Moderador. Dr. Ángel Moya.
Decisiones en urgencias.
Dra. Concepción Alonso
El síncope constituye el 3% de las consultas en urgencias y el 6% de los ingresos hospitalarios. Su incidencia aumenta con la edad y puede ser un síntoma común a varios procesos clínicos. La importancia del diagnóstico diferencial radica en que unos tienen un pronóstico benigno mientras otros pueden comprometer la vida del paciente. Así, la mortalidad varia desde 0% en el caso de síncopes benignos hasta el 30% en pacientes con cardiopatía estructural (diapositiva1). Por tanto, la valoración inicial se ha de dirigir fundamentalmente a descartar la presencia de cardiopatía estructural. Y es esta valoración inicial, clave en el manejo manejo posterior del paciente que puede variar desde el alta hospitalaria (bajo riesgo) al ingreso hospitalario (alto riesgo) (diapositiva 2).
Para facilitar la estratificación de riesgo se han descrito diferentes scores de riesgo. El Score OESSIL identificó 4 variables relacionadas con la mortalidad: edad >65 años, antecedente de cardiopatía estructural, ausencia de pródromos y ECG anormal. El score de riesgo EGSYS basado en datos eminentemente clínicos y fácilmente extraíbles de la evaluación inicial (diapositiva 3). Las guías de la Sociedad Europea de Cardiología de 2004 ya incluyeron también datos clínicos del síncope relacionados con peor pronóstico: las palpitaciones previas al síncope o el síncope durante el esfuerzo o en supino. Sin embargo, a pesar de la implementación de estos scores de riesgo, las tasas de ingreso varían entre un 40% y 62% y pese a ello, la mortalidad cardiovascular oscila desde el 68% hasta el 27% (diapositiva 5). Ello pone de manifiesto, la dificultad en el diagnóstico del síncope en urgencias y la necesidad de una mayor colaboración multidisciplinar. En este sentido, se han desarrollado lo que se conoce como unidades de síncope que han mostrado mejorar el rendimiento diagnóstico y disminuir los ingresos, sin que ello se traduzca en un aumento de las recurrencias sincopales ni de la mortalidad.
En conclusión, en la valoración del síncope en urgencias: la historia clinica es de gran utilidad en la estratificación de riesgo. La prioridad debe ser descartar un probable origen cardiogénico. La colaboración multidisciplinar (cardiología, unidades de síncope) aumenta el porcentaje de diagnósitcos y disminuye el porcentaje de ingresos manteniendo tasas de mortalidad cardiovascular muy bajas (diapositiva 6).
¿Qué prueba es la correcta? Una revisión crítica de los algoritmos.
Dr. Arcadio García Alberola.
La recurrencia a pesar del tratamiento.
Dr. Gonzalo Barón.