Este estudio analiza las diferencias de género en las subespecialidades, en la jerarquía asistencial y académica de la cardiología en España. Se dirigió una encuesta a los jefes de servicio de cardiología de 98 hospitales del país.
En total, participaron 70 hospitales (71%). Las mujeres constituyen el 40% de un total de 2.353 cardiólogos y el 32% se dedican a la cardiología clínica, de las cuales, solo un 18% se dedican a electrofisiología o intervencionismo, mientras el 38% de los hombres se dedican a estas subespecialidades.
Las mujeres representan el 48% de los residentes, el 42% de los fellows, y el 37% de los adjuntos. Entre los tutores de residentes un 33% son mujeres y constituyen el 40% de los coordinadores de área. Únicamente el 19% de los jefes clínicos y el 11% de los jefes de servicio son mujeres.
Por comunidad autónoma, se observó que las comunidades con mayor representación femenina en cardiología fueron Aragón (46%), País Vasco (44%), Cataluña y Navarra (43%).
En la jerarquía académica, el 35% de los profesores asociados y únicamente el 7% de los profesores titulares son mujeres. En términos de sesgo de edad potencial, aunque las mujeres fueron más jóvenes que los hombres, el 30% de mujeres tenían entre 45-65 años. Si asumimos que las posiciones de jefe clínico y jefe de servicio requieren experiencia sustancial y son correlacionadas con la edad, el 19% y el 11% de mujeres en esas categorías están muy por debajo del 30% que reflejaría la distribución de la población en edad sénior.
Conclusiones: Entre los cardiólogos de España, las mujeres tienden a dedicarse a subespecialidades menos invasivas y están infrarrepresentadas en los puestos de responsabilidad asistencial y académicos.
Comentario
El cambio que solicitan las mujeres en la posición que ocupan en el mundo pasa por todos los ámbitos, desde el artístico hasta el político y el científico, y es extrapolable a la cardiología. Aunque en épocas previas, la cardiología ha sido una especialidad históricamente masculina, no ha sido ajena a este proceso de feminización de las últimas décadas. De acuerdo con datos de los que disponemos, según el Centro de Estudios del Sindicato Médico, las aspirantes a médico interno residente (MIR) para cardiología fueron el 51% en 2016. No obstante, si bien ha crecido el número de mujeres aspirantes a cardiólogas, las cardiólogas en España no están avanzando a la misma velocidad que los hombres en su carrera profesional. En este sentido, el grupo de trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), tiene como objetivos fundamentales promover la igualdad de género en la cardiología y mejorar el conocimiento de la enfermedad cardiovascular en la mujer en España.
Este estudio es el primero que investiga cuál es la distribución de género en las distintas subespecialidades y la representatividad de la mujer en la cardiología en todos los estamentos asistenciales y académicos en 70 hospitales de España. Se trata de un estudio observacional, descriptivo y con una alta participación de los hospitales encuestados (71%), dirigido a los jefes de servicio, que representa un total de 2.353 cardiólogos. Por todo ello, creemos que la muestra es muy representativa de la cardiología española. Los resultados muestran una falta de paridad desproporcionada entre hombres y mujeres en las subespecialidades y en los puestos de responsabilidad.
En varios estudios sobre las decisiones profesionales de hombres y mujeres en la cardiología, se observa que las prácticas más invasivas requieren una mayor dedicación de horas de trabajo y tienen un horario más irregular e incontrolable, lo cual, es menos compatible con la conciliación entre la vida familiar y la profesional de la mujer que asume más responsabilidades familiares y domésticas que los hombres. Otras explicaciones para este fenómeno se relacionan con la discriminación, el sesgo de género y las preocupaciones sobre la exposición a la radiación.
Otro ejemplo de interés en la inequidad de género, es el de la participación de las cardiólogas en las actividades formativas y en los cargos representativos de la SEC y sus distintas áreas científicas. En los últimos congresos nacionales de cardiología, la proporción de mujeres sobre el total de ponentes y moderadores ha estado en torno al 25%, aunque en el último congreso este porcentaje aumentó al 40%. Por otra parte, cuando se analiza el número de mujeres que ha formado parte del Comité Ejecutivo de la SEC desde su fundación en 1944, la participación también es muy baja. La primera mujer miembro de un Comité Ejecutivo lo fue en 1999, bajo el cargo de secretaria general. Desde entonces, y hasta la fecha, solo nueve mujeres han formado parte del mismo (una como presidenta en el 2007, dos como vicepresidentas, dos como secretarias generales, dos como tesoreras, una como editora jefa de Revista Española de Cardiología y otra como vocal representante de las sociedades filiales).
