Aun cuando la aterosclerosis se manifiesta en la edad adulta, los primeros cambios empiezan a darse en un periodo precoz: niños, e incluso fetos. Es por ello que las estrategias de prevención iniciadas en la infancia tienen cada vez mayor interés, puesto que el curso de la enfermedad es más reversible en esta fase.
Los autores de un reciente estudio realizado en Finlandia sobre 5.840 pacientes nacidos en 1966, cuyo peso y talla fue valorado al nacimiento, a los 12 meses y a los 14 y 31 años de edad, encuentran asociaciones entre el bajo peso al nacimiento y aumento de peso entre los 14 y 31 años con inflamación en la vida adulta.