Gracias a los avances en la terapia antirretroviral, la mayor parte de las muertes en pacientes con infección del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) son atribuibles a enfermedades no infecciosas, especialmente la enfermedad cardiovascular.
Los autores de este trabajo determinaron la asociación entre la infección por VIH y las enfermedades cardiovasculares y estimaron la carga nacional, regional y global de enfermedad cardiovascular atribuible a VIH.
Se realizó un metaanálisis de efectos aleatorios de 80 estudios para obtener la tasa y el riesgo de enfermedad cardiovascular en personas que viven con VIH. Se calcularon los cambios temporales en la fracción atribuible a la población y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) de la enfermedad cardiovascular asociada al VIH, desde 1990 a 2015, a nivel regional y mundial. Los AVAD cardiovascular asociados con el VIH por país, en 2015, se obtuvieron para 154 de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas. Se estimó de manera combinada de la tasa y el riesgo de enfermedad cardiovascular en personas que viven con el VIH, así como las cifras nacionales, regionales y mundiales de AVAD de enfermedades cardiovasculares asociadas con el VIH.
En 793.635 personas que vivían con VIH y un seguimiento de 3,5 millones de persona-años, la mortalidad cruda de enfermedad cardiovascular fue de 61,8 (intervalo de confianza [IC] 95%: 45,8-83,4) por 10.000 personas-año. En comparación con los individuos sin VIH, el riesgo relativo de enfermedad cardiovascular fue 2,16 (IC 95%: 1,68-2,77). A lo largo de los últimos 26 años y a nivel de la población global, la fracción de enfermedad cardiovascular atribuible al VIH aumentó del 0,36% (IC 95%: 0,21%-0,56%) a 0,92% (IC 95%: 0,55%-1,41%) y los AVAC aumentaron de 0,74 (IC 95%: 0,44-1,16) hasta 2,57 (IC 95%: 1,53-3,92) millones. Hubo una marcada variación regional, y la pérdida de la mayoría de los AVAC ocurrió en África Subsahariana (0,87 millones; IC 95%: 0,43-1,70) y el Pacífico Asiático (0,39 millones; IC 95%: 0,23-0,62). La fracción y la carga poblacionales atribuibles a VIH más elevadas se observaron en Swazilandia, Botswana y Lesotho.
Los autores concluyen que las personas que viven con VIH tienen el doble de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. La carga global de enfermedad cardiovascular asociada al VIH se ha triplicado a lo largo de las últimas dos décadas y ahora es responsable de 2,6 AVAD por año, con el mayor impacto en el África Subsahariana y las regiones del Pacífico Asiático.
Comentario
En la actualidad, más de 35 millones de personas están infectadas por el virus del VIH, y dos tercios residen en el África Subsahariana. Aunque la incidencia global de la enfermedad se ha estabilizado, la mayor distribución de la terapia antirretroviral ha mejorado dramáticamente la supervivencia, por lo que la prevalencia de VIH ha aumentado de manera importante en las últimas décadas. La mejoría de la supervivencia se atribuye a la reducción de las enfermedades infecto-contagiosas. De hecho, la mayoría de las muertes en estos pacientes se explican por causas cardiovasculares. La relación de la infección por VIH con la enfermedad cardiovascular se explica por factores como la disfunción endotelial, inflamación arterial, dislipemia y resistencia a la insulina. Además, los pacientes con VIH tienen más factores de riesgo cardiovascular, y una composición corporal anormal.
Los hallazgos de este estudio estiman que la infección por VIH se asocia con un riesgo de enfermedad cardiovascular que es comparable a otros grupos de alto riesgo, como el de la diabetes mellitus (60 casos por 10.000 personas-año). Además el riesgo de enfermedad cardiovascular era el doble en pacientes con VIH. El número de AVAC atribuibles a la enfermedad cardiovascular por VIH se ha triplicado en las últimas dos décadas.
Como señalan los doctores Hsue y Waters en el editorial que acompaña a este artículo, la terapia antirretroviral ha cronificado la infección por VIH, se estima que para el año 2030 el 73% de estos pacientes tendrán una edad superior a 50 años y que el 78% padecerán enfermedad cardiovascular. Las posibles complicaciones vasculares varían desde el infarto agudo de miocardio (IAM), muerte súbita, enfermedad arterial periférica e ictus. Aunque la infección por VIH es causante de una pequeña proporción de eventos cardiovasculares en comparación con los factores de riesgo principales (hipertensión arterial, dislipemia, tabaquismo, etc.) el riesgo relativo en un individuo con VIH está en el rango de los factores de riesgo tradicionales.
Reconocer que la infección por VIH es un factor de riesgo cardiovascular añadido tiene importantes consecuencias sanitarias, como podrían ser el seguimiento estrecho de estos pacientes, plantear llevar a cabo ensayos clínicos con antivirales o fomentar campañas preventivas. No obstante, existe cierta evidencia de que el riesgo de aparición de complicaciones cardiovasculares podría persistir e incrementarse en el tiempo con independencia de un tratamiento antirretroviral optimizado y una carga viral negativa.
Entre las limitaciones del estudio, cabe destacar que los riesgos ajustados para estimar el cálculo de los riesgos atribuibles se extrajeron de estudios realizados en países desarrollados, aunque fueron aplicados a todas las regiones. Otro inconveniente es la falta de estandarización de algunos endpoints, por ejemplo, por diferencias en la definición del IAM en los estudios incluidos en la revisión sistemática.
Referencia
- Shah ASV, Stelzle D, Lee KK, Beck EJ, Alam S, Clifford S, Longenecker CT, Strachan FE, Bagchi S, Whiteley W, Rajagopalan S, Kottilil S, Nair H, Newby DE, McAllister DA, Mills NL.
- Circulation. 2018 Jul 2. pii: CIRCULATIONAHA.117.033369.