Diversos estudios han investigado las barreras externas e internas a las que se enfrentan las mujeres en su desarrollo profesional en el ámbito de la medicina. Como posibles causas de su menor representatividad en los puestos de alta jerarquía destacan, por un lado, el difícil equilibrio entre la carrera profesional y las responsabilidades personales y, por otro, la menor presencia en puestos académicos.
También se constata que en el nivel de profesor asociado, las mujeres suelen tener menos producción académica que los hombres, por su mayor dedicación al cuidado de la familia y actividades domésticas. Sin embargo, esta disparidad desaparece una vez llegan al nivel de profesor titular. Estas diferencias están en relación con el reloj biológico de las mujeres y con el hecho de que una alta proporción de mujeres esperan a finalizar la residencia para empezar a formar una familia. Por lo tanto, el inicio de la carrera investigadora y docente puede ser más lenta. Asimismo, la menor representatividad de las mujeres en los puestos jerárquicos se refleja no solo en los puestos de decisión asistencial, sino también con una menor presencia en la jerarquía académica que no ha cambiado en los últimos 20 años.
Las desigualdades de género de los cardiólogos en la carrera profesional en España, no solo conciernen a la mujer, sino que es algo que afecta a la profesión en su totalidad. La constante dificultad en el avance de las mujeres en comparación con sus homólogos masculinos demostrada a lo largo de los años y en diferentes países, por diversos estudios es desproporcionada. En este sentido, el reconocimiento de las desigualdades de género por las instituciones médicas es el primer paso para ayudar a las mujeres a progresar en sus carreras. En la universidad deben romperse las barreras para el avance de la mujer y disminuir los efectos del “techo de cristal”. En general, la satisfacción laboral está relacionada con la autonomía, el liderazgo en el departamento, la comprensión del avance profesional y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Otros factores incluyen sentirse valorado, tener relaciones colegiales, un salario adecuado y ser un mentor efectivo.
En el nivel júnior, las mujeres suelen asumir más tareas administrativas que los hombres (por ejemplo, un papel predominante como coordinador de área, sin que suponga una remuneración o cargo curricular adicional) y su participación en comités y proyectos puede verse mermada, así como las oportunidades de liderazgo para temas más relevantes profesionalmente. Las tareas administrativas deben realizarse en un tiempo protegido o bien contar con soporte institucional específico, y si no es así, las mujeres deberían valorar las ventajas de enfocarse más en áreas recompensadas, tales como la investigación y el trabajo clínico.
Por otra parte, tradicionalmente las mujeres han tenido menos instrucción o experiencia en la negociación de salarios o promociones. Pedir no solo aumento de salario sino recursos de trabajo, espacio para tareas de investigación con horarios flexibles, tiempo administrativo protegido y otros beneficios, puede mejorar en gran medida el ambiente de trabajo. Las mujeres son más propensas a creer que si hacen bien su trabajo, se les recompensará, y esto no siempre ocurre así. Por último, algunos estudios han mostrado cómo las mujeres que negocian son percibidas más negativamente que sus homólogos, por sus evaluadores y esto tiene como reacción, que no vuelvan a negociar.
Cualquier iniciativa gubernamental para hacer frente a estas brechas de género en la medicina no bastará por sí sola si no se acompaña de un cambio a nivel institucional. El objetivo último debe ser conseguir que el acceso a los puestos de responsabilidad a todos los niveles dependa solo de la cualificación y los méritos profesionales, y no de otras variables como puede ser el género.
Referencias
Diferencias de género en la carrera profesional de los cardiólogos en 70 hospitales españoles
- Antonia Sambola, Manuel Anguita, Gabriela Guzmán, Paola Beltrán, Laia Milà, Mireia Giné.
- Rev Esp Cardiol. 2019;72:272-4.doi: 10.1016/j.rec.2018.08.013.
Editorial. ¿Existe una brecha de género en la cardiología española?
- Sambola A, Anguita M, Giné M.
- Rev Esp Cardiol . 2019;72:195-197. doi: 10.1016/j.rec.2018.07.023.