La relación entre el colesterol de alta densidad en lipoproteínas (HDL) y la enfermedad cardiovascular no se ha establecido con claridad, lo que ha llevado a pensar que el papel ateroprotector de esta molécula radica más en su actividad biológica que en sus niveles per se. Sin embargo, esta hipótesis no se ha investigado hasta el momento.
Los autores realizaron un estudio de casos y controles en el seno del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea; estudio aleatorizado cuyos participantes fueron asignados a seguir una dieta mediterránea o baja en grasas). Los casos de síndrome coronario agudo (SCA) se emparejaron (1:2) con controles por sexo, edad, grupo de intervención, índice de masa corporal. Se analizó tanto la presencia de angina inestable (AI) como de infarto de miocardio (IM). Se midieron varias características funcionales del HDL como: concentraciones de HDL en plasma, capacidad de extracción de colesterol HDL (CEC), actividad antioxidante esfingosina-1-fosfato, apoliproteínas A-I y A-IV, proteína sérica amiloide A y C3. El análisis estadístico se realizó mediante el método de regresión logística.
Los niveles bajos de CEC (odds ratio [OR] 0,58; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0,40-0,83), los niveles de esfingosina-1-fosfato (OR 0,70; IC 95%: 0,52-0,92) y apoliproteína A-I (OR 0,58; IC 95%: 0,42-0,79) se asociaron con un mayor riesgo de SCA. Los niveles elevados del índice oxidativo del HDL se asociaron débilmente con SCA (OR 1,27; IC 95%: 0,99-1,63). Valores bajos de CEC (OR 0,33; IC 95%: 0,18-0,61), esfingosina-1-fosfato (OR 0,6; IC 95%: 0,40-0,89) y apolipoproteína A-I (OR 0,59; IC 95%: 0,37-0,93) se asociaron especialmente con un mayor riesgo de IM, mientras que los valores altos del índice oxidativo de HDL (OR 1,53; IC 95%: 1,01-2,33) y bajos de apoliproteína A-I (OR 0,52; IC 95%: 0,31-0,88) se asociaron con un mayor riesgo de AI.
Los autores concluyen que los niveles bajos de CEC, niveles elevados de partículas pro-oxidativas/pro-inflamatorias en la molécula de HDL y niveles bajos de partículas protectoras como la esfingosina-1-fosfato o la apolipoproteína A-I se asociaron con un mayor riesgo de SCA en esta población de alto riesgo cardiovascular.
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Comentario
En este estupendo trabajo, los autores investigan la relación entre los niveles de colesterol HDL y el síndrome coronario agudo en una población de alto riesgo cardiovascular. Es de sobra conocida la relación entre los niveles de colesterol LDL y la enfermedad coronaria, sin embargo los estudios previos han sido inconsistentes a la hora de relacionar la enfermedad coronaria y los niveles de colesterol HDL. Los autores parten de la hipótesis de que esta función cardioprotectora radica en el estado funcional de las moléculas de HDL, entendido como su capacidad oxidativa y estabilizadora de membrana, y no tanto en los niveles cuantitativos del mismo.
Este trabajo se ha realizado introduciendo novedosas técnicas metodológicas para analizar la actividad funcional de las partículas de colesterol HDL y empleando el método del ensayo clínico anidado en otro mayor, lo que reduce los costes y permite el emparejamiento 2:1 de los casos con controles de similares características demográficas.
Los autores concluyen que la actividad funcional del colesterol HDL radica en tres pilares fundamentales:
- Capacidad de extracción de colesterol (CEC): entendida como la capacidad de captar colesterol de los macrófagos. Según los resultados de este estudio a mayor capacidad, menor riesgo de SCA especialmente en paciente con niveles normales de triglicéridos. Estos datos se encuentran en concordancia con estudios previos1.
- Función antioxidativa. Se sabe que el proceso oxidativo causado las partículas lipídicas de baja densidad (LDL) es un factor iniciador de la placa de ateroma. Las partículas anti-oxidativas como la fosfolipasa A2 que acompañan a la molécula de colesterol HDL parecen contrarrestar este efecto y por lo tanto disminuir el riesgo de SCA.
- Protección endotelial. El HDL colesterol va acompañado de moléculas biológicamente activas, como la esfingosina-1-fosfato, que modulan la función endotelial contribuyendo a la síntesis de óxido nítrico (NO), disminuyendo así el riesgo coronario.
Los autores matizan que tenemos que tener en cuenta que los resultados de este trabajo son solo aplicables a una población de alto riesgo cardiovascular. El estudio PREDIMED incluyó a pacientes de alto riesgo cardiovascular entendidos como pacientes con diagnóstico de diabetes tipo 2 o, en su defecto, al menos tres o más de los siguientes factores: consumo de tabaco, hipertensión arterial (tensión arterial [TA] > 140/90 mmHg o en tratamiento), dislipemia con LDL > 160 mg/dl (o en tratamiento) o HDL < 40 mg/dl, índice de masa corporal [IMC] > 25 kg/m2, o antecedentes familiares de enfermedad coronaria precoz.
En resumen, parece demostrado que el estado funcional de las moléculas de colesterol HDL tiene un papel importante en el riesgo cardiovascular. Estos resultados abren la puerta a nuevos elementos estratificadores del riesgo cardiovascular, así como posibles objetivos terapéuticos.
Referencia
- María Trinidad Soria-Florido, Olga Castañer, Camille Lassale, Ramon Estruch, Jordi Salas-Salvadó, Miguel Ángel Martínez-González, Dolores Corella, Emilio Ros, Fernando Arós, Roberto Elosua, José Lapetra, Miquel Fiol, Angel Alonso-Gómez, Enrique Gómez-Gracia, Lluís Serra-Majem, Xavier Pintó, Mònica Bulló, Miguel Ruiz-Canela, Jose V. Sorlí, Álvaro Hernáez, Montserrat Fitó.
- doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.119.041658