Los estudios que han analizado en los últimos años las diferencias entre sexos en la parada cardiaca extrahospitalaria (PCEH) han descrito cómo las mujeres presentan con mayor frecuencia que los hombres unas características más desfavorables, como son una mayor edad y comorbilidad. Asimismo, las mujeres presentan con menos frecuencia que los hombres paradas presenciadas, en lugares públicos o con primer ritmo desfibrilable, lo que se suma a una menor probabilidad de recibir reanimación cardiopulmonar por testigos. No obstante, cuando se ajusta en función de sus características basales, algunos trabajos han descrito cómo las mujeres presentan una mayor probabilidad de lograr el restablecimiento de la circulación espontánea, arrojando resultados contradictorios en términos de supervivencia.