14 (2,4%) diagnósticos adicionales y 49 (6,8%) pacientes fueron etiquetados como fibrilación ventricular (FV) idiopática (48,7 ± 15 años, 69,4% varones). Entre aquellos clasificados como FV idiopática, solo ocho (16,3%) recibieron valoración completa (incluyendo pruebas farmacológicas). Los pacientes más jóvenes (odds ratio [OR] 6, intervalo de confianza [IC] al 95%: 1,80-22,26) y los ingresados en hospitales universitarios (OR 3,6, IC 95%: 1,12-12,45) fueron estudiados en mayor profundidad. Los tests genéticos y el screening familiar se hicieron en solo nueve (18,4%) y 12 (24,5%), respectivamente.
Los resultados de este estudio sugieren que se realiza una investigación en una proporción muy baja de pacientes con muerte súbita no explicada. Es necesario implementar enfoques sistemáticos y estandarizados para garantizar que no se pierdan las oportunidades de administrar terapias específicas y estrategias preventivas (incluidos los familiares).
Comentario
Por su elevada prevalencia y mal pronóstico, la muerte súbita cardiaca contribuye de manera importante a la mortalidad de causa cardiovascular (en torno al 50% de casos). Mientras que la enfermedad arterial coronaria explica la mayoría de sucesos (80%), otras causas incluyen miocardiopatías y trastornos eléctricos, que son de particular importancia debido a su patrón hereditario (o familiar) a menudo dominante, y a la posibilidad de aplicar medidas preventivas entre los familiares. Los resultados de este estudio son de gran interés, ya que ponen de manifiesto que en la vida real se realiza con frecuencia un sobrediagnóstico de FV idiopática, debido a que no se lleva a cabo un estudio estructurado de causas potenciales que puedan explicar la muerte súbita.
Conseguir un diagnóstico apropiado de los casos de muerte súbita tiene implicaciones importantes. En primer lugar, permite hacer un tratamiento apropiado. Aunque el implante de un desfibrilador es una medida que se realiza casi universalmente después de una parada cardiaca sin una causa reversible, un tratamiento farmacológico apropiado puede reducir las arritmias ventriculares y el número de terapias del dispositivo. En segundo lugar, dado que los pacientes que sufren una parada cardiaca y no tienen cardiopatía estructural padecen un trastorno cardiaco hereditario, tener un diagnóstico preciso es de crucial importancia para el screening o implementación de medidas de prevención primaria a los familiares y evitar un desenlace fatal.
En la población incluida en el estudio, en menos del 20% de pacientes diagnosticados de fibrilación ventricular idiopática se hizo un estudio sistemático. De hecho, aunque más del 80% de estos pacientes se sometieron a una resonancia cardiaca, las pruebas de provocación de vasoespasmo, de esfuerzo o farmacológicas estuvieron claramente infrautilizadas. No obstante, como señala el doctor Cheung en el editorial que acompaña al artículo, debemos tener en cuenta que estas pruebas pueden carecer de especificidad suficiente y deberían realizarse en un contexto clínico apropiado.
Existen varias características clínicas de los casos etiquetados de fibrilación ventricular idiopática: eran más jóvenes, con menos factores de riesgo cardiovascular. Una proporción relativamente alta tenía antecedentes familiares de muerte súbita. En lo relativo a la forma de presentación de la muerte súbita, un porcentaje menor presentó síntomas cardiacos antes del evento, con el consiguiente retardo de aviso a los servicios de emergencia y, por lo tanto, un tiempo de isquemia mayor hasta la instauración del soporte vital básico.
Entre las limitaciones del estudio hay que señalar que los datos fueron extraídos de registros hospitalarios de diferentes centros, y existe la posibilidad de diferencias en el manejo de estos pacientes.
Referencia
- Waldmann V, Bougouin W, Karam N, Dumas F, Sharifzadehgan A, Gandjbakhch E, Algalarrondo V, Narayanan K, Zhao A, Amet D, Jost D, Geri G, Lamhaut L, Beganton F, Ludes B, Bruneval P, Plu I, Hidden-Lucet F, Albuisson J, Lavergne T, Piot O, Alonso C, Leenhardt A, Lellouche N, Extramiana F, Cariou A, Jouven X and Marijon E.
- Eur Heart J. 2018 [Ahead of print].